Un trabajador social dejó el Seminario presionado por su homosexualidad

El moyense Pedro Lorenzo asegura que la dirección del Istic le invitó a someterse a "un seguimiento" sobre su tendencia sexual

El director de la Residencia Municipal de Mayores de Moya, Pedro Lorenzo, se vio forzado en abril a abandonar por homosexual el primer curso de Teología que cursaba en el campus de Tafira, en el Seminario del Instituto Superior Teológico de las Islas Canarias (Istic). Asegura que fue objeto de presiones desde "la jerarquía" de la Diócesis de Canarias, y que le llegaban a través de "los recados que me mandaba el cura de mi parroquia" cuando lo citaba personalmente, destacó a este periódico.

"Llegué a pedir hablar con el obispo [Francisco Cases], pero él nunca me llamó, sólo lo hicieron el rector del Seminario y el párroco de mi parroquia" [de Moya], dijo el grancanario. Declaró, además, que el rector del Seminario, Salvador Santana, habló con él para que se sometiera a "un seguimiento" con el fin de ver si "mejoraba" en sus tendencias sexuales.

Sobre el cómo trascendió su inclinación sexual en el seno de la diócesis, apuntó: "Yo lo transmití en mis confesiones", de modo que cree que sus confesores, desde la parroquia moyense, corrieron la voz sobre este detalle íntimo y se lo comunicaron a los responsables de la Diócesis de Canarias. "Ya tienes una edad y te das cuenta de que hay algo que no es normal", describió Lorenzo sobre esa circunstancia.

En estos momentos no contempla, adelantó, volver al Seminario: "Hay otras posibilidades de seguir sirviendo a la Iglesia sin llegar a ser sacerdote". Lorenzo, "ligado a la Iglesia desde pequeño" y de una familia en la que "ha habido sacerdotes y monjas", como apuntó él mismo, tuvo una primera experiencia en los Seminarios Menores, en Salamanca, con 14 años, que resultó "muy enriquecedora". Lo dejó para continuar con sus estudios y trabajar, pero decidió acudir de nuevo a la "llamada de Dios" en 2007, para cursar Teología como puerta de acceso al sacerdocio. "No comulgas con toda la Iglesia, pero quieres intentarlo", explicó el gerontólogo. "Me preparé durante un año con un padre espiritual para poder discernir la vocación" .

El grancanario se encontró entonces con el rechazo eclesial hacia los homosexuales, lo que actuaba como obstáculo para su acceso al Seminario, y le ha empujado por momentos a "una profunda depresión". Hubo alguna mano amiga, como la del filósofo José Alonso, quien fuera su profesor en el primer curso de Teología en el Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (Istic). "Era uno de los curas que me apoyaba, le daba lástima que la Diócesis pensara así". Lorenzo dejó Teología "porque no me encontraba a mí mismo", y volvió en 2012.

Como creyente y practicante católico se reducen sus opciones de adhesión a alguna congregación en la que acepten a correligionarios que cometen un "pecado" como es el de la homosexualidad. Así y todo Lorenzo destacó que, aunque "no hay ninguna congregación que sea abra públicamente a los homosexuales", pues "se formaría un escándalo en la misma Roma", él tiene "las puertas abiertas en otras congregaciones", en concreto en una de Madrid. "Hay cantidad de congregaciones de las que se han salido sacerdotes y han formado comunidades de personas" más transigentes.

"La Iglesia está cambiando, ahí está el hecho de que el Papa quiera dar a la mujer el protagonismo que se merece. Aún no ha llegado pero ya se han dado pasos", declaró Lorenzo, que se refirió así a una intención papal para que la función de la mujer vaya más allá del catequismo y la labor social.

A la vista de las últimas declaraciones del papa Francisco el pasado lunes en el avión de regreso a Roma, y procedente de Río de Janeiro, el grancanario dijo que "es la primera vez que los homosexuales se sienten tranquilos con unas palabras que han llegado como esperanza, no vamos a decir que está abriendo las puertas, pero sí está reconociendo cosas". Lorenzo citó a "una corriente gay fuerte que hay dentro de la Iglesia, en el Vaticano" como objeto de estos reconocimientos del Papa. "El propio Papa sabe que dentro de la jerarquía de la Iglesia hay gais", añadió.