martes, 20 de febrero de 2007

El arzobispado de Santiago pide vetar a los "pecadores"

El arzobispo de Santiago, Julián Barrio. / L.O.




El arzobispado de Santiago pide vetar a los "pecadores notorios" como padrinos


Recuerda a los párrocos que deben prohibir esta responsabilidad a parejas de hecho, casados por la vía civil o no confirmados.


C.Villar/ A. Mauleón / santiago/ vigoLa relajación de los deberes cristianos y la cada vez más patente desestructuración de la familia tradicional ha llevado al Arzobispado de Santiago a recordar a los párrocos algunos de los requisitos que deben cumplir los padrinos elegidos en el sacramento del bautismo y a pedirles mayor ímpetu para que, "en sintonía con las normativas canónicas", veten como padrinos a "pecadores notorios y a aquellas personas que han provocado escándalo público por su vida o conducta moral". De esta manera, la diócesis encabezada por el arzobispo Julián Barrio, recuerda en su boletín oficial que para la selección de candidatos a padrinos, los padres "no deben dejarse guiar únicamente por razones de parentesco, amistad o prestigio social". Por el contrario, deben elegir con seriedad a quienes sean capaces de influir eficazmente en la educación cristiana de los menores y evitar que el padrinazgo "se convierta en una institución de puro trámite". Los elegidos tienen que llevar "pública y privadamente" una vida "congruente con la fe de la Iglesia". Por ello, los párrocos deben prohibir que asuman esta responsabilidad las parejas de hecho, los no confirmados, los casados sólo por la vía civil, los no practicantes, los que han renunciado a continuar por el camino de la Iglesia o los menores de 16 años, así como aquellas personas "que hayan provocado escándalo público por su vida o conducta moral". La directiva diocesana recomienda a los párrocos que, en caso de duda sobre la idoneidad de los nombrados, "pueden ser útiles métodos de preparación como las visitas a sus domicilios, entrevistarse con ellos en los templos, ofrecerles folletos, promover reuniones familiares y facilitarles libros de catecismo". Incluso, para prevenir situaciones anómalas, sugiere al sacerdote que recabe la presentación de partidas bautismales u otros documentos.Menos confirmadosEl sacerdote vigués Alberto Cuevas reconoce que, últimamente, se hace más necesario preguntar por los padrinos. "Antes era más normal que todos estuviesen confirmados o que se hubieran casado por la Iglesia, pero ahora no; por eso es nuestra obligación indagar". Sin embargo, confiesa que puede ser una situación incómoda para todos. Por ello, en la diócesis de Tui-Vigo acostumbran a tener una charla previa con los padres para recordarles los requisitos que deberían cumplir los padrinos. "Cuando el sacerdote conoce bien a la familia todo es más fácil, pero si llega nuevo a una parroquia o tiene dudas, su deber es preguntar e, incluso, pedir la documentación necesaria", explica Cuevas. La única excepción que hacen en esta diócesis respecto a los requisitos es que uno de los padrinos, aunque no esté confirmado, se esté preparando para ello. "En esos casos, esta persona figura como testigo ya que la ley de la Iglesia sólo exige un padrino", argumenta el sacerdote. Cuevas indica que se encuentra con casos en que los padres prefieren esperar a que el niño sea mayor para bautizarle. Esta situación, en su opinión, "puede crear un conflicto emocional en el niño, que se ve diferente a la mayoría de sus compañeros".Por su parte, para el sacerdote y sociólogo Juan José Cebrián, la Iglesia incluso exige más a los padrinos que a los padres, partiendo del hecho, además, de que los padrinos no son necesarios siempre y cuando los padres sean y ejerzan como católicos. "Para el padrino se exige más que para el padre. Porque con el padre lo que hay es una relación biológica, que no se escoge, mientras que con el padrino sí".

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