miércoles, 17 de septiembre de 2008

Destacadas personalidades del mundo de la cultura, la política, el sindicalismo, dirigen un escrito al presidente del gobierno, solicitando la creació



Destacadas personalidades del mundo de la cultura, la política, el sindicalismo, dirigen un escrito al presidente del gobierno, solicitando la creación de un centro por la paz y la memoria

Se suman así a la petición de las organizaciones vecinales y de expresos que reivindican el mantenimiento de los elementos más simbólicos de la antigua cárcel de Carabanchel.

Hoy 17 de septiembre, coincidiendo con el décimo aniversario de la publicación en el BOE del cierre del centro penitenciario, se ha presentado en el registro del Congreso de los Diputados una carta dirigida al Presidente del Gobierno solicitando que parte de la antigua cárcel se conserve para crear un centro por la paz y la memoria. Al acto han acudido algunos de los firmantes, como Marcos Ana, Víctor Díaz Cardiel, Angustias Martínez, Gervasio Puerta, Eduardo Mendicutti, Gaspar Llamazares, Jaime Pastor y representantes de diversas asociaciones.
En el escrito se afirma que “la madrileña cárcel de Carabanchel fue uno de los lugares emblemáticos de la represión que el pueblo español sufrió durante los largos años de la dictadura franquista”.
Recuerdan a Zapatero que “son numerosos los países que, habiendo sufrido los rigores de regímenes dictatoriales, han dedicado algunos de sus centros de tortura y exterminio como muestras vivientes de lo que nunca debe volver a ocurrir”.
Tras apoyar la lucha vecinal por el uso social de los terrenos de la prisión, el escrito termina:“Por todo ello solicitamos que parte de las instalaciones de la antigua cárcel de Carabanchel se destinen a crear un centro y museo de la memoria, de la paz, de la convivencia y del respeto a los derechos humanos, valor universal consagrado en la Declaración de 1948”.
El escrito está firmado por centenares de personas, entre las que destacan, además de los citados, ex presos como Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, Antoni Ruiz o Julián Ariza; rectores, catedráticos y profesores de universidad como Carlos Berzosa, Fco. Fdez, Buey o Teresa Bustos; sindicalistas como JM Fidalgo, Manuel Zaguirre, Javier López, Ricardo Martínez o Agustín Moreno; actores como Federico Luppi, Juan Diego, Pepe Viyuela, Juan Diego Botto o actrices como Aitana Sánchez Gijón, Nuria Espert, Marisa Paredes o Pilar Bardem; investigadores del CSIC; músicos como Luis Pastor, Pedro Guerra, Miguel Ríos, Ana Belén, Labordeta, Kepa Juntera, Víctor Manuel, Aute, o la Excepción; escritores como López Salinas, Galeano, Isaac Rosa, Almudena Grandes, JL Sanpedro o Rosa Regàs; hispanista como Ian Gibson; periodistas como Javier Ortiz o Martxelo Otamendi; diputados nacionales y madrileños, dirigentes políticos, vecinales y sociales; profesionales y vecinos en general, y multitud de organizaciones vecinales y de la memoria histórica.
Plataforma por un centro para la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel
Contactos:
Julián Rebollo 610 252 400 (AVV Aluche) / Mª José Gallego 616 526 058 (Foro por la Memoria)
Pedro Casas 669 424 251 (AVV Carabanchel Alto) / José Mª Coronas 649 315 198 (U.C.R.)
http://salvemoscarabanchel.blogspot.com/


La dictadura murió en la calle

En transición
FOTOS - FRANCESC ABAD - 16-09-2008
Pieza de la serie 'Documentos' (1976 -1977). Se trata de una obra sobre papel que muestra los rostros de los abogados del despacho de Atocha. Impresión de amoníaco, rotulador negro.- FRANCESC ABAD

http://www.elpais.com/fotogaleria/transicion/5799-1/elpgal/


La dictadura murió en la calle

Una exposición revela el protagonismo de la sociedad civil en la lucha contra el régimen de Franco
RAFAEL FRAGUAS
Hechos. Conciencia. Memoria. El relato observa cabalmente esta tríada y narra hasta el 9 de noviembre una historia singular en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, ahora denominado Teatro Fernán Gómez Centro de Arte, en la plaza de Colón. Su título es En transición y ofrece una mirada insólita sobre los cambios sociales que preludiaron el cambio político histórico registrado en la península ibérica, Portugal incluido, hace ahora tres décadas.

