sábado, 28 de abril de 2012

Los obispos dicen ahora que nunca han condenado a los homosexuales

Antonio Martínez Camino, durante su comparecencia ante los medios. 




Achacan a intereses políticos “la campaña ficticia” contra el prelado que los llamó degenerados 


“La Iglesia católica nunca condena a personas, y mucho menos a un grupo de personas. La Iglesia no juzga las conciencias, lo único que hace es canonizar a sus santos, miles y miles”. Lo ha dicho esta mañana el portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio Martínez Camino, al cierre de la asamblea plenaria de los prelados españoles. No se le había preguntado por los miles de herejes, científicos o brujos quemados en el pasado en la hoguera, o sometidos a largos procesos por la brutal Inquisición, ni por persecuciones a otras creencias religiosas, ni siquiera por los numerosos teólogos católicos execrados o excomulgados incluso ahora. Se le pedía opinión sobre el sermón del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig, que el pasado Viernes Santo calificó a los homosexuales de personas viciosas, degeneradas e incluso prostituidas. También dijo que la homosexualidad es una enfermedad que se puede curar.

“Todas las personas merecen un respeto incondicional, sean buenas o malas, piensen como yo o no piensen como yo. Los homosexuales son personas dignas de todo respeto, como todas”, sentenció el portavoz de la Conferencia Episcopal pero sin querer entrar en la polémica. Solo explicó que a Reig le ha visto esta semana “fenomenal”. “Es un hombre animoso y de buen carácter. Pero no se ha hablado en la asamblea [de obispos] de la polémica ficticia que se ha producido por intereses políticos”. Apurado por un periodista sobre si el homosexual es un enfermo, Martínez Camino, jesuita y obispo auxiliar del cardenal Antonio María Rouco en Madrid, dijo: “Si es enfermo o no, esa no es una competencia de la Iglesia el decirlo”. Pero aventuró que hay muy variadas y contradictoras opiniones médicas al respecto, pese a que ya es notorio que la Organización Mundial de la Salud y otros organismos oficiales han dictaminado lo contrario, cerrando ese debate de manera definitiva. El portavoz aprovechó, sin embargo, para quejarse de que se intente aplastar “el derecho fundamental de expresión de los obispos”, no solo el derecho de Reig, añadió, sino de “otros muchos otros, incluso el de los presidentes de la Conferencia Episcopal ahora y en el pasado”.

Muy quejoso, también, por el poder de determinados medios de comunicación para dejarles en mal lugar –“y luego dicen que la Iglesia católica tiene poder”, ironizó-, Martínez Camino avisó que no se van a arrugar. “La Iglesia católica va a ejercer su derecho, sin dejarse presionar por polémicas injustas, que no merecen ser tratadas con seriedad”.


Más tarde, al comentar que los obispos han concluido esta semana la elaboración de un “muy importante y muy necesario documento titulado La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar”, el portavoz episcopal reiteró la doctrina de su confesión sobre la homosexualidad. En realidad, lo que dijo iba referido al sexo global. Dijo: “Es un documento que pone luz sobre un asunto tan vital como es el amor, concretamente el amor conyugal y su trascendencia social”. Añadió que “tener relaciones fuera del matrimonio es sexo desordenado y un pecado”. ¿Van al infierno quienes lo hacen, sean adúlteros u homosexuales? Respuesta del obispo portavoz: “Solo Dios lo sabe”. Remachó, sin embargo: “Las relaciones homosexuales son objetivamente desordenadas; esa es la doctrina católica y está expresada en el catecismo, por lo que es un escándalo farisaico que alguien se sorprenda al oír decírselo a un obispo”.

El documento sobre el amor humano se hará público en unas pocas semanas, una vez incorporadas las enmiendas introducidas esta semana por algunos prelados. Es la tercera ocasión en que el tema llega a una asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal.

Los obispos no han hablado tampoco del caso de los niños robados en clínicas de organizaciones católicas, con una religiosa, sor María, ya en el punto de mira de la justicia. Martínez Camino eludió la respuesta arremetiendo contra lo que dijo son “ataques a la congregación de las Hijas de la Caridad”, a la que pertenece la religiosa. “Es una institución benemérita. Son las que están en los comedores sociales, las que están en los centros de acogida de niños abandonados, en muchísimos lugares sin horarios de trabajo y sin sueldos. Todo esto lo conoce la sociedad y aprecia a las Hijas de la Caridad. Han recibido el premio Príncipe de Asturias. Es poco noble pretender extender una sombra de sospecha sobre las Hijas de la Caridad, como se está haciendo. Y lo tenemos que denunciar. En esta congregación puede haber y hay pecadores o delincuentes. Si los hay en algún lugar, sea cual fuere, la Iglesia no va a oponer resistencia a que se aclaren, en justicia, las cosas. Pero conviene poner esta premisa".

Fuente:http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/04/27/actualidad/1335539952_758554.html

No hay comentarios: