Ayuntamiento de Gijón
Los vecinos de Montevil expresan su «respeto hacia todo el mundo», mientras que en Roces no ocultan su malestar
Como era de esperar, ha dado que hablar. La decisión del equipo de gobierno de dar a un parque de la ciudad el nombre del 28 de junio, fecha elegida por ser el día del Orgullo Gay, no ha dejado indiferente a casi nadie. Avisaba ayer la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Teresa Prada, de que la noticia tendría muchos defensores, pero también otros tantos detractores. Y eso es justo lo que ocurrió. Entre los primeros, Xente Gai Astur (en realidad, ahora, Xente LGTB, en referencia a lesbianas, gays, transexuales y bisexuales), Xega, entre otras cosas porque el colectivo es el principal impulsor de la decisión del Ayuntamiento.
Ya en 2005, Xega lanzó la campaña 'Espacios para la diversidad', que trataba de concienciar a los municipios para dar a sus nuevos espacios alguno de los nombres que proponían y «hacer un guiño» al colectivo. Son cuatro: Magnus Hirschfeld (1868-1935, que puso «las bases de un discurso nuevo hacia la homosexualidad), Stonewall (pub de Nueva York donde se originaron los disturbios que dieron origen al orgullo gay), Triángulo Rosa (distintivo que los gays eran obligados a llevar en sus trajes de presos, durante el nazismo) y el elegido en el caso de Gijón, 28 de junio (fecha de la revuelta de Stonewall y cuando se celebra el Día del Orgullo Gay).
Por eso, el coordinador de Xega, Mané Fernández, aseguraba ayer estar «muy contento» con la decisión del Ayuntamiento, que convierte a Gijón en el segundo municipio de Asturias en sumarse a su campaña. El primero fue Grado, que en 2005 ya denominó Arco Iris a una calle, haciendo alusión a la bandera multicolor símbolo del colectivo. «Todo lo que se haga por la visualización supone un avance en la normalización», decía Fernández. No había leído ni escuchado el coordinador de Xega las críticas, aunque «me puedo imaginar por dónde van». No obstante, tenía respuesta para éstas. «Deberían darse cuenta de que esto entra en los cánones del buen convivir. Mientras demos visibilidad, normalizamos. No se pueden ocultar más las cosas, es perjudicial para todos. Quienes critican deben saber que el colectivo puede estar en todas las familias y en todos los ámbitos».
Este mismo argumento es el que utilizó el presidente de la asociación vecinal de Montevil, Agustín Bermúdez, cuando, en la mañana de ayer, algún vecino le hizo saber su malestar por la elección del nombre. «Tiene que haber de todo», le contestó. «Nosotros mostramos todo el respeto para todo el mundo», añadió después.
Parque sin barrio
Eso sí, ningún barrio parecía ayer hacerse 'cargo' del parque, situado entre el camino de Los Caleros, el campo de fútbol de Montevil y la plaza de Jacques Ives-Cousteau. Según los planos municipales no hay duda, pertenece a Montevil. Pero ayer pareció convertirse en tierra de nadie. Bermúdez opinaba ayer que era más bien de Roces. Y en Roces, su presidente, Aurelio Rodríguez, no ocultaba de ninguna forma el malestar por la denominación elegida, que él sólo aceptaría en caso de que «la placa ponga sólo 28 de junio», sin hacer alusión en ningún momento al Día del Orgullo Gay. «A mí, por lo menos, no me gusta», aseguraba de forma contundente, justo antes de decir que el parque no es de Roces, sino de Contrueces. Y en el tercer barrio en discordia ni siquiera hubo valoración del nombre, porque se entiende que pertenece a Montevil. Y vuelta a empezar.
Por su parte, el equipo de gobierno, en la información facilitada tras la junta de gobierno en la que se aprobaron las incorporaciones al callejero, se justifica que «la noción básica del orgullo LGT» consiste en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, cualquiera sea su sexo, orientación o identidad sexual».
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