La perspectiva es inédita pues la primacía en la interpretación de lo sucedido en aquellos trepidantes años ha sido casi siempre abducida por la clase política, recelosa a la hora de admitir un protagonismo distinto del suyo, evidente desde luego, pero ni mucho menos único en la determinación de los hechos. Precisamente, la exposición pone de manifiesto que fue la sociedad civil española el motor más eficaz de aquella transformación democrática que, tras siglos de declinar político incesante, llevó a España a poder mantener la mirada alta frente a sí mismo desde entonces hasta nuestros días. "Hemos querido mostrar que a la frase 'Franco murió en la cama' hay que añadirle, 'la dictadura murió en la calle", dijo Ricard Vinyes en la presentación de la exposición.

Para demostrarlo, el relato de la exposición comienza con la frase "atado y bien atado" con la que el dictador Francisco Franco, en su discurso de fin de año de 1969, pretendía sellar para siempre el horizonte político español con su infame lacre totalitario. Unos meses después de aquel dicterio, entre el 17 y el 21 de febrero de 1971, el Consejo Nacional del Movimiento, sanedrín máximo del franquismo, celebraba una reunión a puerta cerrada, recreada ahora, treinta años después, con las actas recobradas de aquel akelarre político. El visitante puede pues escuchar a un consejero, doblado por actores, gritar al Consejo que prefiere "una religión sin sacerdotes que sacerdotes sin religión", en referencia a la actitud de algunos curas obreros fundidos entonces con los intereses de sus parroquianos proletarios.

Con cerrazón sorprendente ante los vientos de cambio que soplaban fuertemente desde los hogares, las aulas y las fábricas, el Consejo del Movimiento llegó a escuchar en esas jornadas que "los españoles (casi todos) cantan el Cara al Sol (himno falangista)", mientras tanto, en las calles, decenas de miles de mineros, transportistas, metalúrgicos o albañiles paralizaban consecutiva o simultáneamente ramas enteras de la producción, la policía "no puede abandonar los campus universitarios (sic)" y el autócrata decretaba estados de excepción que suprimían la debilísima trama de derechos individuales que su régimen avaramente consentía.

Bajo los rótulos Huelga; Comisaría; Escuela; Asociaciones de Vecinos; Núcleos de convivencia; Escena musical; Psiquiátrico; Autonomías y Representaciones, la exposición repasa el bastidor social sobre el cual pivotó la transformación política en clave democrática experimentada, no sin efusión de sangre, por el país entero.

Concretamente, en el ámbito llamado Comisaría se exhiben hasta 400 clichés fotográficos en negativo de otras tantas personas fichadas por la policía política franquista. "Dan ganas de averiguar si uno mismo está entre ellos", señala Pablo, de 59 años, quien insiste en que un amigo suyo, de nombre Agustín, compañero de facultad, se ve allí retratado. Difícil confirmarlo puesto que, por la ley de Protección de Datos, los comisarios de la muestra han observado exquisitamente el anonimato de los retratados, cuyas fechas de nacimiento y apellidos han sido ocultados. En un estrado contiguo se expone la silla donde se fichaba a los sospechosos ?por definición todo detenido? mientras una ristra de estadillos cataloga por igual como delincuentes a homosexuales, mujeres que han abortado o meros consumidores de estupefacientes.


