martes, 19 de noviembre de 2013

El gobierno afgano se propone por primera vez combatir los abusos sexuales a menores










Se trata concretamente de la tradición de los "bacha bazi", niños a los que visten de mujer para que bailen ante la mirada de pedófilos en una sociedad tan conservadora como es la afgana.

19/11/2013 - Carla Gómez En Afganistán existe la oscura tradición de vestir de mujer a niños y adolescentes para que formen parte de espectáculos –en principio- de danza con el fin de hacer las delicias de hombres que buscan en ellos lo que no pueden conseguir de las mujeres en una sociedad tremendamente conservadora en la que mujeres y hombres viven casi en mundos separados: diversión y sexo.
Por primera vez, el Gobierno afgano se ha propuesto erradicar la práctica de los denominados "bacha bazi" (niños juguetones), que no es más que pura pedofilia y que hasta ahora se consideraba un tema tabú. Según la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC), esta lacra ha aumentado preocupantemente desde la caída del régimen talibán en 2001, pero todo el mundo hace la vista gorda. Todo el mundo menos el periodista afgano Najibullah Quarishi, que ha elaborado un documental llamado The dancing boys of Afghanistan (Los niños bailarines de Afganistán) donde no sólo aparecen menores bailando vestidos de mujer, sino que también se puede ver cómo los pequeños son captados, ofreciéndoles dinero a cambio de aprender a bailar como una chica, algo en principio inofensivo de no ser porque estos niños acaban sufriendo abusos y les resulta imposible salir de ese círculo de perversión, pudiendo llegar a costarles la vida un intento de huida. Sin ir más lejos, en el documental un comandante local reconoce haber tenido sexo con algunos de estos adolescentes afirmando que hubo consentimiento por parte de los menores.
Práctica "anti-islámica" y vacío legal
"Esta práctica se ha extendido durante los últimos 10 años", asegura Abdullah Abid, el responsable de derechos del menor de la AIHRC en Kabul. Abid culpa de esta situación a la impunidad generalizada en el país y al poder cada vez mayor de los "señores de la guerra". De hecho, los talibán prohibieron esta tradición durante su régimen porque la consideraban anti islámica. "El Código Penal afgano castiga los abusos sexuales a niños, pero no dice nada sobre vestirlos y maquillarlos como mujeres, u obligarles a bailar como divertimento", explica Abid, que destaca que urge un cambio legislativo. De momento, la AIHRC pretende investigar esta lacra y después llevar a cabo una campaña en contra. El problema es que aunque solamente son los "señores de la guerra" y los comandantes locales quienes captan a estos menores y los consideran su propiedad, el gusto por verles bailar está preocupantemente más extendido. Por ejemplo, en la calle Nader Pashtun, una de las principales arterias comerciales de Kabul, resultaba sencillísimo encontrar vídeos de niños vestidos de mujer bailando sensualmente ante un público masculino. Los vendedores ambulantes comerciaban con ellos.
Los videos ya están prohibidos
"Desde hace un mes están prohibidos. Si la policía ve que los vendemos, nos requisan y queman todo", explicaba Karim, uno de los pocos comerciantes que accedió a hablar sobre el tema y que reconoció sin tapujos que los vídeos de bacha bazi tenían "mucha salida". Su precio oscilaba entre los 25 y los 30 afganis (entre 33 y 40 céntimos de euro). Según Karim, los vídeos procedían de Pakistán, país al que los afganos suelen achacar todos los males de Afganistán. "No sé de dónde los traían, pero estaban por toda partes", corroboró otro vendedor, Farid, que no quiso dar más detalles. De hecho, cualquier persona que busque en internet "bacha bazi", encontrará fácilmente este tipo de vídeos. Uno de ellos, en el que aparecen cinco adolescentes bailando, se localiza en un conocido salón de bodas de Kabul, el Sham-e-Paris. "¡Aquí nunca hemos hecho fiestas de ese tipo!", contestó molesto el responsable de este establecimiento cuando se le interrogó sobre el asunto. "Hace un año recibimos una orden de la policía en contra de la práctica de los bacha bazi", añadió.
Por lo tanto, parece cierto que el Gobierno pretende erradicar estos casos de pedofilia, pero no será sencillo. "Después de que Sima Samar –presidenta de la Comisión de Derechos Humanos- anunciara en la prensa que la AIHRC hará una investigación sobre los bacha bazi, recibió una llamada amenazadora. Le preguntaron si no había encontrado otro tema para investigar", relata Abid.
Indiferencia de las ONG
La unidad de protección al menor en Afganistán de la ONG Save the Children no ha querido pronunciarse sobre la tradición de los "bacha bazi". Nargis Azaryum, responsable de prensa tan sólo se limitó a declarar que la organización nunca ha tratado el acoso sexual a menores, aunque "pretende hacerlo en un futuro". Un responsable de la ONG ChildFund Afghanistan mostró su sorpresa por la falta de actuación de su organización en este tema: "nunca hemos tratado el abuso sexual a menores en Afganistán y es algo que, sin duda, debemos enmendar". Por su parte, la asociación local Aschiana, especializada en intervenir con niños y niñas de la calle, directamente evitó responder a la prensa.

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