Desde el bar
Héctor Anabitarte
El jueves pasado el diario porteño "Crónica", que no se caracteriza por titular de forma discreta, tituló en portada (acá le dicen tapa), con grandes letras "Boca mató", festejando el triunfo del equipo argentino ante el Gremio de Brasil (tres a cero). Los medios coinciden en informar que Riquelme sobresalió, su gol, espectacular, preciso. Para otro diario, "Página 12", "goleó a Gremio en una soberbia despedida de Riquelme de la Bombonera" (así llaman al estadio boquense; es una bombonera que parece que está a punto de estallar). La hinchada, "La 12", no dejó de acompañar a su equipo antes, durante y después del partido de la final de la Copa Libertadores (San Martín y Bolívar), y no se produjo ningún altercado (no siempre es así). La hinchada, incansable, acompañándose por los bombos (suenan en Argentina desde los años cuarenta cuando Perón llegó a la presidencia), coreó el nombre de Juan Román Riquelme que el próximo 30 deja Boca. Se lo llevan los euros de la Madre Patria. Un hincha dice, ¿Madre Patria?, la madrastra de Blanca Nieves.
En un palco, de su propiedad, Maradona, acompañado por sus hijas. Lo devora su protagonismo. Grita, abraza, más que nadie. Ajeno a la mesura, se niega a honrar con serenidad su "pasado glorioso". Desprecia el bronce que le corresponde en la historia del fútbol mundial. Prefiere el papel del gamberro, del más gamberro, en un botellón.
En otro palco, el cineasta Francis Ford Coppola. Sigue atentamente tanto el partido como el ambiente en las gradas. No olvidará estas imágenes. Alguna vez las veremos en su cine. En el mismo palco, el presidente de Boca, Macri, que el próximo 24, en la segunda vuelta electoral a Jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, posiblemente la gane. Macri... Un empresario muy rico, él y su padre, fortuna acumulada de manera sospechosa, bajo el paragua de un gobierno corrupto, el de Menem, que cuando presidente de la República la hundió en una profunda crisis, alegremente, de la mano del Fondo Monetario Internacional. Una etapa nefasta, con millones de parados, de hambrientos, con "corralitos", un país saqueado, ejemplo para los neo-conservadores.
Menem, que como Maradona, se niega a abandonar los telediarios, dijo que es amigo de Macri, y éste, se apresuró a negar esa amistad (cría cuervos). Macri, entre otras cosas, promete seguridad. Un hincha de Boca dice, si ni siquiera ha podido controlar la barra brava boquense, pero muchos habitantes de Buenos Aires le han creido. En realidad lo que promete, con una sonrisita, es represión. Una vecina en el colectivo dice yo voy a votar a Macri, es rico, no necesita robar. Ingenua la vecina, desconoce el origen de su fortuna y también ignora que los ricos, no todos, sólo aspiran a ser más ricos.
En pocos años la situación en Argentina ha mejorado de manera significativa. Un dato: en el último censo de los extranjeros empadronados en España, la presencia de argentinos ha disminuido en 10.541 personas. Cuando el corralito se decía como en Uruguay en sus momentos más difíciles: Que el último apague la luz.
El mismo día que Boca "mataba" metiendo tres pacíficos goles, es el aniversario de la derrota sufrida en la guerra de las Malvinas, unos cincuenta ex combatientes de aquella desgraciada guerra se manifestaron en el edificio donde vive el ex gobernador militar de aquellas islas, reclamando que se le quite la pensión. Uno de los ex combatientes explicó a los medios que "en este momento lo que estamos pidiendo es el comienzo de una profunda investigación sobre la actuación de militares argentinos que realizaron en Malvinas las mismas prácticas efectuadas durante el terrorismo de Estado". El Gobierno, recientemente, por fin, 25 años después, ha recompensado a los ex combatientes que una dictadura acorralada llevó a una guerra de manera irresponsable. Una guerra desastrosas, como todas: se estima que una de sus consecuencia es el suicidio de unos 500 combatientes, 250 ingleses y 250 argentinos. Pero la Dama de Hierro está muy orgullosa de aquel horror.
El miércoles pasado "Boca mató". Durante toda la semana una serie de actos organizados por COEPRA (organización de los exilados cuando la dictadura de Videla y también víctimas de las Tres A) e Hijos e Hijas de Desaparecidos. Se trata de muertos, desaparecidos de verdad, de gente que tuvo que dejar el país pues sus vidas corrían peligro. Reclaman al Gobierno que se ayude a estas personas. En Argentina, como en España, y en tantos países, lo que se llama memoria histórica tiene más que ver con el presente que con el pasado.
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