Enrique Ruano

Apartado esclarecedor de las transición en Madrid lo constituye el relato gráfico del caso del estudiante madrileño de Derecho, Enrique Ruano, vecino de la calle de Conde de Aranda, detenido por la Brigada Político-Social en su domicilio, allí tiroteado y posteriormente, muerto por defenestración desde un quinto piso. Se exhibe asimismo lo publicado entonces por el periodista-confidente policial de un matutino madrileño sobre su asesinato, que tildaba de "suicidio", mientras publicaba un diario íntimo sin consentimiento alguno. Los autores de aquel crimen fueron exculpados por la ley de Aministía de 1977, recuerda una cartela de la exposición.

Otro registro específicamente madrileño es el capítulo dedicado al movimiento vecinal, con una filmación de Tino Calabuig sobre la lucha ciudadana en Orcasitas y el barrio de San Blas. El hoy veterano y dirigente en activo del barrio meridional, Félix López Rey, surge ante la cámara con treinta años menos y un divertido gracejo. Con él sazona su narración sobre cómo la asamblea vecinal de Orcasitas iba poco a poco erradicando el chabolismo en el que se hallaba sumido el barrio, arrancando agua, luz, viviendas y calles a un régimen como el franquista que, pese a su demagogia paternalista, había abandonado urbanísticamente a la suerte de los especuladores gran parte de la periferia obrera madrileña, considerada "desafecta": San Blas, Vallecas, Entrevías, el Pozo del Tío Raimundo, Usera, Villaverde...

Del mismo modo, con una copiosa y selecta documentación fílmica y testimonial, se hace eco de los cambios sociológicos operados puertas adentro de los hogares y protagonizada por amas de casa, tejedoras, lesbianas, homosexuales y en las calles, también por educadores, artistas, psiquiatras ?contra los manicomios como centros de reclusión socio-política?, abogados, médicos o actores. Aquella generación de la transición fue la heredera de un legado de luchas obreras, campesinas, estudiantiles e ideológicas de generaciones anteriores, que no pudieron saborear el néctar de la libertad, si bien su contribución resultó imprescindible para logarla.

Organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, cuya nueva presidenta es Soledad López, que sustituye a José García Velasco, al que evocó en su plàtica inaugural, y producida por el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, con Joseph Ramoneda en su dirección, la exposición ha sido comisariada con sabiduría y elegancia por Manel Risques, Ricard Vinyes más Antoni Marí y coordinada con desenvoltura por Cira Pérez.

El despliegue documental aplicado es formidable, como revela la recuperaciòn de una película perdida sobre el montaje del Marat-Sade de Adolfo Marsillach; la maqueta cinematográfica de la Operación Ogro, sobre el atentado contra el almirante Luis Carrero Blanco mano derecha de Franco; la correspondencia familiar de Salvador Puig Antich, con una instalación alegórica de Joan Brossa, o una carta a su madre de Juan Paredes Manot, sentenciados a muerte en distintos juicios sumarísimos; la carta de Picasso contra el traslado del Guernica a España mientras Franco viva ... Los visitantes pueden formular sus preguntas, que se filman, y serán respondidas en un acto abierto el 5 de noviembre próximo, cuatro días antes de la clausura de la muestra. Todo lo expuesto rehace de manera interesante, amena y respetuosa la tríada que conecta los hechos históricos, la conciencia y la memoria.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Antigua Cárcel de Carabanchel: Presentan un escrito dirigido al presidente del gobierno, solicitando la creación de un centro por la paz y la memoria



Cárcel de Carabanchel:

Presentan un escrito dirigido al presidente del gobierno, solicitando la creación de un centro por la paz y la memoria

El escrito está apoyado por centenares de personas, entre las que destacan expresos políticos y sociales, personas del mundo de la cultura, de la docencia, de la política, del sindicalismo, de organizaciones vecinales y sociales

El acto de entrega del escrito tendrá lugar el miércoles 17 de septiembre, las 11 de la mañana, en la puerta principal del Congreso de los Diputados, donde será presentado en el registro.

En el escrito se solicita el mantenimiento de alguno de los elementos más simbólicos de la cárcel, como la cúpula central, para que no se borre la memoria de lo que fue la represión franquista, y que tuvo en la cárcel de Caabanchel uno de sus centros más emblemáticos.

