Por desgracia, son numerosos los lugares del mundo en los que ser activista LGTB supone un ejercicio de valentía admirable. Uno de esos lugares es Rusia. Buen ejemplo de ello es lo sucedido a Artem Kalinin, un joven activista de la ciudad de Syktyvar, capital de la república rusa de Komi (a unos mil kilómetros al noroeste de Moscú). Kalinin ha sufrido, en un intervalo de dos meses, dos graves agresiones a manos de jóvenes de extrema derecha, especialmente violentos en Rusia.
El primer ataque ocurrió en la madrugada del 29 de enero, cuando Kalinin volvía a su casa. En el camino se topó con un grupo de jóvenes de poco más de veinte años. Uno de ellos le gritó: “¿No eres tú el que sale por televisión defendiendo a los maricas?”. Kalinin intentó razonar con ellos pero de poco le valió. Los jóvenes empezaron a golpearlo con saña, llegando incluso a perder la conciencia. Afortunadamente se recuperó sin secuelas irreversibles.
El pasado 29 de marzo, y según él mismo ha contado, alrededor de las doce de la noche, Kalinin salía de su casa cuando observó a un joven que le resultó sospechoso merodeando. Kalinin le preguntó desde la distancia por la razón de su presencia allí, al tiempo que llamaba por teléfono móvil a la Policía. En ese momento el joven lo atacó y lo golpeó repetidas veces con una especie de porra, provocándole heridas sangrantes en la cabeza. Kalinin no obtuvo ayuda ni de sus vecinos (que “ni vieron ni oyeron nada”) ni de un par de transeúntes que pasaban. En un momento determinado, Kalinin intentó calmar al agresor, que le respondió que lo iba a matar y que ello no le supondría ningún problema, porque tenia amigos en la Policía.
Afortunadamente la propia Policía, que había recibido la llamada, se personó en el lugar y detuvo la agresión, aunque se mostró comprensiva con el agresor, que les explicó que le estaba pegando porque era un “maricón”. De hecho, uno de los agentes le preguntó si era cierto para “conocer todas las circunstancias del caso”, y ello pese a que las lesiones que sufría el joven activista eran evidentes, e incluso necesitó asistencia hospitalaria.
Artem Kalinin ha denunciado ambas agresiones a la Policía, que por el momento no parece haber demostrado un especial interés en aclararlas. El autor de la segunda agresión, de hecho, ni siquiera fue detenido. Kalinin no tiene dudas de que sus agresores pertenecen o se mueven en la órbita de “Rubezh Severa”, una organización local de extrema derecha nacionalista rusa, liderada por Alexey Kolegov, y que ha hecho de la homofobia una de sus señas de identidad.
1 comentario:
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Genial artículo, es bueno que haya personas interesadas en informar sin obtener nada a cambio. Si todos difundimos lo que conocemos puede que algún día consigamos la sociedad que deseamos.
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