El adolescente, de 17 años, fue hallado bajo un puente del centro de la ciudad con claras señales de agresión y tortura. Las autoridades no han reconocido el homicidio y han registrado la muerte de Kaique Augusto Batista dos Santos como un suicidio.
20/1/2014- Marcos Fernández La violencia homófoba en Brasil se ha cobrado una última víctima hace una semana en las calles de Sao Paulo con el asesinato del joven de 17 años Kaique Augusto Batista dos Santos, cuya muerte violenta aún no ha sido reconocido como tal por las autoridades de la ciudad.
La policía de Sao Paulo halló su cadáver en el centro de la ciudad, debajo de un puente. A pesar de los evidentes signos de violencia, las fuerzas de seguridad han considerado que se trató de un suicidio y no de un homocidio. El adolescente fue encontrado con una barra incrustada en la pierna, sin dientes y con los dedos de las manos rotos. Tantos familiares como amigos de la víctima han mostrado su discrepancia con la versión oficial de los hechos.
No son los únicos indignados con este suceso, porque la comunidad LGTB brasileña ya ha exigido una investigación para aclarar lo sucedido con la muerte de Kaique Augusto Batista dos Santos.Además, el cadáver del joven se hallaba en un estado prácticamente irreconocible cuando se iniciaron las pesquisas porque, según el Instituto Médico Legal de Sao Paulo, no pudieron conservar los restos del adolescente en las cámaras refrigeradoras por falta de espacio.
En base a esas declaraciones, desde la Policía de Sao Paulo consideran que el mal estado del cadáver no se debía a un homocidio sino a las circunstancias que impidieron su conservación hasta que los allegados al joven se personaron para la identificación.
Sea como fuere, la comunidad LGTB de Brasil ya se ha echado a las calles de Sao Paulo el pasado sábado para exigir frenar y erradicar la homofobia en el país. No están solos. Cuentan con el apoyo de un diputado y referente del colectivo LGTB, Jean Wyllys. Este escribía el su blog semanal de la revista 'Carta Capital' la siguiente pregunta: "¿Cuándo Brasil va a reaccionar contra la homofobia?". "En otros países, (...) este asesinato sería una noticia que conmovería a la sociedad".
Brasil busca ejemplo en países cercanos como Chile, donde el asesinato de Daniel Zamudio consiguió que el gobierno y la oposición trabajaran en el mismo sentido para sacar adelante políticas públicas con las que afrontar la discriminación y acoso a la población LGTB.
En concreto, según la estadística del Ejecutivo brasileño publicada en junio del año pasado, las denuncias por homofobia aumentaron un 166% pasando de 1.159 a 3.084 casos en 2012. Otro estudio del 'Grupo Gay da Bahía' dio a conocer que 338 personas LGTB fueron asesinadas en 2012 frente a las 266 del año precedente. Estos datos han generado controversia en la clase política brasileña y han impulsado una llamada a la acción de las onegés para acabar con la homofobia.
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