La controversia entorno al matrimonio homosexual ha llegado también a Croacia, una república exyugoslava que en julio entrará en la UE y donde una iniciativa católica ha reunido cientos de miles de firmas para convocar un referéndum para echar por tierra la unión entre personas del mismo sexo.
El gobierno socialdemócrata está preparando la llamada "ley de comunidad de vida" que debe regular los derechos familiares de las minorías sexuales (homosexuales, bisexuales y transexuales) siguiendo el modelo de otros países comunitarios.
Ante esta iniciativa legal, que abriría la vía para legalizar las uniones de personas del mismo sexo, el grupo católico "En nombre de la familia" impulsa un referéndum para lo que ha juntado más de 700.000 firmas, casi el doble de lo necesario.
La pregunta que planteará esa consulta será: "¿Está a favor de que en la Constitución de Croacia se inscriba que el matrimonio es una comunidad entre el hombre y la mujer?"
Los 30 grupos que apoyan esta iniciativa católica creen que los niños que crecen en el seno de matrimonios homosexuales tienen un elevado riesgo de suicidio.
Además, defienden abiertamente que no es bueno que los menores aprendan en la escuela que la homosexualidad no es nada malo.
Al mismo tiempo aseguran no ser homófobos, aunque destacan que han conseguido reunir en 15 días las firmas de un 20 por ciento del censo electoral del país balcánico, considerado como un baluarte del catolicismo en los Balcanes.
"Según la Constitución croata, para el ejecutivo la decisión de los ciudadanos en un referendo es vinculante", destaca Zeljka Markic, una de las responsable de esta iniciativa conservadora.
En declaraciones a Efe en Zagreb añade que su grupo espera de su Gobierno que "el respeto de la Constitución, de las leyes y de la voluntad de los ciudadanos".
La activista asegura que definir el matrimonio como comunidad entre un hombre y un mujer "no discrimina a nadie, al tiempo que se garantizan por igual los derechos humanos tanto a los homosexuales como a los heterosexuales.
Una opinión que es rechazada con vehemencia por Sanja Juras, coordinadora jurídica de la asociación lesbiana "Kontra", quien asegura que ni se respetan los derechos ya existentes mientras que se están introduciendo nuevas trabas discriminatorias.
"Es inaceptable permitir la convocatoria de un referendo sobre derechos humanos fundamentales, especialmente tratándose de derechos de una minoría marginalizada", critica en diálogo con Efe.
Por eso, las asociaciones del colectivo LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) esperan del gobierno croata "unos pasos concretos para impedir un referendo de este tipo".
Debido a diferentes interpretaciones jurídicas, algunos expertos advierten en Croacia del peligro de una crisis constitucional.
Es que la presidenta del Tribunal Constitucional de Croacia, Jasna Omejec, considera la pregunta postulada por el grupo católico como válida, y su confirmación por referendo supondría una inscripción automática en la Constitución.
Pero otros constitucionalistas respaldan la postura de que los derechos de grupos minoritarios no pueden decidirse en referendos, por lo que por ahora nadie sabe en Croacia si habrá o no una consulta sobre este asunto.
Por ahora, la iniciativa católica no ha entregado aún las firmas al Parlamento, que deberá decidir tras una verificación de sus validez, sobre la convocatoria de un referéndum.
Aunque la Iglesia croata asegura distanciarse de la campaña homófoba de "En nombre de la familia", muchos curas y sacerdotes han recomendado activamente en sus parroquias apoyar esta iniciativa,
En las páginas web de diversas parroquias se recomienda firmar la petición por un referendo, destacando las supuestas "graves consecuencias" del matrimonio gay en España y otros países.
No obstante, el primer ministro de Croacia, el socialdemócrata Zoran Milanovic, asegura que mantendrá su iniciativa legal y critica que "un grupo de personas agresivas por sus valores otra vez hacen una guerra cultural".
Se refiere a una reciente campaña católica y ultraconservadora contra el intento de introducir unas pocas clases de educación sexual en las escuelas, lo que causó gran controversia en el país.
Los católicos croatas lograron una primera victoria cuando el Tribunal Constitucional, presidido por la mencionada juez Omejec, suspendió en mayo temporalmente la nueva asignatura.
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