lunes, 15 de octubre de 2007

Cusco se plantea cambiar de bandera por ser como la del movimiento gay




Cusco se plantea cambiar de bandera por ser como la del movimiento gay

AFP/ RedacciónDiario Occidente

La municipalidad provincial del Cusco, cuna del imperio incaico (Tahuantinsuyo en quechua, lengua de los incas), evaluará en un seminario cambiar el diseño de su bandera, que usa los colores del arco iris, para evitar confusiones con la bandera del movimiento gay.

"Cusco quiere tener un emblema auténtico y diferenciado y que no sea confundido con banderas o símbolos de otros grupos", dijo la regidora Leonarda Ayarsa, presidenta de la Comisión de Turismo y Cultura de la municipalidad del Cusco, citada por la agencia estatal Andina.
"La actual bandera de siete colores se confeccionó sin estudios históricos u opinión de especialistas", declaró la regidora cusqueña, que evitó mencionar por su nombre al movimiento gay.

La posibilidad de un cambio será evaluada por historiadores, antropólogos y literatos durante el foro 'Vigencia de la bandera del Cusco', convocado por la municipalidad cusqueña del 11 al 12 de octubre.

Desde hace más de dos décadas la bandera con los colores del arco iris fue reconocida por las autoridades cusqueñas como símbolo del Tahuantinsuyo.

La bandera inca es utilizada en eventos públicos y manifestaciones políticas de grupos nacionalistas e izquierdistas.

Otro de los argumentos para cambiar el diseño de la bandera es que se trata de una "falsa bandera", según la Academia de la Historia peruana que sostiene que el Tahuantinsuyo no tuvo bandera alguna, siendo la actual un invento del siglo XX.

"El uso oficial de la mal llamada bandera del Tahuantinsuyo es indebido y equívoco. En el mundo prehispánico andino no se vivió el concepto de bandera, que no corresponde a su contexto histórico", indicó la institución.

La similitud entre ambas banderas salta a la vista cuando se les tiene frente a frente. La bandera gay tiene ocho listados de colores, una más que la del Tahuantinsuyo, cuyo imperio los peruanos imaginan estuvo poblado por una raza de fieros guerreros.

La paradoja es que ambas banderas fueron oficialmente utilizadas el mismo año, en 1978, para identificar a cada uno de los movimientos que representan.

En 1978 el Cusco la adoptó como bandera oficial en medio de la polémica sobre su origen y ese mismo año en San Francisco se usó la bandera arco iris para identificar a la comunidad gay durante una parada por la Libertad de Gays y Lesbianas en San Francisco, a partir de una creación del artista Gilbert Baker.

