En España la dictadura franquista con la connivencia de la Iglesia Católica, encarcelaba a homosexuales y les sometía a terapias de electrochoque, hoy el Estado español a indemnizado y rehabilitado moralmente a estas victimas
Varias organizaciones denuncian a cinco centros de terapia para homosexuales.
Sus propietarios dicen que ser gay no es una enfermedad "sino un mal hábito".
Los cursos valen de 38 a 114 € y son para "personas en conflicto con su sexualidad".
La proliferación de las llamadas terapias de "restauración sexual" que pretenden "revertir" la práctica homosexual ha encendido la luz de alerta en el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi) de Argentina, el único país latinoamericano que reconoce el matrimonio igualitario.
Los talleres y cursos de capacitación sobre orientación sexual respaldados por fundaciones privadas y grupos religiosos han despertado "preocupación" entre algunas organizaciones sociales argentinas que han adelantado ya que estudian emprender acciones legales por considerar su contenido "discriminatorio".
En medio de la polémica, Analía Mas, directora del área jurídica del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), recuerda que el objetivo de "sanar al homosexual" viola el primer artículo de la Ley contra la Discriminación.
Terapias a 114 euros
El llamado Ministerio de Restauración Sexual de la Iglesia de la Ciudad, de la norteña localidad de Resistencia, ofrece cursos de educación sexual en nivel básico y avanzado por un importe que oscila entre los 200 (unos 38 euros) y 600 pesos (unos 114 euros).
"Es una educación sexual integral, emocional y espiritual con valores religiosos y principios de vida básicos", explica Adriana Sanz, capacitadora del centro que ofrece cursos a distancia o presenciales en distintos puntos del país.
Sanz asegura que el colectivo homosexual representa un "porcentaje importante" del total de asistentes que acuden a la institución para superar "problemáticas sexuales".
Soluciones para cambiar
"Si alguien siente la homosexualidad como un problema que le puede generar dolor o estigma, le hacemos recomendaciones y múltiples soluciones para cambiar", señala la profesora, que considera que "uno no nace sino se hace homosexual por múltiples factores".
"La homosexualidad no es una enfermedad, sino un mal hábito, mala práctica o desviación sexual. Si la función sexual es aprendible, entonces todos las desviaciones son corregibles sobre la base de un sistema de aprendizaje, siempre y cuando el sujeto en cuestión esté dispuesto", puede leerse en 'Placeres perfectos', su página web.
Otro de los mayores centros de restauración sexual en Argentina es la Fundación Pro Integración y Salud Sexual, que organiza cursos y terapias en Buenos Aires para personas "en conflicto con su sexualidad", señaló Magalí Luengas, psicóloga de la institución.
Adolescentes con sus padres
La mayoría de sus clientes tiene entre 18 y 30 años y acude a la entidad para tratar, entre otros asuntos, una "orientación homosexual que consideran perjudicial para ellos mismos".
Luengas considera "aconsejable" la relación entre hombre y mujer, y califica la homosexualidad como "algo cambiable" y las terapias similares a "los grupos de ayuda de alcohólicos anónimos".
Según Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (FALGBT), la mayoría de personas que acuden a estas terapias son adolescentes conducidos por sus padres a estos centros.
Unión de parejas del mismo sexo
Paulón estima que existen al menos cinco de estos centros en Argentina, aunque se muestra "convencido" de que hay "muchos más" a raíz del incremento de denuncias que recibió la FALGBT sobre este asunto en los últimos meses.
A su juicio, las terapias de "restauración sexual" se acompañan de episodios de "violencia, situaciones extremas, medicación y represión de los sentimientos" que vulneran, en el caso de los adolescentes, los derechos de protección de la infancia. Argentina se convirtió en julio pasado en el primer país latinoamericano en aprobar una reforma legal que permite la unión entre personas del mismo sexo.
La medida estuvo precedida de un encendido debate político y social en el que la Iglesia impulsó una intensa campaña que incluyó movilizaciones y mensajes en los que llegó a hablar de una "guerra de Dios".
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