Un empleado de la funeraria transporta el cuerpo por el portal del inmueble hacia la calle.
Los hechos ocurrieron en septiembre de 2009, el acusado siempre negó su presencia en el domicilio de la víctima.
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por el asesino de un transexual en Burgos en septiembre de 2009 y al que la Audiencia Provincial de esta provincia condenó a 21 años de cárcel, 17 por un delito de asesinato y cuatro por otro de robo con violencia.
El asesino, I.V.O, de 38 años, conoció a su víctima, quien ejercía la prostitución en su casa y frecuentaba varios bares de la capital. En la madrugada del 28 al 29 de septiembre de 2009 ambos subieron al domicilio de la víctima, donde el acusado cogió un cuchillo de cocina y asestó 31 puñaladas a su víctima. Tras el asesinato, el agresor se llevó todos los objetos de valor que encontró como una maleta de color rojo, un cordón plateado, un collar de eslabones y tres mecheros.
El acusado comenzó al día después un viaje a Pamplona y se reunió con su compañera sentimental para entregarle algunos de los objetos robados, que la novia del agresor vendió por 20 euros.
Sin embargo, no fue hasta que el acusado entró en la prisión de Pamplona cuando se localizó entre la ropa del interno un pantalón vaquero con manchas marrones que resultaron ser manchas de sangre cuyo AND coincidió con el de la víctima. Durante el juicio en la Audiencia Provincial, el acusado negó toda implicación en el caso y mantuvo la teoría de que esa noche la pasó en la capital consumiendo droga, hecho que le dejó en malas condiciones de raciocinio.
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