sábado, 13 de octubre de 2007

A 19 años del crimen de odio de Mathew Shepard




La homofobia no es extraña a ningún país. Crímenes contra gays los hay en todas partes y todos son injustos y brutales. Especialmente en Estados Unidos, en algunos estados, esa homofobia se manifiesta de manera especialmente violenta. No son extraños los asesinatos cometidos contra personas cuyo único delito era ser gays, lesbianas o transexuales. En los países donde la homosexualidad está penada, la homofobia es la del Estado que encarcela y mata a los gays por el hecho de serlo. Sin embargo, en los EE.UU. la situación es la de un país en algunos de cuyos estados la homosexualidad está prohibida. Los gays están protegidos por la constitución pero, al mismo tiempo, están desarmados frente a la incultura, a los prejuicios, frente a un estado que no hace nada por combatir los prejuicios y la intolerancia de muchos de sus ciudadanos. Allí, los crímenes por homofobia no son infrecuentes.
Sin embargo, a pesar de eso, la muerte de Matthew Shepard levantó una ola de indignación sin precedentes en todo el país. El crimen de Matthew Shepard conmocionó a los EE.UU. y a todo el mundo, y eso a pesar de que, aparentemente, era un crimen homófobo más. Las circunstancias que rodearon todo el caso lo hicieron especial. El espanto generado por el crimen de Matthew Shepard hizo que todo el mundo (no sólo los EE.UU.) se tomara los "crímenes por odio" en serio; que resultara imposible ignorar que la homofobia puede llegar al asesinato más cruel. Matthew Shepard era un estudiante gay, de aspecto aniñado y frágil, que estudiaba Ciencias Políticas en la universidad de Wyoming, sita en la ciudad de Laramie. En la noche del 6 de octubre de 1998 o quizá en la madrugada del día 7 fue engañado cuando se encontraba en un bar de la ciudad por dos hombres que se hicieron pasar por gays. Le subieron a un camión y le llevaron hasta un lugar desierto fuera de la ciudad; allí le ataron a la verja de un vallado y le torturaron y golpearon durante horas salvajemente. Después le abandonaron allí atado con unas temperaturas bajo cero. Un ciclista pasó por allí a las 6 y media de la mañana, casi dieciocho horas después del ataque y al principio le tomó por un espantapájaros. Matthew estaba inconsciente y sufría hipotermia. Su cara estaba llena de sangre, excepto allí donde el reguero producido por las lágrimas la había limpiado. Cuando le llevaron al hospital tenía tantas heridas que los doctores ni siquiera pudieron operarle. Murió cinco días después sin recuperar la conciencia en el hospital de Laramie. Su familia estaba a su lado, su hermano le cogía la mano. Mientras Matthew moría, algunos estudiantes de la universidad hicieron un muñeco y lo colgaron de la misma verja con un cartel colgando en el que se leía "soy gay", y frases insultantes y groseras en su espalda; eran gente normal, no criminales y se suponía que aquello era una broma. La brutalidad del crimen, la crueldad de los asesinos, el hecho de que Matthew fuese gay, movilizaron a la comunidad gay-lesbiana de EE.UU. como ninguno de los crímenes anteriores lo había hecho. Los medios de comunicación le dedicaron al asunto una cobertura máxima. Todo el país clamaba por un castigo ejemplar a los culpables.Además este crimen provocó una enorme controversia política porque sirvió para que la mayoría de la gente apoyara que la homofobia debía incluirse entre los llamados "crímenes por odio". Un crimen por odio es generalmente definido como un crimen en el que el delito está motivado, en todo o en parte, por el odio, los prejuicios o las falsas asunciones acerca de la raza, el sexo, la edad, el género, la discapacidad o la orientación sexual de la víctima. Cuando se produce un crimen por cualquiera de esas razones se aplica una agravante al propio delito cometido. En EE.UU. todas esos aspectos de la personalidad humana están especialmente protegidos por esa legislación, excepto la orientación sexual, que sólo lo está en algunos estados. La mayoría, por contra, no lo incluye entre los aspectos personales que la ley protege. El crimen contra Matt Shepard puso de manifiesto que la homofobia es un factor que puede conducir al crimen y que por tanto, la