Pío Moa
Resulta difícil resumir tanto disparate, pero conviene hacer el esfuerzo para quienes se preguntan hoy si hay motivos para seguir defendiendo a estas alturas los derechos de homosexuales y transexuales. Es conocida la reputación homófoba de ese pseudotodo que es Pío Moa, instalado siempre en la radicalidad, desde su pasado con los GRAPO hasta sus postulados ultraconservadores de la actualidad. En su blog publicado en La Gaceta, Moa carga contra el Orgullo Gay con una virulencia tan desmedida que obliga a uno a preguntarse qué hay detrás. Se dice que tras un homófobo empedernido puede haber un gay reprimido; en fin… El columnista de Intereconomía censura al “gran promotor” de estas fiestas reivindicativas, el PP, por “sodomizar” Madrid, con “formas de sexualidad desviadas” similares a la “prostitución”, la “pederastia”, “defectos y taras” que no merecen ser defendidos como un “orgullo”.
Homosexualismo igual que pederastia y animalismo
“Durante tres o cuatro días, la capital de España se ha convertido en una especie de capital mundial, ruidosamente obscena, de la homosexualidad”, escribe Moa, para quien el PP ha “sodomizado a la ciudad, en el sentido bastante literal de que la ha convertido en una especie de Sodoma, y en el de que, metafóricamente, ‘ha dado por el culo’ a la población contraria a tales actos, muy propios, a mi juicio, de una sociedad enferma y decadente (véanse los artículos sobre salud/enfermedad social que vengo republicando)”.
“Si la consideramos simple o esencialmente como medios para ‘pasar un buen rato’, como simple experiencia de placer, está claro que cualquier forma de sexualidad es equivalente, desde el animalismo o el sadomasoquismo a la pederastia, pues de todas ellas el sujeto obtiene placer”, continúa este gran pensador.
Los hijos de parejas gais, como mascotas
Como para la Iglesia más retrógrada, para Pío Moa “la sexualidad, aunque no está limitada a la reproducción, se relaciona íntimamente con ella, que es biológicamente su fundamento”.
Por supuesto que el matrimonio entre personas del mismo sexo para Moa es una barbaridad y su “derecho”, entre comillas, “a tener hijos de modo no natural, choca con el derecho de los niños a tener un padre y una madre efectivos y no fingidos”, porque el “cariño” (entre comillas) que suelen invocar, no sirve. También a las mascotas se les puede tener cariño”, subraya Moa.
Sexualidad aberrada y desviada
La sexualidad de estas personas es “desviada o aberrada” y “siempre han sido motivo de sospecha y de condena, moral o jurídica. Pero, por mucho que se condenaran, eran hechos naturales, imposibles de impedir, como pasa con la prostitución; y en la práctica se convivía con ellos”.
“La homosexualidad en sí misma creo que nunca podrá ser un motivo de orgullo, como se pretende, por mucho victimismo que se le eche. Es una condición o particular que cada cual debe sobrellevar como tantas otras digamos particularidades, de las que nadie se libra”, añade Moa.
Defecto o tara
En un texto anterior, que también puede leerse en Interconomía, Moa defendía que “un homosexual no es culpable de su defecto o tara, como nadie lo es de tantos defectos o taras que todos arrastramos por el hecho de ser humanos: cada cual afronta mejor o peor sus limitaciones, y en eso consiste en gran parte el arte de vivir. Pero convertir una limitación en motivo de orgullo, y tratar de hacerlo un modelo para la sociedad, eso es, precisamente lo grotesco”, én opinión de Pío Moa.
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