Así están las cosas en algunas provincias españolas. La serofobia se abre paso, por desgracia, y tiene que llegar el Día Mundial del Sida, cuando se pasan los resportes anuales, para enterarnos de que una funeraria de Burgos (España) se ha negado a vestir a un fallecido de sida.
No se sabe muy bien si la razón principal radica más en que los empleados 'temieran ser contagiados' o por pura homofobia en una localidad tomada por la derecha y poco dada a expresiones de ningún tipo LGBT (ni buenas ni malas).
La familia del fallecido, sin embargo, hace dos meses valientemente se decidió a poner el caso en manos del Comité Ciudadano Antisida de Burgos los cuales se encuentran investigando el caso.
Tanto si se tratase del primer caso como del segundo, lo que se sabe seguro es que la falta de información correcta hace que tanto la homofobia y la serofobia campen a sus anchas.Y mucho de esto se lo debemos a los serios recortes sociales y en sanidad, que están afectando tanto a asociaciones del sida y VIH, como a las mismas asociaciones LGBT que luchan por erradicar la homofobia.
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