orientación sexual debe estar especialmente protegida.Después de la muerte de Shepard, el país se dividió en dos. Se le dedicaron funerales en muchas ciudades, honores estatales en otras. Matthew Shepard de convirtió en un símbolo que unió al movimiento gay-lesbiano como pocas cosas lo habían hecho en los últimos años. Su muerte sirvió también para unir a los conservadores, que cerraron filas negándose a introducir la homofobia entre los aspectos personales que la ley protege. Todavía hoy se vota, estado por estado, una legislación de "crímenes por odio" que incluya la orientación sexual en su definición. La familia de Matthew, especialmente su madre, Judy, se ha convertido en uno de los máximos defensores de los derechos de gays y lesbianas. Organizaron una fundación que lleva el nombre de su hijo y dan charlas y conferencias por todo EE.UU. en favor de los derechos para la comunidad gay.El juicio contra los asesinos de Shepard, Aaron McKinney y Henderson, también resultó polémico y sentó un precedente legal muy importante en cuanto a la defensa que podía hacerse en este tipo de crímenes y la que no. Después del crimen fueron detenidos cuatro individuos: dos acusados de asesinato y los otros dos por complicidad. El gran asunto del juicio era decidir si los acusados habían matado a Matthew por ser gay o si esto no tenía nada que ver. El hecho de que los acusados se hicieran pasar por gays era una prueba de que la homofobia tenía mucho que ver en el asunto. Los acusados dijeron al principio que ignoraban que Matthew fuese gay. Uno de los acusados, Henderson, confesó enseguida y se libró de la pena de muerte acusando a su compañero. Sobre McKinney pesaba entonces la condena a muerte. Alegó como atenuante "pánico gay". Según esta estrategia de sus abogados, Matthew intentó ligar con él y él, que había sido abusado de pequeño por un vecino, sintió esta clase de pánico y esa fue la razón de que le matara. Si el juez hubiese aceptado esta línea de defensa, hubiera servido de atenuante en muchos juicios de este tipo, pero no lo hizo.Otro aspecto del caso que levantó mucho interés por parte de los medios de comunicación es el hecho de que los padres de Matthew aceptaran que a McKinney le fuera conmutada la pena de muerte por la de cadena perpetua. En EE.UU. la familia de la víctima tiene que estar de acuerdo en que a un acusado le sea conmutada esta pena. Además, en ese país las familias de las víctimas suelen son los principales partidarios de que a los condenados se les aplique la pena capital y suelen también asistir a las ejecuciones. El "ojo por ojo" es allí ley. El hecho de que los padres de una persona tan horrorosamente asesinada aceptaran perdonar la condena a muerte levantó una ola de sorpresa. Según se supo luego fue Judy, la madre de Matthew, la que presionó a su marido, que era partidario de la pena capital.Matthew Shepard es, desde el día de su muerte, un símbolo para gays y lesbianas de todo el mundo. Una de las personas que más atención mediática recibió (no hay más que ver las páginas de Internet que le están dedicadas). Este mismo año, la cadena de televisión MTV ha emitido la película "Anatomía de un crimen por odio" basada en su vida. En esta película se ha evitado mostrar a Matthew como a un mártir, pero sí se le presenta como una víctima de la intolerancia y los prejuicios. La ley conra los crímenes de odioEl senado de USA ha aprobado la semana pasada el Matthew Shepard Act una propuesta de ley que incluye (entre muchas otras cosas) los casos de homofóbia y transfóbia dentro de los llamados crímenes de odio. Es un gran avance que no hubiera sido posible sin la fuerza y entereza con que Judy and Dennis Shepard han luchado por conseguir que los sueños de su hijo se hagan realidad.Los Shepard declararon al respecto:Hoy el voto del senado ha enviado un mensaje claro e inequívoco de que los crímenes cometidos en nombre del odio debenterminar…”The Matthew Shepard Act” es un paso esencial para borrar el odio de América y estamos honrados de que lleve el nombre de nuestro hijo. Han pasado casi nueve años desde que nos arrebataron a Matthew. Esto es un tributo apropiado a su memoria y a todos los que han perdido sus vidas frente al odio.