Al mismo acudirán algunas de las personas firmantes, cuya relación se dará a conocer en el momento, y en el que figuran expresos políticos, sindicales y sociales, actores y actrices, músicos, escritores, catedráticos y docentes, rectores de universidad, dirigentes políticos, sindicales, vecinales y sociales, no sólo de Madrid sino de otros lugares de la geografía española, incluso del extranjero.

Otros actos:
Tras el éxito de la última visita, el próximo domingo 21, a las 12h, desde la puerta principal (Av. de los Poblados) se realizará una nueva visita guiada a la Cárcel de Carabanchel, para toda aquella persona que quiera verla por dentro antes de que sea derribada.

Y el sábado 27 a las 18h. habrá una concentración de expresos y vecinos en general en el interior de la cárcel, para reclamar una vez más que no se especule con el terreno y que se dedique a los equipamientos necesarios para el barrio y a un centro por la paz y la memoria.
Plataforma por un centro para la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel

Los jueces se exculpan de sus errores




Los jueces se exculpan de sus errores

Entre 2002 y 2007, el CGPJ sancionó a 158 magistrados. Más de treinta recibieron únicamente advertencias o multas inferiores a 300 euros. Sólo tres fueron expulsados de la carrera judicial

O.L.F. - MADRID
Algo falla en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y en sus resortes para sancionar a jueces y magistrados cuando cometen errores. Al menos eso es lo que piensan el Gobierno, el PSOE, el PP y la inmensa mayoría de la opinión pública. Una coincidencia fruto de la decisión del pasado miércoles de la Comisión Disciplinaria del órgano de gobierno de los jueces de sancionar sólo con una multa de 1.500 euros al juez Rafael Tirado, titular del juzgado sevillano que se olvidó de ejecutar la orden de prisión de Santiago del Valle, el pederasta luego detenido como presunto autor de la muerte de la niña Mari Luz Cortés.
Una coincidencia que se vio reforzada cuando ese mismo miércoles se conocía que esa misma Comisión Disciplinaria y los mismos cinco magistrados que habían decidido la polémica sanción al juez Tirado impusieron una multa de 7.500 euros a otro magistrado, en esta ocasión de Talavera de la Reina (Toledo), por abuso de autoridad y por multar injustificadamente al secretario judicial y a los funcionarios que le denunciaron por falta de higiene. Una multa cinco veces mayor que la de Tirado pese a que en su expediente no aparecía como trágica consecuencia la muerte de una niña.
“Entiendo que la sociedad perciba como insignificante la sanción al juez Tirado, que piense que se ha sido indulgente con él, pero no es así. La Comisión Disciplinaria sólo tuvo en cuenta, porque así debe ser, la negligencia cometida, no las desgraciadas consecuencias que tuvo”. Quien habla así es Enrique López, vocal portavoz del CGPJ saliente y miembro destacado del sector conservador del mismo. Enrique López insiste en que los jueces deben “abstraerse de la opinión pública” cuando toman sus decisiones y que la sanción al juez del caso Mari Luz “es entendida y apoyada por la práctica totalidad de la carrera judicial, gran parte de la Fiscal y numerosos juristas”.
¿Son blandas las leyes con los errores de los jueces? El portavoz del CGPJ lo niega e insiste que en comparación con países de nuestro entorno, como Francia, Italia o Alemania, en España se sanciona porcentalmente más a los jueces. Incluso asegura que otros colectivos de funcionarios de nuestro país también salen mejor parados que ellos.
Más de mil denuncias
Sin embargo, las cifras recogidas en las Memorias que cada año publica el órgano de gobierno de los jueces parecen esforzarse en decir lo contrario: de las más de mil denuncias contra jueces y magistrados que llegan por término medio cada año al CGPJ, finalmente sólo acaban en sanción una veintena de ellas, algunos de ellas con simples advertencias o con multas de unos pocos centenares de euros. Basta echar un vistazo a los datos de cualquier de los años para constatar esta abismal diferencias entre denuncias y sanciones, entre los errores y sus castigos.
