El escenario donde se oficiará la misa. EFE
Rouco Varela convoca una misa en la madrileña plaza de Colón que servirá para que los católicos conservadores traten de "poner deberes" al nuevo Gobierno
Apenas hace cuatro meses, las huestes católicas colapsaron el centro de Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Este mediodía, y por quinto año consecutivo, el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, acompañado de una treintena de obispos y con el inestimable apoyo de los kikos (y la total colaboración de Comunidad y Ayuntamiento), convoca la misa de las familias católicas en la madrileña plaza de Colón. El acto arrancará a las 14.30 horas, aunque los cortes de tráfico ya se habían producido al cierre de esta edición.
El evento servirá para que los grupos más conservadores del catolicismo, junto a sus pastores, traten de "poner deberes" al nuevo Gobierno en materia de familia, defensa de la vida y matrimonio. Así se han encargado de anunciarlo algunos de los responsables de la cita, como el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig, quien ha proclamado que el Ejecutivo de Mariano Rajoy debe considerar a la familia católica como "un patrimonio de la humanidad", reclamando el fin del matrimonio gay, las políticas de igualdad e, incluso, la ley del divorcio, que en su opinión "ha sido un retraso cultural".
Otros han ido más lejos, como el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, quien ha deseado "la abolición total del aborto. Y que se respete el derecho de los padres a educar a sus hijos". Por su parte, el obispo de Logroño, Juan José Omella, también ha pedido la desaparición de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, al considerarla un ejemplo de "estatalismo gravísimo".
Junto a Rouco y Kiko Argüello, en el altar se encontrarán obispos y cardenales de toda Europa, como Christoph Schönborn (Viena) o Lluís Martínez Sistach (Barcelona). Se espera que el papa Benedicto XVI intervenga vía satélite con un mensaje grabado.
Críticas por excluyente
La convocatoria de las familias católicas ha sido duramente criticada, incluso desde el interior de la propia institución. Así, el Foro de Curas de Madrid acusaba en un comunicado a los convocantes de la marcha de hacer "un juicio público y condenatorio" de otros modelos de familia, al tiempo que recordaban que "el actual formato de familia tradicional no fue ni ha sido el único que la Iglesia católica ha propuesto a lo largo de su historia".
Por su parte, el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) ha calificado la misa como un evento "excluyente" y "discriminatorio". El acto, según COGAM, "denigra, insulta y se mofa de los otros tipos de familias". En un comunicado, el colectivo exige "a la jerarquía de la Iglesia católica que deje de manipular a la opinión pública y se convierta de verdad en una entidad democrática que respeta los derechos de todas y todos los ciudadanos".