viernes, 23 de marzo de 2007

El arzobispo de Valencia critice las iniciativas para la recuperación de la memoria histórica

García-Gasco, en una visita en octubre de 2005 a la nave que acogerá la iglesia dedicada a los mártires.


El arzobispo de Valencia critica las iniciativas para la recuperación de la memoria histórica

García-Gasco afirma que la Iglesia en España ha superado «cualquier añoranza del pasado»
A. G., Valencia
El arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, invita en su carta de esta semana a «evitar reavivar sentimientos de odio y de destrucción ante las propuestas que se han presentado como recuperadoras de la llamada "memoria histórica"» . Además, afirma que «el verdadero compromiso con la reconciliación conlleva una decidida voluntad de unir el perdón a la verdad, sin menospreciar la justicia ». García-Gasco asegura asimismo que la Iglesia en España, «iluminada por el Concilio Vaticano II -precisa-, y en estrecha comunión con la Santa Sede, superó cualquier añoranza del pasado y colaboró decididamente para hacer posible una democracia constitucional» , sin admitir discriminación alguna por razones religiosas, dice. El contenido de la carta del arzobispo se produce en un contexto de debate sobre el proyecto del Gobierno para una ley de memoria histórica. El asunto aparece -aunque sin entrar en profundidad- en la última instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal Española CEE), aprobada en noviembre pasado (Orientaciones morales ante la situación actual de España) . Sostienen los obispos en este documento «el importante papel» de la Iglesia en el establecimiento de la democracia y llaman la atención sobre el peligro de «dilapidar los bienes alcanzados y reabrir viejas heridas con una utilización de la memoria histórica guiada por una mentalidad selectiva» . No obstante, no han proliferado las declaraciones públicas de los prelados sobre esta cuestión. Sí lo hizo el cardenal valenciano Antonio Cañizares, vicepresidente de la Conferencia y hombre fuerte del sector más conservador de la Iglesia española. Dijo en la COPE que el plan del Gobierno era un «proyecto de enfrentamiento» e insistió en el papel reconciliador de la Iglesia. La postura expresada ahora por García-Gasco está en consonancia con las manifestaciones mencionadas. No es casualidad, precisamente, que el responsable de la diócesis dedicara también su última carta a la reciente instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal. Estos escritos del prelado se producen asimismo después de que el portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, acudiera a Valencia a difundir las orientaciones de la cúpula eclesial sobre la situación actual del país. El arzobispo afirma en su texto de ayer que la experiencia «muestra cómo en los contextos de violencia, las razones se pierden, las divisiones se profundizan y los rencores y resentimientos aumentan y desbordan cualquier pretensión de paz» . Al mismo tiempo, la propia experiencia «ayuda a cerrar las heridas si todos los implicados en la memoria de los conflictos estamos dispuestos a la grandeza de alma y al perdón, a juzgarnos más a nosotros mismos para no repetir los errores, que a condenar a quienes ya no se pueden defender ni explicarse», asevera. García-Gasco dice también que la verdadera libertad religiosa «es camino auténtico de reconciliación» y expresa que «el deseo de todo cristiano en la España de hoy es vivir y convivir respetando lealmente sus instituciones democráticas nacidas de la Constitución de 1978, reconociendo a las autoridades legítimas y colaborando en la construcción del bien común» . En la carta, que titula Reconciliación , asegura que «la libertad religiosa auténtica -y no meramente formal- es garantía del funcionamiento de una verdadera democracia, estímulo para el crecimiento espiritual de las personas y aliento para el progreso cultural» . De esta manera, «por el camino de la libertad religiosa avanzamos con seguridad hacia la verdadera reconciliación», sostiene. Y concluye señalando que los católicos en España piden respeto para anunciar el mensaje de Cristo «con un clima de tolerancia y convivencia, sin privilegios ni discriminaciones» . La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica calificó de « lamentable » la posición de los obispos en su instrucción pastoral.

Dice que los mártires de la Guerra Civil no eran de ningún bando
A. G., Valencia
El Arzobispado de Valencia se ha destacado por la beatificación de 226 sacerdotes y laicos de la diócesis muertos durante la Guerra Civil, proceso finalizado en 2001 en la plaza de San Pedro de Roma en un acto presidido por Juan Pablo II. Precisamente, el prelado se refiere en su carta a estos mártires de «la persecución religiosa de 1936» -como prefiere llamar la Iglesia- y dice que cuando ha ido promoviendo estas causas «ha hecho memoria verdadera, justa y agradecida de inmensos perdonadores» . Afirma que durante décadas se paralizaron todos estos procesos para «evitar que se desnaturalizara su verdadero sentido» y «ha sido muy recientemente -agrega- cuando se ha rescatado el impresionante testimonio de varones y mujeres, de sacerdotes, religiosos y religiosas, y de fieles laicos que fueron arbitrariamente ejecutados, muchos de ellos de modo atroz» . Ellos «no formaron parte de ningún bando en la guerra civil. Fueron ejecutados por odio a la fe cristiana», sentencia. «Honramos a los mártires por su comportamiento ejemplar» , añade. Y con respecto a sus perseguidores dice que «los cristianos sólo podemos tener un sentimiento de petición de perdón» . Además de los 226 beatos de 2001 -número no alcanzado por ninguna otra diócesis-, el arzobispado instruye otra causa para la canonización de otros 250 mártires. La relevancia que el arzobispo ha querido dar a estos se observa en la dedicatoria de una iglesia nueva en Valencia (en una nave de Cross), además de una capilla en la Catedral, el reparto de 2.000 reliquias por todo el mundo y su recuerdo en el calendario litúrgico.

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