Año 2005. 1.317 informaciones previas tramitadas. De ellas, salieron 189 diligencias informativas, que se redujeron a 45 expedientes incoados. Finalmente, sólo 16 de ellos acabaron en sanción. La mayor, dieciocho meses de suspensión al magistrado Gordiano Casas, juez decano de Elche (Alicante), para el que el CGPJ consideró probado que intentó presionar a un compañero para que resolviera en un determinado sentido un proceso en el que se ventilaban cuestiones sobre inmuebles de gran valor económico, favoreciendo a su mujer, que actuaba de procuradora en el mismo. La sanción incluyó también multas por un total de 2.550 euros y su traslado forzoso. El resto de los jueces sancionados aquel año se repartieron suspensiones por un año, por diez meses, por ocho, por tres o multas que no superaron los 2.000 euros. Incluso una se resolvió con una simple advertencia. ¿Separados de la carrera judicial? Ninguno.
De hecho, de los 158 jueces y magistrados sancionados entre los años 2002 y 2007 –de una plantilla de más de 4.500–, sólo tres fueron apartados definitivamente de la carrera judicial. Uno, en 2004. Los otros dos, el pasado año. Uno de ellos fue la titular del Juzgado de los Penal número 1 de Motril (Granada), Adelina Entrena, quien olvidó ordenar la libertad de tres presos. Entre ellos estaba José Campoy, quien pasó 437 días en la cárcel pese haber sido declarado inocente.
Sin embargo, en ese mismo periodo los que recibieron simplemente advertencias o multas que no superaban los 300 euros ascendieron a más de 30. Sin olvidar que los magistrados sancionados –como ha anunciado ya el juez Tirado– tienen la posibilidad de recurrir ante sus compañeros del Tribunal Supremo, que en numerosas ocasiones terminan anulando las decisiones de sus colegas del CGPJ. Una facultad que, por ejemplo, no tiene el denunciante, aunque sí la Fiscalía.
Acusaciones de “amiguismo”
“Se sanciona poco, mal y siempre por amiguismo”. Quien lanza esta cruda crítica no es ni político ni se oculta bajo el anonimato de la opinión pública. Es Alfons López Tena, miembro también del saliente CGPJ. Este magistrado insiste con rotundidad que al juez Tirado le ha salvado “su pertenencia a una de las asociaciones de magistrados mayoritarias y el corporativismo que existe entre nosotros”. López Tena no ahorra en críticas a una forma de sancionar que “deja bien claro que hay una Justicia para los jueces y otra para el resto de los humanos”.
“Cómo, si no, se explica que a un médico que comete una negligencia se le condene con mayor o menor dureza en función de las consecuencias de las mismas, y con los jueces no se tengan en cuenta dichas consecuencias ni siquiera cuando ésta es la muerte de una niña pequeña”, asegura. López Tena cree, además, que la “benevolencia” de sanciones como la del juez Tirado “pierde el factor ejemplarizante”.
No es su única denuncia. Este vocal destaca también que el tiempo corre a favor de las magistrados y, además, mucho más deprisa que con otros colectivos. La caducidad de sus expedientes disciplinarios es de seis meses –como se encargó de fijar en febrero de 2006 con una sentencia el Tribunal Supremo– cuando la de los que abren a los secretarios y otros funcionarios de los juzgados es de un año. Consecuencia: muchos de los jueces amenazados de sanción dilatan los tiempos para forzar aquella y que sus errores queden impunes. Cinco de ellos, con faltas graves, ya lo han conseguido desde entonces.

Historias de magistrados

600 eurospor dar consejos religiosos en las sentencias
En noviembre de 2007, la Comisión Disciplinaria del CGPJ sancionó con 600 euros al magistrado de la Audiencia Provincial de Cantabria Esteban Campelo por incluir en sus sentencias expresiones “de todo punto innecesarias, improcedentes y extravagantes”. En concreto, recomendó a una pareja en trámites de divorcio que acudiese a la iglesia para reconciliarse: “Hay que partir, como premisa fundamental, de la existencia de Dios, que ha creado el hombre/mujer (,..) y también admitir la existencia del Maligno, que se rebeló contra Dios y se constituye en principal enemigo del hombre, al intentar romper ese lazo de amor”.