Como vive la comunidad gay latina en Atlanta





Como todos los años, Elizabeth Toledo llamó por teléfono a su madre el segundo domingo de mayo del año 1985 para desearle un feliz día de la madre y para invitarla a almorzar. Luego de terminada la comunicación, pasarían seis años antes de que estas dos mujeres volvieran a dirigirse la palabra. Toledo, una lesbiana de origen latino que convivía con otra mujer en ese momento, se enteró por medio de su madre que su hermana menor acababa de asumirse como lesbiana esa misma mañana. Toledo, quien hacía tiempo sabía que era la mayor de tres hermanas gays, se enojó casi tanto como su madre ante la revelación de su hermana menor.
"Me enojé porque pensé que yo me iba a llevar el secreto de ser lesbiana a la tumba ya que pertenezco a una generación anterior a la de mis hermanas" aseguró Toledo, quien trabaja como asesora en la Clínica para la Educación, Tratamiento y Prevención de Adicciones ubicada en Norcross, Atlanta.Cuando Toledo le dijo a su madre que no podía creer que su hermana menor fuese lesbiana, su madre le preguntó sin rodeos si ella también lo era. "Le dije: 'Mamá, no quiero tener esta conversación contigo por teléfono'. A lo que mi madre agregó: 'Bueno, creo que ya has respondido a mi pregunta'", relató Toledo en una conferencia sobre la problemática de la comunidad gay latina en Atlanta el pasado 27 de septiembre."'En lo que a mi respecta, tu estás muerta para mi, tu hermana está muerta para mi y sé que tu otra hermana también es gay, entonces ella también está muerta para mi'", recordó Toledo las palabras de su madre a través del teléfono.Von Diaz recuerda una respuesta muy similar de parte de su madre portorriqueña cuando le confesó que era lesbiana. Como muchas madres latinas, la de Diaz no demostró un enojo estereotípico, sino "simplemente un frío rechazo respecto a lo que acababa de contarle"."Ni siquiera lloró, simplemente no dijo nada", aseguró Diaz, directora asociada de la asociación sin fines de lucro Women's Action for New Directions. Luego de un distanciamiento de cuatro años, la madre de Diaz ha decidido apoyar a su hija, aunque Diaz se siente obligada vivir una doble vida. "Todos los que me rodean saben que soy gay, pero de mi familia solamente mi madre lo sabe ya que temo una reacción violenta de parte del resto de mis familiares y porque mi madre me pidió que no se los contara", confesó Diaz. Dice estar muy orgullosa de sus raíces hispanas, a pesar de que no hay muchas latinas en su "familia queer". "Creo que eso dice mucho acerca de la visibilidad de las lesbianas latinas", aseguró Diaz. "Realmente creo que hay muchas más lesbianas latinas ahí afuera [en Atlanta] que no salen del closet y creo que eso tiene mucho que ver".“Si es que efectivamente existe una ‘comunidad’ gay latina en Atlanta, lo más probable es que esté ‘escondida’”, declaró Greg Bautista, manager de la asociación AID Gwinnett."No existe una conciencia de unidad excepto quizás por un pequeño grupo de clubes LGBT donde los latinos se juntan una vez por semana", aseguró Bautista. "Y en esa clase de lugares, la socialización saludable se encuentra limitada por el uso de drogas y alcohol". Viviendo en un país extranjero y muchas veces hostil, muchos gays latinos temen sufrir la alienación de sus familias si hacen pública su orientación sexual."La conexión con la familia es muy importante; es algo que a los latinos se nos enseña desde que nacemos", aseguró Diaz.Los gays latinos, particularmente las mujeres "sufren múltiples formas de opresión desde el sexismo a la homofobia dentro de sus familias, hasta lo que se lee en algunos carteles que se pueden ver en algunas zonas de Georgia que proclaman: ‘El único buen Mexicano es el Mexicano muerto’”, dijo Toledo."Somos bombardeados por este tipo de mensajes una y otra vez", según Toledo, notando que esta clase de discriminación puede contribuir a incrementar las tasas de consumo de drogas y de enfermedades mentales en la comunidad gay latina. Como la mayoría de los grupos minoritarios, la resistencia de los latinos a la homosexualidad proviene de las profundas raíces religiosas y de la cultura machista, según Diaz."Esto proviene especialmente de la prevalencia del Cristianismo en la cultura latina y por consiguiente, en el foco puesto en el modelo de familia tradicional", reconoció Diaz, cuyo único recuerdo familiar de la infancia relacionado con la homosexualidad fue el de haber escuchado a su padre llamar a un amigo suyo "maricón" mientras jugaban al basket. Un programa radial en castellano de una emisora de Atlanta recientemente dedicó una de sus emisiones a la discusión acerca de la costumbre de los hombres gays de la ciudad que merodean los campamentos de trabajo buscando inmigrantes latinos para pagarles por sexo. "Esto está sucediendo mucho en todo el estado de Georgia", aseguró Sulma Jessica Herrera, coordinadora de la filial latina del Feminist Women's Health Center.Enfrentados con la opción entre ganar $30 por día trabajando duro o ganar $300 por tener una noche de sexo sin compromisos, los trabajadores latinos que cobran por sexo durante las noches se han convertido en una preocupación para los oficiales de la salud pública a través del país, al observar el incremento de infectados con HIV/SIDA entre los inmigrantes latinos.La principal preocupación de los latinos recién llegados al país es su estatus inmigratorio ya que Bautista aclara que las leyes de los Estados Unidos les hace imposible a los inmigrantes gays poder casarse y así obtener la ciudadanía. "Los latinos de la comunidad LGBT de Atlanta generalmente viven aislados y no cuentan con las redes de ayuda social que se encuentran disponibles en otros destinos de inmigración más tradicionales como Los Angeles, New York y Texas", agregó Bautista. "Por ejemplo, el estado de California cuenta con al menos 100 organizaciones sin fines de lucro para la asistencia a la comunidad latina LGBT, mientras que en el estado de Georgia no existe ninguna".

