La Comisión Deetman, que estudia los abusos en el seno de la Iglesia católica desde 1945, recibió la denuncia pero no la investigó por falta de datos. La historia ha sido recogida ahora por el rotativo NRC Handelsblad, que ha seguido la vida de una de las víctimas
Durante la década de 1950, al menos diez menores holandeses internados en centros católicos pudieron haber sido castrados “para librarlos de sus impulsos homosexuales”. Una de las víctimas, Henk Heithuis, denunció en 1956 a la policía los abusos sexuales sufridos por parte de un religioso.
Según su relato, recogido por el rotativo NRC Handelsblad, fue ingresado luego en Huize Padua, una institución psiquiátrica. Situada en Brabante (al sur del país) y llevada asimismo por religiosos, allí se habría decidido su castración quirúrgica “debido a su comportamiento”. La homosexualidad estaba consideraba una enfermedad que debía curarse.
La Comisión Deetman, que investiga en Holanda los abusos contra menores cometidos en el seno de la Iglesia católica desde 1945, recibió información escrita sobre las castraciones. Sus expertos no las analizaron “por falta de datos para abrir diligencias”. Es una de las preguntas sin respuesta del trabajo de la Comisión, que sí llamó a declarar a Cornelius Rogge, denunciante en el caso de Heithuis. De 79 años, Rogge dice no haber recibido la citación. Por eso no acudió ante los expertos. Heithuis murió en 1958 en un accidente de coche, y le había contado que fue castrado a los 20 años. En aquellos momentos, era menor de edad para las leyes holandesas. La operación, por tanto, era un delito.
Además nunca se efectuaban antes de los 25 años para evitar problemas de desarrollo. Heithuis pidió sin éxito una indemnización, y sus abogados señalaron al menos otros nueve casos.
Wim Deetman, antiguo ministro de Educación democristiano, y jefe de la Comisión, anunció en 2011 que entre 10.000 y 20.000 menores fueron víctimas de agresiones sexuales a manos de unos 800 religiosos. “Ocurrió en internados, orfanatos, colegios y seminarios, y se buscaron soluciones a la pederastia dentro de las órdenes. Pero la jerarquía estaba al corriente desde 1945 del problema de los abusos”, dijo entonces.
La Comisión recibió 2.000 denuncias, de las cuales 1.800 eran de índole sexual. Meses después, el Parlamento solicitó que se investigaran los abusos sufridos por las niñas de forma especial. La Conferencia Episcopal holandesa pidió perdón a las víctimas, y cifró entre 5.000 y 100.000 euros las compensaciones que percibirán.
Los partidos de la oposición holandesa, que abarcan desde el socialismo radical a los liberales de izquierda, sostienen que el propio Parlamento debería analizar el papel jugado por el Estado ante los abusos.
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