Un mesde suspensión por desentenderse de un detenido
El Pleno del Consejo General del Poder Judicial acordó el 9 de octubre de 2002 suspender en sus funciones durante un mes al titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid, Ramiro García de Dios, por la comisión de una falta disciplinaria muy grave por desentenderse de un detenido, a quien la Policía había incautado 38 gramos de drogas y que en ese momento estaba hospitalizado por encontrarse inconsciente. El magistrado ordenó devolver el atestado a la Policía para que, una vez recuperado el detenido, «hiciese lo que estimara conveniente o, en su caso, lo presentaran al Juzgado que correspondiese».

Un añopor tener 255 causas pendientes de sentencia
El pasado 23 de enero, el titular del Juzgado de los Social de Teruel, José Luis Eduardo Morales, fue sancionado con un año de suspensión por acumular 255 casos pendientes de sentencia. El retraso provocó que cerca de un millar de empresarios y trabajadores de la provincia tuvieran que aguardar una resolución judicial dos años después de que se celebraran sus respectivas vistas orales.

Una multa por un retraso que acabó en la muerte de una mujer
El 2 de julio de 2001 la Comisión Disciplinaria del CGPJ acordó imponer a la juez de Alcobendas (Madrid) María del Carmen Iglesias una multa de 200.000 pesetas por el retraso injustificado en la tramitación de varias denuncias de Mar Herrero contra su ex novio, quien finalmente la asesinó.

Siete mesespor presionar en favor del banquero Mario Conde
El 26 de marzo de 2003, el Pleno del CGPJ acordó suspender por siete meses en sus funciones a la juez de vigilancia penitenciaria número 2 de Madrid, María del Prado Torrecilla, denunciada por presionar a una compañera para que concediera el tercer grado penitenciario al ex banquero Mario Conde. El 12 de enero de 2005, el Tribunal Supremó confirmó la sanción. El instructor del expediente disciplinario había planteado la suspensión por tres años y el fiscal, la expulsión de la carrera judicial.

Doce mesespor aprovechar su cargo para no pagar una multa
El 10 de septiembre de 2003, el pleno del CGPJ decidió suspender de sus funciones por un año al juez de Primera Instancia e Instrucción de Cornellá (Barcelona) Carles Almeida Espallargas, quien quince meses antes había redactado un oficio del Juzgado con el fin de poder recuperar su vehículo, que había sido retirado por la grúa municipal, sin el pago de “tasa, coste o gasto”, expresión que añadió a dicho oficio.

Sin sanciónpor una resolución que permitió a un narco fugarse
En julio de 2002, el Pleno del CGPJ decidió, por once votos contra nueve, suspender por siete meses al magistrado de la Audiencia Nacional Carlos Cezón, y por seis meses a otros dos jueces de este tribunal, Juan José López Ortega y Carlos Ollero. El Pleno consideró como falta muy grave que los tres dictaran la resolución para ex carcelar al supuesto narcotraficante Carlos Ruíz, ‘El Negro’, que aprovechó para fugarse. Los tres magistrados recurrieron al Tribunal Supremo, que en noviembre de 2004 anuló las sanciones al considerar que el CGPJ se había excedido en su labor disciplinaria y se habían inmiscuído en decisiones jurisdiccionales de los magistrados .

1.000 eurospor hablar de la ‘braga amarilla’ de una testigo
La Comisión Disciplinaria acordó sancionar con una multa de 1.000 euros a la titular del Juzgado de los Penal Número 1 de Huelva, María José Moreno, por el empleo en una resolución judicial de expresiones ofensivas. La juez dictó una sentencia en la que incluyó referencias a la “braga amarilla” de una mujer que declaró como testigo en un juicio contra su ex novio, al que ella había denunciado por darle una bofetada. También destacaba su negativa a bajarse la camiseta que vestía “y a cubrirse la entrepierna con el bolso”.

