sábado, 13 de octubre de 2007

Como vive la comunidad gay latina en Atlanta





Como todos los años, Elizabeth Toledo llamó por teléfono a su madre el segundo domingo de mayo del año 1985 para desearle un feliz día de la madre y para invitarla a almorzar. Luego de terminada la comunicación, pasarían seis años antes de que estas dos mujeres volvieran a dirigirse la palabra. Toledo, una lesbiana de origen latino que convivía con otra mujer en ese momento, se enteró por medio de su madre que su hermana menor acababa de asumirse como lesbiana esa misma mañana. Toledo, quien hacía tiempo sabía que era la mayor de tres hermanas gays, se enojó casi tanto como su madre ante la revelación de su hermana menor.
"Me enojé porque pensé que yo me iba a llevar el secreto de ser lesbiana a la tumba ya que pertenezco a una generación anterior a la de mis hermanas" aseguró Toledo, quien trabaja como asesora en la Clínica para la Educación, Tratamiento y Prevención de Adicciones ubicada en Norcross, Atlanta.Cuando Toledo le dijo a su madre que no podía creer que su hermana menor fuese lesbiana, su madre le preguntó sin rodeos si ella también lo era. "Le dije: 'Mamá, no quiero tener esta conversación contigo por teléfono'. A lo que mi madre agregó: 'Bueno, creo que ya has respondido a mi pregunta'", relató Toledo en una conferencia sobre la problemática de la comunidad gay latina en Atlanta el pasado 27 de septiembre."'En lo que a mi respecta, tu estás muerta para mi, tu hermana está muerta para mi y sé que tu otra hermana también es gay, entonces ella también está muerta para mi'", recordó Toledo las palabras de su madre a través del teléfono.Von Diaz recuerda una respuesta muy similar de parte de su madre portorriqueña cuando le confesó que era lesbiana. Como muchas madres latinas, la de Diaz no demostró un enojo estereotípico, sino "simplemente un frío rechazo respecto a lo que acababa de contarle"."Ni siquiera lloró, simplemente no dijo nada", aseguró Diaz, directora asociada de la asociación sin fines de lucro Women's Action for New Directions. Luego de un distanciamiento de cuatro años, la madre de Diaz ha decidido apoyar a su hija, aunque Diaz se siente obligada vivir una doble vida. "Todos los que me rodean saben que soy gay, pero de mi familia solamente mi madre lo sabe ya que temo una reacción violenta de parte del resto de mis familiares y porque mi madre me pidió que no se los contara", confesó Diaz. Dice estar muy orgullosa de sus raíces hispanas, a pesar de que no hay muchas latinas en su "familia queer". "Creo que eso dice mucho acerca de la visibilidad de las lesbianas latinas", aseguró Diaz. "Realmente creo que hay muchas más lesbianas latinas ahí afuera [en Atlanta] que no salen del closet y creo que eso tiene mucho que ver".“Si es que efectivamente existe una ‘comunidad’ gay latina en Atlanta, lo más probable es que esté ‘escondida’”, declaró Greg Bautista, manager de la asociación AID Gwinnett."No existe una conciencia de unidad excepto quizás por un pequeño grupo de clubes LGBT donde los latinos se juntan una vez por semana", aseguró Bautista. "Y en esa clase de lugares, la socialización saludable se encuentra limitada por el uso de drogas y alcohol". Viviendo en un país extranjero y muchas veces hostil, muchos gays latinos temen sufrir la alienación de sus familias si hacen pública su orientación sexual."La conexión con la familia es muy importante; es algo que a los latinos se nos enseña desde que nacemos", aseguró Diaz.Los gays latinos, particularmente las mujeres "sufren múltiples formas de opresión desde el sexismo a la homofobia dentro de sus familias, hasta lo que se lee en algunos carteles que se pueden ver en algunas zonas de Georgia que proclaman: ‘El único buen Mexicano es el Mexicano muerto’”, dijo Toledo."Somos bombardeados por este tipo de mensajes una y otra vez", según Toledo, notando que esta clase de discriminación puede contribuir a incrementar las tasas de consumo de drogas y de enfermedades mentales en la comunidad gay latina. Como la mayoría de los grupos minoritarios, la resistencia de los latinos a la homosexualidad proviene de las profundas raíces religiosas y de la cultura machista, según Diaz."Esto proviene especialmente de la prevalencia del Cristianismo en la cultura latina y por consiguiente, en el foco puesto en el modelo de familia tradicional", reconoció Diaz, cuyo único recuerdo familiar de la infancia relacionado con la homosexualidad fue el de haber escuchado a su padre llamar a un amigo suyo "maricón" mientras jugaban al basket. Un programa radial en castellano de una emisora de Atlanta recientemente dedicó una de sus emisiones a la discusión acerca de la costumbre de los hombres gays de la ciudad que merodean los campamentos de trabajo buscando inmigrantes latinos para pagarles por sexo. "Esto está sucediendo mucho en todo el estado de Georgia", aseguró Sulma Jessica Herrera, coordinadora de la filial latina del Feminist Women's Health Center.Enfrentados con la opción entre ganar $30 por día trabajando duro o ganar $300 por tener una noche de sexo sin compromisos, los trabajadores latinos que cobran por sexo durante las noches se han convertido en una preocupación para los oficiales de la salud pública a través del país, al observar el incremento de infectados con HIV/SIDA entre los inmigrantes latinos.La principal preocupación de los latinos recién llegados al país es su estatus inmigratorio ya que Bautista aclara que las leyes de los Estados Unidos les hace imposible a los inmigrantes gays poder casarse y así obtener la ciudadanía. "Los latinos de la comunidad LGBT de Atlanta generalmente viven aislados y no cuentan con las redes de ayuda social que se encuentran disponibles en otros destinos de inmigración más tradicionales como Los Angeles, New York y Texas", agregó Bautista. "Por ejemplo, el estado de California cuenta con al menos 100 organizaciones sin fines de lucro para la asistencia a la comunidad latina LGBT, mientras que en el estado de Georgia no existe ninguna".

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