El juez Grande-Marlaska,durante su intervención en el Foro de Cádiz/julio gonzález
"Hace falta que gente con poder haga pública su homosexualidad"
02:51 T. RAMOS
CÁDIZ.
CÁDIZ.
¿Qué esperan de usted los jueces que le apoyan para el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)?
-Estoy seguro de que esperan lo que yo les he transmitido y lo que ellos me han transmitido a mí: profesionalizar el Consejo General del Poder Judicial. Que el CGPJ sea elegido por el Parlamento, que lo legitime el Parlamento, pero que esté en él gente que sea profesional, que realmente lo que busque es que la Administración de Justicia funcione, se estructure y dé respuesta no sólo a las necesidades del conjunto de compañeros sino también a necesidades sociales. De lo que estamos cansados la mayoría de los compañeros, y los asociados también, no sólo los independientes, es de que parezca que el Consejo es un trasunto del Parlamento.
-¿Cree posible una Justicia más justa en esta sociedad injusta?
-Creo que la Justicia, en líneas generales, es bastante equitativa, que da respuesta a la gente. Lo que ocurre es que desde el punto de vista mediático hay asuntos en los que sí que parece que hay elementos de injusticia en la aplicación de la ley. Y no está mal que se vean. Pero creo que en la mayoría de los casos la gente está satisfecha, creo que sí se hace justicia.
-Si mañana mismo pudiese cambiar algo en la Justicia, si le diesen esa prerrogativa, ¿qué cambiaría?
-Uf, ¿qué cambiaría? Pues que no se hablara tanto de ella. Porque es que si no se hablara tanto de la Justicia, eso implicaría que todo el mundo estaría satisfecho de su funcionamiento.
-¿Cómo ve el juicio del 11-M?
-Pues como un ciudadano más, porque no he tenido ninguna participación en el caso. Creo que se está desarrollando perfectamente, muy bien. Creo que estamos dando realmente la talla. Todos la dan: el tribunal, la Fiscalía, las acusaciones... independientemente de cuál sea el resultado. Lo veo con optimismo en ese sentido. Es un juicio que con lo mediático que es, no se está hablando tanto de él.
-Se ve como muy profesional, ¿no?
-Exacto. Hay una labor muy importante del tribunal.
-El juez Garzón dice que habría que profundizar en la eventual responsabilidad penal de quienes fueron responsables de la guerra de Iraq. ¿Está de acuerdo?
-Siempre que haya una responsabilidad penal, habrá que profundizar. Habrá que estudiarla. Pero a mí no me gustan las grandes palabras. Prefiero los hechos. Con miles de muertos, con muertos cada día desde hace cuatro años... sí es algo importante estudiar si existe responsabilidad penal. Pero sobre todo, ahora lo importante es establecer cómo se corta eso. Luego hablaremos de lo demás. Iraq ahora sólo exige algo: ponerle fin. No empezar a hacer análisis. Ya habrá tiempo para hacerlo. Lo que no nos podemos permitir es que haya más muertos.
-El juez Garzón advierte de que Al Qaeda está acechando a Europa y que hacen falta consenso, coordinación y medios...
-Por supuesto.
-Pero dice también que no está seguro de que se esté haciendo ahora todo lo necesario.
-Estar seguro de que se hace todo lo necesario y de que se adoptan las medidas precisas en cada momento es muy difícil. Hay que ser cauteloso. Además, no estar seguro de que se está haciendo el máximo, a uno le mantiene en alerta para seguir y avanzar y hacer más, intentar estudiar... Me parece positivo estar seguro de muy pocas cosas, incluso de lo que se está haciendo, porque eso a uno le permite estar en movimiento. En el terrorismo yihadista internacional, yo creo que sí hay consenso internacional. Que haya pequeñas faltas, pequeñas fallas... Ahora que nos estamos dotando de los mecanismos y de los medios para la colaboración, hay que aprender a ponerlos en marcha y ser absolutamente eficientes.
-¿Cómo ve ahora la situación en el País Vasco?
-Con claros y oscuros.
-¿Con optimismo?
-Yo estaré satisfecho el día en que en la definición de vasco quepa todo ciudadano vasco. El día en que aprendamos los vascos a comprender que somos diversos, distintos. El primer día importante será el del cese de la violencia, las amenazas y la extorsión. Pero el segundo día importante será cuando podamos decir que todos los vascos cabemos en una definición.