México lindo, querido y ¡homofóbico!







Ante tal explosión de peticiones de asilo de mexicanos por orientación sexual, el gobierno canadiense alega que su contraparte mexicana ha tenido avances consistentes en el respeto y la garantía de derechos a sus ciudadanos LGBTComo en cada ciudad donde hay mexicanos y representación diplomática de nuestro país, nos reunimos para celebrar y recordar el aniversario de la Independencia de México. En Toronto, el “grito” lo da el cónsul general de México en la plaza Nathan Phillips, que es el "Zócalo" de Toronto. La plaza cívica lo mismo sirve para poner a ondear la bandera del arcoiris en el Pride, que la bandera de México o de cuanto país tenga comunidad representada en esta ciudad.El sábado 15 de septiembre, allí estábamos los mexicanitos reunidos, variopintos cual más: las güeras oxigenadas, las camisetas de la selección nacional, los “weyes”, los "ira, ira" y los ¡chales! Harta energía mexicana del norte y del sur, pasando por Veracruz y Guerrero. Instalados en el escenario, mariachis y bocinas, y por todo alrededor puestos de tacos al pastor, churros y esquites; todo en orden para armar la fiesta.
Antes del dar el grito, los animadores y los músicos ocuparon el escenario y es en ese momento cuando viene la sorpresa, el enojo, el escarnio, el descaro, la incredulidad: Un mariachi (cuyo nombre no pretendo ni siquiera investigar a menos que me decida levantarle una queja a nivel legal) interpretó a manera de Juan Gabriel sus canciones; joteó y mis amigos me dicen: ¡Wow! ¡Un mariachi gay! Con pena ajena les respondo que no, que no es lo que ellos piensan: un acto de rebeldía, de gayacidad y de apertura, sino todo lo contrario. El tipo allí trepado desgañotándose no es gay, sino un tipo que homofóbicamente se burla y hace escarnio publico de los homosexuales enfrente de cientos de personas, reproduciendo una actitud de los "raros", según sus palabras. El "espectáculo" siguió con otras dos canciones al tiempo que comencé a maldecir y a mentar madres. ¡Cómo es posible! Seguramente eso mismo pasa en San Sebastián el Alto o en Chiconcuac, México; y también me provocaría tristeza y me enojaría por igual, aunque evaluaría el contexto: la homofobia en México es altísima, costosa y arraigada. Pero venir a verla en Toronto, es “too much” como dijeran los de aquí. Y más todavía cuando el gobierno mexicano, a través del Consulado General de México en Toronto, Ontario, Canadá, es el que le paga, el que le da espacio a un homofóbico que bajo un disfraz de mariachi se pone a hacer burla de los gays. Me ofende que el gobierno mexicano le pague con mis impuestos a este tipillo, tal como me molesta que un senador o un diputado que no haga su trabajo.“¡Arriba los hombres! ¡Arriba las mujeres! ¡Y tú, mi amor, quédate callado, tú no cuentas!”, gritó este mercachifle en tono “gay”, y todos los mexicanos y mexicanas allí reunidos en honor a nuestra Independencia rieron y se hicieron cómplices; nadie dijo nada. ¿Lo peor? Que en esa misma plaza había gays o por lo menos eso pensaba y tampoco dijeron nada; es más, uno de ellos al verme tan emputado expresó "ahsss, cálmate. No pasa nada, así somos…" ¿Así somos? Y nada más porque "así somos", ¿me tengo que quedar callado?¡No! Como muchos compatriotas, vine a Canadá por diversos motivos, pero produzco divisas en este país y en México. En pleno ejercicio de mis derechos civiles, tanto aquí como en mi país, soy ciudadano mexicano y orgulloso habitante de Toronto; activista y creyente defensor de los derechos LGBT más elementales como el RESPETO. El mequetrefe disfrazado de mariachi me ofendió, me molestó y me sacó de quicio. Iba yo a celebrar, a recordar una fiesta mexicana y salí con un mal sabor de boca. La burla y la homofobia fueron más fuertes que mi patriotismo.Diversas organizaciones estamos evaluando si presentamos una queja formal que nos conducirá a una sesión de preguntas y respuestas con el susodicho. Si se demuestra que actuó en forma peyorativa y que hizo escarnio de una actitud gay, entonces el mariachi por lo menos tendrá que pagar con servicio social y tomar un curso anti-opresión. En Toronto eso es lo mínimo que le puede costar a una persona que hacer burla o comentarios denigratorios de alguien ya sea por raza, credo o cualquier otro motivo. Por otro lado, este asunto trastoca otro problema mucho más complejo, sobre todo en este momento de la historia particular del país y de los mexicanos LGBT en Toronto. No es para nadie un secreto que muchos integrantes del colectivo LGBT de México han solicitado refugio por orientación sexual en Canadá. Ante tal explosión de peticiones de asilo, el gobierno canadiense alega que su contraparte mexicana ha tenido avances consistentes en el respeto y la garantía de derechos a sus ciudadanos LGBT. Bonito queda el gobierno mexicano ante Toronto y ante Canadá, poniendo a un mariachi a dar cátedra de la fina, sutil pero muy consistente y aplastante homofobia; al grado que un gay reconoce: "Así somos”. El gobierno canadiense, que a últimas fechas niega a cuanto mexicano solicita una opción de vida digna en su territorio, debería preguntarse qué sucede tras bambalinas en el México de a verdad, si en plena plaza pública en Toronto, a las seis de la tarde con cámaras y micrófonos, un tipo se burla con la complicidad del público de los gays. Las cifras de los crímenes de odio allí están. La discriminación y la homofobia quizá sean sutiles, pero como dice la canción, son un poderosa arma para "matar suavemente".También les pregunto a los funcionarios públicos mexicanos: ¿qué comentario tienen al respecto? ¿Estoy exagerando? ¿Me ahogo en un vaso de agua? ¿”Así somos”? Independencia y libertad nos han costado mucho, dejar nuestro país porque otro nos ofrece la posibilidad de respeto e integridad se llama exilio… y el exilio es una de las experiencias más dolorosas que se pueden vivir. Es hora de que el gobierno mexicano defina y aclare si sólo en el discurso es que defiende el respeto y la diversidad.

