No hubo 'show' de los presentadores de El Intermedio, y un dj fue el encargado de amenizar la fiesta hasta que llegó Falete
Más de 8.000 personas se dieron cita en la Plaza Alta de Badajoz para celebrar una gran fiesta
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'Sin vaselina, esto es una ruina'. Era el lema de una de las pancartas que lucieron ayer por la tarde en la Plaza Alta de Badajoz. La convocatoria fue un éxito absoluto y más de 8.000 personas -según la Policía Nacional- acudieron al punto de encuentro para celebrar una fiesta de las grandes. La 'caravana de palomos cojos' organizada por el programa de El Intermedio (de La Sexta), capitaneado por el Gran Wyoming, fue recibida en Badajoz por todo lo alto. Gente de todas las edades acudió al punto de encuentro para no perder detalle.
El Casco Antiguo pacense olía a fiesta desde por la mañana. Uno de los bares de la Plaza hizo sonar bien alto desde el mediodía una de las canciones -que lleva mensajes como 'alcalde, nunca habías visto juntas a tantas palomitas'- que ha hecho de banda sonora de la caravana.
En la calle todo el mundo hablaba de lo mismo y había mucha expectación. Unos aseguraban que sería un triunfo, otros creían que no vendría mucha gente. Ganaron los primeros. La Plaza Alta rebosaba.
Estaba previsto que la caravana (compuesta por dos autobuses fletados por el programa de televisión) llegará a las cinco de la tarde. Pero se demoró una hora; en ese tiempo de espera se fue organizando un gran botellón -lo que más se bebía era vino tinto con limón- en la Plaza y sus alrededores. La calle San Juan, por ejemplo, estaba hasta arriba.
Sin embargo, la Policía Nacional intentó impedir que el vidrio entrara en el recinto elegido para la fiesta para evitar accidentes. Hubo profesionales que se llevaron una nevera con calimocho ya preparado en botellas de plástico.
Público variado
La jornada destacó por el buen ambiente y la variada mezcla de público. Había varias banderas del orgullo gay, plumas y boas rojas al cuello. Y, sobre todo, mucho curioso: «Aquí ha venido la gente a ver qué pasaba», comentaba Elena, una de las que se apuntó al botellón.
Hubo hasta quien se atrevió a disfrazarse de palomo cojo. Fueron los miembros de la murga de Los Murallitas, que rescataron su difraz de pato de Castelar y le añadieron una muleta. A alguno no le duró mucho el traje, hacía calor casi de verano. Estos palomos eran los que llevaban la pancarta de 'Sin vaselina, esto es una ruina' y otras más con curiosos lemas.
Entre los asistentes también se encontraba algún concejal. Manuel Sosa, de Izquierda Unida, y Consuelo Rodríguez Píriz, concejala de Cultura, por ejemplo, no quisieron perderse la cita.
Antes de que aterrizara la caravana, la Policía Nacional tuvo que intervenir para evitar un incidente. Se había detectado un vehículo que portaba pancartas en contra del matrimonio homosexual y que pretendía llegar hasta la Plaza Alta. Los agentes se las retiraron y no hubo más problemas.
Por fin los autobuses llegaron al punto de encuentro. Los visitantes -todos jóvenes, algunos disfrazados- fueron recibidios con un tímido aplauso. La presentadora Thais Villa subió al escenario para saludar al público. Pero después no hubo show por parte del programa; un dj se encargó de pinchar música. No faltaron, como no, temas de Madona.
Pretendía ser un acto protesta, pero la reivindicación se limitó a varias banderas y pancartas. La convocatoria terminó convirtiéndose en un gran botellón con música de fondo. Eso sí, con muy buen ambiente y muchas ganas de pasarlo bien.
Muchos se preguntaron si el alcalde acudiría a la fiesta. No fue. También se echó en falta la presencia del Gran Wyoming. La noche anterior si estuvo en Badajoz, incluso visitó el restaurante elvense El Cristo, pero no acudió a 'su' caravana. Dejó un mensaje de vídeo que fue proyectado desde el escenario.
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