martes, 18 de septiembre de 2012

Irán: El ayatolá irani Jamenei considera ambiguo el Holocausto y ataca a los homosexuales

El líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, en una imagen de archivo






El líder supremo del país explica que Estados Unidos y los países occidentales utilizan como excusa la libertad de expresión para permitir blasfemias contra el Islám

El líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, calificó ayer de «suceso ambiguo» el Holocausto judío y arremetió contra los homosexuales al reiterar su condena por la difusión de la película «La inocencia de los musulmanes», considerada «blasfema» por el mundo islámico. Jamenei explicó que Estados Unidos y los países occidentales utilizan como excusa la libertad de expresión para permitir lo que consideró blasfemias contra el Islám, pero aseguró que esas afirmaciones son falsas. «En muchos estados occidentales nadie se atrevería a cuestionar el suceso ambiguo del Holocausto o publicar un artículo contra el asunto sucio e inmoral de la homosexualidad», dijo Jamenei, como ejemplos, en su opinión, de la falsedad de la libertad de expresión en esos países.
Por esos motivos se preguntó: «¿Cómo es que el principio de libertad de expresión sí se respeta en el caso de la profanación de las santidades islámicas?», en referencia a la distribución de la película, que ha provocado fuertes reacciones en el mundo musulmán, en ocasiones de extrema violencia. El líder del régimen teocrático iraní exigió a Estados Unidos y sus aliados europeos que actúen contra los responsables de la cinta, que caricaturiza a Mahoma, el profeta del Islám, para «demostrar con hechos que no son cómplices de tan enorme crimen».
Para él, «los enemigos (entre los que incluyó a EE.UU., Israel y algunos países occidentales) insultan al último profeta (Mahoma), ya que van perdiendo la confrontación con la nación iraní y las oleadas del despertar islámico», como denomina el régimen de Irán a los levantamientos y revoluciones en los países árabes. Para Jamenei, «sin lugar a dudas, el sol del Islám brillará más en el futuro frente a las potencias arrogantes (EE.UU. y sus aliados) que se enfrentan a la religión divina. La victoria, al final, será con la nación musulmana».

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