martes, 5 de octubre de 2010

El homosexual agredido por unos militares dice que no volverá a ser el mismo



EFE, San Sebastián
El homosexual presuntamente golpeado por cuatro militares en San Sebastián ha dicho hoy que, a pesar de los ocho meses de tratamiento psicológico que precisó a consecuencia de la paliza, "no volverá a ser la misma persona" que era antes de la agresión que le obligó a pasar por quirófano.

El miembro del partido político Zutik y del colectivo de homosexuales EGHAM, Mikel Martín, ha hecho esta afirmación hoy durante el juicio celebrado contra un cabo, un soldado y dos ex militares que supuestamente le propinaron una brutal paliza en enero de 2005 de la que estuvo convaleciente durante 137 días.

Entre otras lesiones, la víctima sufrió varios traumatismos en el cráneo y la cara, heridas en el labio superior, policontusiones, el arrancamiento parcial de la cabeza del peroné y una fractura en la rodilla izquierda.

Durante la vista celebrada hoy, el agredido ha recordado como sobre las 23:00 horas de aquel día caminaba por la calle San Martín cuando escuchó a lo lejos a un grupo de personas que montaban escándalo y se dirigían de frente hacia él por la acera contraria.

La víctima ha explicado que, al llegar a la calle Urbieta, los jóvenes cruzaron rápidamente de acera en diagonal, fueron hacia él y uno de ellos le dijo: "Tú seguro que eres uno de los que estás de acuerdo con ETA", por lo que él intentó evitarles y les pidió que le dejaran seguir su camino en paz.

Según el testimonio de la víctima, en ese momento terció un segundo que le espetó: "Seguro que estás de acuerdo con el Plan Ibarretxe y con esos cabrones de ETA", momento en el que se atemorizó porque pensó que le querían "hacer mal" y decidió que tenía que "huir" de allí.

El agredido, que ha explicado que su partido no comparte "la actividad armada de ETA", ha precisado que ya en ese momento recibió una patada, a pesar de lo cual se encaminó a paso rápido hacia la Avenida de la Libertad donde sabía que había paradas de taxis y pensó que podría encontrar ayuda.

Sin embargo, no llegó a su objetivo porque dos de sus perseguidores le alcanzaron a la altura del mercado de San Martín y comenzaron a golpearle, mientras los otros dos permanecían literalmente "cruzados de brazos".

Martín ha precisado que recibió numerosas patadas y puñetazos y que cayó al suelo, donde perdió el conocimiento hasta que se despertó en un quirófano del servicio de Urgencias.

Los procesados, dos de los cuales ya no se encuentran en el Ejército, han relatado una versión muy distinta de los hechos, según la cual, la noche en la que ocurrieron los hechos caminaban por la calle después de salir de un bar atemorizados porque les habían identificado como militares y uno de ellos se dio cuenta de que la víctima estaba dando vivas a ETA y les insultaba.

Entonces comenzó a perseguirlo hasta que le dio alcance y le pegó "un puñetazo y un manotazo", tras lo que le soltó y cayó al suelo, mientras otro de los procesados le separaba y los dos restantes les apremiaban para escapar del lugar en taxi porque se les acercaban grupos de personas amenazantes y ellos estaban amedrentados.

En las proximidades del cuartel de Loiola se bajaron del taxi y se separaron en parejas, dos de ellos consiguieron llegar a su destino, pero los otros dos decidieron cobijarse en un bar porque pensaban que aún les perseguían.

Al abandonar el local, estos dos encausados fueron detenidos por agentes de la Policía Municipal que ellos confundieron en un primer momento con grupos de exaltados que querían agredirles.

La Fiscalía reclama un año y medio de prisión para cada uno de los dos presuntos autores materiales de la agresión y que indemnicen al agredido con 6.000 euros por un delito de lesiones, mientras que para los otros dos militares pide sendas multas de 4.200 euros por no evitar la paliza ni asistir al herido.

La acusación particular, que ejerce Mikel Martín, y la acusación popular, que representa a Zutik y a EGHAM, eleva hasta los tres años de cárcel la petición de pena para los dos primeros y demanda multas de 7.200 euros para los dos restantes, además de reclamar una indemnización de 18.000 euros. El juicio continuará el próximo día 11 con la declaración de varios peritos.


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