-Hace poco le situaron a usted en el núcleo duro de los jueces conservadores y respondió muy enfadado en una carta. ¿Se han molestado con usted los jueces conservadores?
-No. Para nada. Cuando la gente es respetuosa... Lo que yo intentaba decir en esa carta es que hay que respetar a quien es distinto, al diferente, pero que tiene una base común, una base de tolerancia. Un respeto al otro compartiendo los principios esenciales. Compañeros de todo tipo y de toda condición, varias sensibilidades, me han dado las gracias por contestar con esa carta.
-Cuando habló en una entrevista de su homosexualidad, dijo usted que lo hacía por ayudar a chavales que viven situaciones muy difíciles. ¿Cree que logró su objetivo?
-Me han llegado mensajes, alguna carta. A ver: no sé si he conseguido mi objetivo o no, ahí yo no quiero basarme en resultados. Era una necesidad personal mía: en este momento que mi nombre era conocido ¿por qué no hacerlo?, la cuestión no es haber conseguido el objetivo, porque con haberle servido a uno o dos me vale, es suficiente. Lo importante es que haya otros ejemplos. Y no los hay. Cada uno tiene derecho a su privacidad, pero hay momentos en los que la sociedad requiere que alguien dé un paso. Y todavía creo que es importante, porque la ley del matrimonio fue una ley importante, pero siempre he dicho que es una ley pedagógica, es una ley de presente pero sobre todo de futuro. Es una ley pedagógica porque viviendo esas realidades de la gente de cara al exterior, esa parte de la sociedad que es reticente lo va a ver como algo normal, como el aire que respira.
-Pero usted cree que hace falta hacer más.
-Sí. También es importante que esa ley la vayamos impulsando entre todos y por eso digo lo de los ejemplos... Y no por hacer ostentación de nada, pero es que muchas veces se sigue en la ocultación. Cuando de una persona pública se dice algo, parece como que hay que taparlo. Hay que luchar. Y la forma de luchar es con una ley como ésa y que la gente dé pasos. Gente que realmente tiene poder, que puede y que realmente no pierde nada; en esto soy muy beligerante, yo creo que es una exigencia realmente personal dar ejemplo. Igual he fallado personalmente en el diagnóstico de la situación actual, pero creo que todavía es necesario dar ciertos ejemplos de normalidad.
-Estoy seguro de que esperan lo que yo les he transmitido y lo que ellos me han transmitido a mí: profesionalizar el Consejo General del Poder Judicial. Que el CGPJ sea elegido por el Parlamento, que lo legitime el Parlamento, pero que esté en él gente que sea profesional, que realmente lo que busque es que la Administración de Justicia funcione, se estructure y dé respuesta no sólo a las necesidades del conjunto de compañeros sino también a necesidades sociales. De lo que estamos cansados la mayoría de los compañeros, y los asociados también, no sólo los independientes, es de que parezca que el Consejo es un trasunto del Parlamento.
-¿Cree posible una Justicia más justa en esta sociedad injusta?
-Creo que la Justicia, en líneas generales, es bastante equitativa, que da respuesta a la gente. Lo que ocurre es que desde el punto de vista mediático hay asuntos en los que sí que parece que hay elementos de injusticia en la aplicación de la ley. Y no está mal que se vean. Pero creo que en la mayoría de los casos la gente está satisfecha, creo que sí se hace justicia.
-Si mañana mismo pudiese cambiar algo en la Justicia, si le diesen esa prerrogativa, ¿qué cambiaría?
-Uf, ¿qué cambiaría? Pues que no se hablara tanto de ella. Porque es que si no se hablara tanto de la Justicia, eso implicaría que todo el mundo estaría satisfecho de su funcionamiento.
-¿Cómo ve el juicio del 11-M?
-Pues como un ciudadano más, porque no he tenido ninguna participación en el caso. Creo que se está desarrollando perfectamente, muy bien. Creo que estamos dando realmente la talla. Todos la dan: el tribunal, la Fiscalía, las acusaciones... independientemente de cuál sea el resultado. Lo veo con optimismo en ese sentido. Es un juicio que con lo mediático que es, no se está hablando tanto de él.
-Se ve como muy profesional, ¿no?
-Exacto. Hay una labor muy importante del tribunal.
-El juez Garzón dice que habría que profundizar en la eventual responsabilidad penal de quienes fueron responsables de la guerra de Iraq. ¿Está de acuerdo?