Suspendido por el error que puso a un etarra en libertad
En septiembre de 2004, el Pleno del CGPJ suspendió por un año al juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco por por dos faltas disciplinarias muy graves, una de ellas de desatención, que permitió la excarcelación del presunto etarra Ibai Ayensa; y otra de retraso injustificado, por haber tardado un año y diez meses en procesar a los miembros del ‘comando Urbasa’ de ETA.

600 euros para el juez de las sentencias homófobas
El 4 de marzo de 2008, el CGPJ impuso una multa de 600 euros al juez de Murcia Fernando Ferrín Calamita –que se encuentra suspendido de sus funciones– por usar expresiones extravagantes en un auto en el que denegaba la custodia de dos hijas a una madre por su condición de lesbiana: “Es el ambiente homosexual el que perjudica a los menores, y el que aumenta sensiblemente el riesgo de que éstos también lo sean”. La Comisión Disciplinaria decidió aplazar su decisión sobre otras dos propuestas de sanción hasta que el Tribunal Superior de Justicia de Murcia termine de instruir la querella presentada por la pareja de lesbianas.

1.000 eurospor citar a un vecino para darle "de hostias"
En mayo de 2005, el CGPJ sancionó al juez de Paz de la localidad cacereña de Salvatierra de Santiago, Jonás Martín, con una multa de mil euros por incurrir en una falta grave por «abuso de autoridad». Consideró probado que el juez citó a un vecino en el juzgado para “darle de hostias”

Dos multasde 50.000 pesetas por expresiones "difamatorias"
En noviembre de 1992 se sancionó con dos multas de 50.000 pesetas, por sendas faltas disciplinarias graves, al juez de lo Penal de Alcalá de Henares (Madrid) Miguel González Calderón por considerar que se excedió al incluir expresiones que contenían juicios personales “difamatorios, despectivos” en la sentencia en la que absolvió a un ATS que besó los pechos de una paciente de 60. “No debe sentirse ofendida por esto; más bien es timbre de honor y orgullo”, escribió en el fallo.

Seis meses por desatender su juzgado en sábado
El juez de instrucción de Martos (Jaén), Juan Antonio Chamorro, fue sancionado a seis meses de suspensión por una falta de desatención al no haber recibido porque era sábado, pese a que estaba de guardia, a un detenido al que sólo debía retirar el carné de conducir y cobrar una multa. Éste permaneció en comisaría privado irregularmente de libertad durante cuarenta y ocho horas.

http://www.publico.es/151233/juez/come/juez

jueves, 11 de septiembre de 2008

Una tercera parte de los rumanos piensa que los gays deben ser castigados




Una tercera parte de los rumanos piensa que los gays deben ser castigados

El 68 por ciento de ellos creen que el tener una orientación sexual diferente a la tradicional es "una mala opción", de acuerdo a una nueva encuesta de Gallup dirigida en julio pasado por el Consejo Nacional para Combatir la Discriminación.

Una tercera parte de los rumanos piensan que los homosexuales deberían de ser castigados con multas o hasta la cárcel mientras que el 68 por ciento de ellos creen que el tener una orientación sexual diferente a la tradicional es "una mala opción", de acuerdo a una nueva encuesta de Gallup dirigida en julio pasado por el Consejo Nacional para Combatir la Discriminación.

El estudio hecho a mil 200 personas señaló además que dos terceras partes se sentiría incomodo con un vecino homosexual. Sobre el VIH Sida los resultados del estudio indican que cerca de la mitad no quisieran contacto con una persona positiva y 30 por ciento de los participantes piensan que los niños que viven con el virus deben ser separados en las escuelas.

Aunque Rumania pertenece a la Unión Europea (UE) tras su incorporación junto a Bulgaria en enero de 2007, esta nación está rezagada en materia de diversidad sexual pues apenas en 1996 eliminar la homosexualidad como delito, siendo el último de la UE en hacerlo y hasta 2001 fue derogada una ley que impedía las manifestaciones de gays.