domingo, 11 de agosto de 2013

Gobierno, proteste ante Rusia por su criminal homofobia






A mí me parece muy bien que este gobierno se busque bote de humo tras bote de humo para distraer la atención de su pestilente corrupción, pero si va a seguir ignorando sus responsabilidades internas utilizando la política internacional a modo de biombo, que al menos escoja unas causas actuales y nobles, como la de la terrible persecución homófoba, criminal e inhumana de homosexuales en Rusia, que le equiparen a las naciones líderes en democracia y no un ridículo sainete bananero con tufo a rancio, antiguo y preescolario como lo de esa mamarrachada “sácatela a ver quién la tiene más grande” de Gibraltar.
La persecución, genocidio y tortura de homosexuales en Rusia ante la impasibilidad de su gobierno y policía es un escándalo internacional tan descomunal que muchos intelectuales, políticos y activistas ya lo han comparado al holocausto judío en la Alemania nazi.
Esta semana hemos sabido de la terrible, terrible, terrible muerte tras ser torturado de un joven gay en Rusia. El grupo de neonazis que se coló en su casa con engaños grabó en video como le torturaban, pintaban y mataban y lo exhibieron como trofeo en una red social rusa tipo facebook que permite estos contenidos para animar a otros a hacer lo mismo.
Cualquier nación civilizada está en la obligación de intervenir y posicionarse a favor de la libertad y contra la barbarie. Muchas ya lo han hecho y ministros de asuntos exteriores como el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, ha apremiado esta semana a las las autoridades rusas a impedir la violencia contra los homosexuales y a velar por el respeto de los derechos de ese colectivo. Parece ser que José Manuel García-Margallo, nuestro ultracatólico ministro de asuntos exteriores, tan cercano él al Opus-Dei,  se lo está tomando mucho más tranquilamente y si bien con la matanza de Hula le faltaron segundos para «elevar un grito de protesta contra las salvajadas que se están produciendo en Siria» (ignorando las salvajadas que la supuesta oposición, terroristas, estaba ejecutando en el bando defendido) y expulsar al embajador de Siria, esperamos la misma prontitud y firmeza con Rusia.


Esta es una oportunidad para el gobierno español de demostrar de una vez y claramente su repetida argumentación de que no es homófobo y apoya  a los homosexuales. O simplemente de que está al nivel de las naciones y voces libres que  denuncian la inacción del gobierno ruso ante estas agresiones a gays que se ha convertido en una oleada de crímenes homófobos indescriptibles: se rocía a los acusados de ser abiertamente homosexuales con orina por la calle, se les da paliza ante la inacción y risas de la policía, se organizan grupos neonazis para asesinar y perseguir a adolescentes, se entra en casa de adolescentes gays y se les obliga a confesar dónde trabajan para llamar a sus jefas y decirles que son gays (respuesta de la repulsiva jefa: “estoy escandalizada” y un despido inmediato), se mata a jóvenes, se persigue a personas en sus casas… La ONG Spectrum Human Rights Alliance pide a la comunidad internacional que sancione a Rusia por su falta respuesta ante estos actos violentos.
La ONG ha denunciado que los vídeos de las agresiones son subidos a VK, una red social popular en Rusia similar a Facebook que cuenta con al menos 437 grupos neonazis registrados. Spectrum Human Rights Alliance sostiene en su comunicado que los vídeos son compartidos en VK porque “permite el intercambio de contenidos ilegales”, al contrario que Facebook.
Según la organización, los atacantes intentan “curar” a sus víctimas de ser homosexuales, al considerar que en un futuro podrían convertirse en pederastas “a menos que denuncien su modo de vida y los conviertan en heterosexuales”.
Por otro  lado, la derecha ya se ha lanzado a promover sus maneras racistas y a animar a boicotear el vodka ruso. Ya lo hizo con el cava catalán. Muchos activistas rusos LGTB han pedido que no se acuda a ese tipo de boicots que lo único que van a conseguir es reforzar la imagen de Putin y hacer ver a todo lo extranjero como amenaza en lugar de aliados de democracia y un modelo más libre al que aspirar. Hacer un boicot desde los gobiernos como se hizo con el apartheid en Sudáfrica sería un modo mucho más eficaz. O negarse a acudir a los juegos de invierno.
Por favor, esto es una crisis humanitaria que hay que detener.

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