-Siempre que haya una responsabilidad penal, habrá que profundizar. Habrá que estudiarla. Pero a mí no me gustan las grandes palabras. Prefiero los hechos. Con miles de muertos, con muertos cada día desde hace cuatro años... sí es algo importante estudiar si existe responsabilidad penal. Pero sobre todo, ahora lo importante es establecer cómo se corta eso. Luego hablaremos de lo demás. Iraq ahora sólo exige algo: ponerle fin. No empezar a hacer análisis. Ya habrá tiempo para hacerlo. Lo que no nos podemos permitir es que haya más muertos.
-El juez Garzón advierte de que Al Qaeda está acechando a Europa y que hacen falta consenso, coordinación y medios...
-Por supuesto.
-Pero dice también que no está seguro de que se esté haciendo ahora todo lo necesario.
-Estar seguro de que se hace todo lo necesario y de que se adoptan las medidas precisas en cada momento es muy difícil. Hay que ser cauteloso. Además, no estar seguro de que se está haciendo el máximo, a uno le mantiene en alerta para seguir y avanzar y hacer más, intentar estudiar... Me parece positivo estar seguro de muy pocas cosas, incluso de lo que se está haciendo, porque eso a uno le permite estar en movimiento. En el terrorismo yihadista internacional, yo creo que sí hay consenso internacional. Que haya pequeñas faltas, pequeñas fallas... Ahora que nos estamos dotando de los mecanismos y de los medios para la colaboración, hay que aprender a ponerlos en marcha y ser absolutamente eficientes.
-¿Cómo ve ahora la situación en el País Vasco?
-Con claros y oscuros.
-¿Con optimismo?
-Yo estaré satisfecho el día en que en la definición de vasco quepa todo ciudadano vasco. El día en que aprendamos los vascos a comprender que somos diversos, distintos. El primer día importante será el del cese de la violencia, las amenazas y la extorsión. Pero el segundo día importante será cuando podamos decir que todos los vascos cabemos en una definición.
-Hace poco le situaron a usted en el núcleo duro de los jueces conservadores y respondió muy enfadado en una carta. ¿Se han molestado con usted los jueces conservadores?
-No. Para nada. Cuando la gente es respetuosa... Lo que yo intentaba decir en esa carta es que hay que respetar a quien es distinto, al diferente, pero que tiene una base común, una base de tolerancia. Un respeto al otro compartiendo los principios esenciales. Compañeros de todo tipo y de toda condición, varias sensibilidades, me han dado las gracias por contestar con esa carta.
-Cuando habló en una entrevista de su homosexualidad, dijo usted que lo hacía por ayudar a chavales que viven situaciones muy difíciles. ¿Cree que logró su objetivo?
-Me han llegado mensajes, alguna carta. A ver: no sé si he conseguido mi objetivo o no, ahí yo no quiero basarme en resultados. Era una necesidad personal mía: en este momento que mi nombre era conocido ¿por qué no hacerlo?, la cuestión no es haber conseguido el objetivo, porque con haberle servido a uno o dos me vale, es suficiente. Lo importante es que haya otros ejemplos. Y no los hay. Cada uno tiene derecho a su privacidad, pero hay momentos en los que la sociedad requiere que alguien dé un paso. Y todavía creo que es importante, porque la ley del matrimonio fue una ley importante, pero siempre he dicho que es una ley pedagógica, es una ley de presente pero sobre todo de futuro. Es una ley pedagógica porque viviendo esas realidades de la gente de cara al exterior, esa parte de la sociedad que es reticente lo va a ver como algo normal, como el aire que respira.
-Pero usted cree que hace falta hacer más.
-Sí. También es importante que esa ley la vayamos impulsando entre todos y por eso digo lo de los ejemplos... Y no por hacer ostentación de nada, pero es que muchas veces se sigue en la ocultación. Cuando de una persona pública se dice algo, parece como que hay que taparlo. Hay que luchar. Y la forma de luchar es con una ley como ésa y que la gente dé pasos. Gente que realmente tiene poder, que puede y que realmente no pierde nada; en esto soy muy beligerante, yo creo que es una exigencia realmente personal dar ejemplo. Igual he fallado personalmente en el diagnóstico de la situación actual, pero creo que todavía es necesario dar ciertos ejemplos de normalidad.
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