Los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 serán recordados como uno de los más polémicos de la historia y eso que todavía no han empezado. La cita, que se celebrará en la ciudad rusa del 7 al 23 de febrero, ha estado rodeada de tensión desde que se conoció que iba a ser sede olímpica. El presidenteVladimir Putin visitó las instalaciones cuando apenas quedaban dos meses para los JJOO con el objetivo de ultimar los últimos detalles y aclarar las polémicas surgidas. Pero parece que el ambiente sigue todavía caldeado y ahora ha sido el alcalde de Sochi el que ha reavivado la tensión: "No tenemos homosexuales en nuestra ciudad”, ha reconocido y además, ha asegurado que los gays que lleguen a la ciudad rusa serán bienvenidos siempre y cuando “no traten de imponer sus hábitos”. La polémica está servida.
La homofobia, las amenazas terroristas, los problemas relacionados con el medio ambiente… todo se resume en 37.500 millones de euros que han financiado el evento olímpico más caro de la historia olímpica, pero que ha traído consigo numerosos problemas. El terrorismo es uno de los aspectos que más preocupa a los deportistas y asistentes a estos Juegos. El jueves pasado, Rusia instó a los países que estarán presentes en Sochi a ignorar los mensajes que aseguran que habrá un ataque terrorista durante la cita, asegurando que las amenazas son falsas.
Estados Unidos y al menos cinco países europeos han recibido una amenaza terrorista. Alexander Zhukov, presidente del Comité Olímpico Ruso, explicaba: “Creo que es una provocación y recomendamos que nuestros colegas de otros países no le presten atención”. Después de dos atentados suicidas que dejaron 34 muertos en la ciudad de Volgogrado hace apenas un mes, Rusia ha intentado garantizar la seguridad a los atletas y espectadores que acudan a Sochi. Otras amenazas han llegado de los militantes islamistas en el Cáucaso Norte que han reconocido que atacarán durante los Juegos. Zhukov aseguró que “se han tomado todas las medidas de seguridad necesarias y la seguridad estará garantizada”.
Los atletas estadounidenses, sin uniforme fuera de las instalaciones olímpicas
Pese a todas las garantías que trata de ofrecer Rusia, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, ha asegurado que su gobierno "hará los arreglos apropiados" con Rusia para responder a una emergencia en los Juegos de Invierno de Sochi y evacuar a sus nacionales. Hagel aseguró en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, que el Pentágono "ha tenido conversaciones con el gobierno ruso sobre la protección" de los ciudadanos estadounidenses y que si son necesarias evacuaciones por un atentado realizarán las gestiones pertinentes con Moscú.
El Departamento de Defensa ya ha desplegado dos buques de guerra con camas de hospital en el Mar Negro para actuar con rapidez ante una eventual evacuación. Como medida de precaución el Comité Olímpico estadounidense ha pedido a sus atletas que no vistan el uniforme de Estados Unidos fuera de las instalaciones olímpicas. Para tratar que todo transcurra sin sobresaltos, Rusia ha desplegado unos 40.000 soldados y miembros de fuerzas de seguridad en la ciudad para garantizar y ‘blindar’ los Juegos.
La homofobia, otro de los temas más polémicos
Rusia aprobó la prohibición de la propaganda homosexual entre los menores, algo que denunció como discriminatorio. Putin trató de normalizar la situación ante el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach: “"Estamos haciendo todo, tanto los organizadores como nuestros atletas y aficionados, para que los participantes e invitados se sientan cómodos en Sochi, independientemente de su nacionalidad, raza u orientación sexual". Además, aseguró que los homosexuales serían bienvenidos siempre y cuando "dejasen a los niños solos" y subrayó que las nuevas leyes "no prohíben las relaciones sexuales no tradicionales", sino su "propaganda".
El alcalde de Sochi, Anatoli Pajomov, ha sido el último en alimentar la polémica: "Ofreceremos nuestra hospitalidad con todos los que respeten las leyes de la Federación Rusa y no impongan sus hábitos", aseguró en la BBC. El gobernante ha negado que las personas gays o lesbianas vayan a tener que esconder su orientación, ya que es "su vida". Sin embargo, acto seguido ha dicho que este tipo de personas no son "aceptadas" en Sochi. "No las tenemos en nuestra ciudad", ha apuntado. En una pregunta posterior, el alcalde ha introducido un leve matiz a su aseveración: "No estoy seguro (de que no haya gays), pero al menos no los conozco".
Con todos estos problemas, Sochi tratará de rentabilizar al máximo la gran inversión que ha hecho en estos Juegos. Por su parte, España contará con una delegación formada por 20 deportistas, 15 de nieve y 5 de la Federación de Hielo. Será la mayor representación española de la historia en unos Juegos de invierno y el campeón de Europa de patinaje artístico, Javier Fernández, será el abanderado.