viernes, 12 de octubre de 2007

LOS VERDES" PREGUNTAN AL GOBIERNO SI SE DEBERÍA SANCIONAR LAS INJURIAS A LOS HOMOSEXUALES





LOS VERDES" PREGUNTAN AL GOBIERNO SI SE DEBERÍA SANCIONAR LAS INJURIAS A LOS HOMOSEXUALES


SERVIMEDIA
MADRID, 11-OCT-2007El portavoz confederal de "Los Verdes" y diputado por Sevilla, Francisco Garrido, adscrito al grupo parlamentario socialista, ha presentado en el Congreso de los Diputados una pregunta al Gobierno para saber si cree que se debería sancionar a quienes injurian a los homosexuales. Garrido asegura que "en las últimas semanas se están produciendo manifestaciones públicas que atentan contra la dignidad e integridad física, moral y psicológica de las personas homosexuales y transexuales". "De nuevo, palabras ofensivas de contenido humillante y degradante, como 'maricón', siguen incorporadas con cierta popularidad al acervo homófobo y discriminatorio del lenguaje, hiriendo la sensibilidad y la humanidad de gays, lesbianas y transexuales de nuestro país", afirma. Por ello, Garrido pregunta al Ejecutivo si cree que debería aprobarse una ley contra la homofobia, que incluya sanciones económicas para combatir y eliminar el vocabulario degradante e injurioso contra los colectivos minoritarios, con especial atención a aquellos que profieren insultos e injurias ocupando puestos de responsabilidad o autoridad o son personajes de influencia social y cultural.