El Registro Civil de Valencia recibe siete consultas en una semana. Se exige un diagnóstico de disforia de género y un tratamiento de dos años
José Parrilla, Valencia
El Registro Civil de Valencia tramitó ayer los tres primeros expedientes de personas que quieren cambiar su nombre y su se xo acogiéndose a la nueva Ley de Identidad de Género, según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. En estos siete días el registro ha recibido, además, siete consultas de personas interesadas en este cambio, lo que da una idea de la acogida que ha tenido la medida en el colectivo, que sigue aspirando a que la sanidad pública asuma también los tratamientos y las operaciones de reasignación genital. Hasta ahora, uno de los problemas más importantes con los que se encontraban los transexuales, masculinos o femeninos, era tener una identidad que no se ajustaba a su físico. Para cambiar el nombre y el género en el Documento Nacional de Identidad era necesario iniciar una batalla judicial cuyo éxito dependía de que estuviera operado de genitales y de la sensibilidad del juez, lo que convertía el proceso en «una lotería », dijeron fuentes del colectivo Lambda de Lesbianas, Gays y Transexuales, uno de los que más influencia ha ejercido sobre el Gobierno socialista para la aprobación de la ley. Ahora eso ya no es necesario. Ni siquiera se precisa una sentencia judicial. La Ley de Identidad de Género, que entró en vigor el pasado martes en la Comunitat Valenciana -el lunes fue festivo-, permite solicitar un cambio de identidad aportando documentación médica y psicológica. En concreto, se requiere que a la persona afectada se le haya diagnosticado disforia de género (disonancia entre la identidad de género psicológica y el cuerpo); que haya recibido tratamiento hormonal, psicológico o quirúrgico durante al menos dos años, y tener nacionalidad española. Según Lambda, con esta ley se resuelve uno de los problemas más importantes del colectivo transexual. No tener una identidad legal que se correspondiera con su cuerpo tenía fuertes repercusiones psicológicas y en su vida cotidiana, co mo por ejemplo a la hora de coger un avión, abrir una cartilla bancaria o acceder a un puesto de trabajo. Precisamente, estas dificultades para integrarse en el mundo laboral han hecho que muchas de las transexuales españolas hayan tenido que dedicarse a la prostitución para sobrevivir, una circunstancia que, según las fuentes, podría cambiar sustancialmente. Ocurre, además, que la nueva ley es muy celosa con los datos antiguos. Cambia totalmente la partida de nacimiento y la identidad anterior sólo puede conocerse con una petición judicial o policial. Sanidad pública El reto ahora, dijeron, es trabajar contra la transfobia y convencer a las autoridades sanitarias, en este caso a la Generalitat Valenciana, para que se incluya en la Sanidad pública y de forma gratuita el tratamiento y la operación de cambio de sexo. « Queremos recordar que somos ciudadanos como los demás, que cumplimos con nuestras obligaciones y no podemos estar pagando una sanidad que después no nos reconoce el derecho a la sa lud» , dicen. Recuerdan, así mismo, que hay comunidades como la andaluza que lo hacen desde hace años y que ahora se están incorporando varias más, la última Asturias. Mientras esto llega, Lambda espera nuevos expedientes de cambio de identidad en las próximas semanas y algunos más a lo largo del año, según vayan cumpliendo los plazos de tratamiento. « Hay que tener en cuenta que hay mucha gente en tratamiento desde hace tiempo y muchos más que han empezado ahora» , precisaron las fuentes.
Alec Casanova
«Cuando cambias de aspecto tu DNI ya no sirve»
J. P., Valencia
Alec Casanova es activista del Colectivo Lambda y uno de los tres hombres transexuales que ayer presentaron sus expedientes de cambio de identidad de género en Valencia. Él nació mujer y siempre se ha sentido un hombre, por lo que la aprobación de la ley y la presentación del expediente ha sido una liberación, la recuperación de la dignidad ante la sociedad. «Yo descubrí que era un chico en la infancia, pero no sabía qué nombre darle. Crecí con la idea de ser como mi hermano o como mi padre, pero cuando llegó la pubertad y vi que mi cuerpo se desarrollaba en sentido opuesto se me cayó el sueño» , dice. Ante la falta de información y apoyo durante la adolescencia creció siendo mujer y sólo después de marcharse a estudiar a Holanda decidió emprender su « transición » personal y afrontar los problemas derivados de ello. Según dice, «cuando cambias de aspecto tu DNI ya no te sirve. Vas a pagar con tu tarjeta y tienes problemas porque esa persona no eres tu; muchos de nosotros no vamos a votar por no explicar delante de todo el mundo tu identidad; en Correos no te dan los paquetes porque no te identifican con tu carné y hasta en las elecciones sindicales te ponen en las listas el sexo de la persona, lo cual es una discriminación evidente », relata sin parar. Su suerte ha sido no tener problemas en el trabajo. Alec asegura que se hizo funcionario -es diplomado en Magisterio y licenciado en Filología Inglesa- para que cuando se produjera el cambio no lo pudieran despedir como pasa con otros transexuales. « Yo siempre lo llevé con mucha discreción y cuando cambié de aspecto imagino que habría profesores y alumnos que lo entenderían y otros que no, pero no he sufrido ningún rechazo» , afirma. Es más, «el día que se aprobó la ley estuve brindando en mi trabajo con muchos de mis compañeros ». Ahora, con la solicitud presentada y en vías de cambiar su identidad, Alec se siente aliviado. Según dice, «esta ley es un respaldo definitivo ante la sociedad, tenemos derecho a vivir dignamente y sin tener que pedir perdón a nadie» . El de ayer ha sido un día muy importante para él, pero quizá lo fue más el día de la aprobación de la norma, simplemente porque sabía que « era importante para muchas personas que tenían verdaderos problemas» , asegura sin poder contener la emoción.
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