Martina Castellana se presenta a las municipales de junio
Una transexual, candidata del partido de Berlusconi
ROMA- ¿Se puede ser gay, lesbiana o transexual y de derechas? La italiana Martina Castellana no sólo ha demostrado que es posible, sino también que estas personas pueden saltar a la arena política y concurrir en las elecciones como candidatos de partidos que no son de izquierdas, como era habitual hasta ahora.
Especialista en dermatología y durante años dirigente del ente público de sanidad en la provincia sureña de Salerno, la transexual Martina Castellana (de nombre Michele, según su documentación) ha roto un tabú en Italia al presentarse como candidata del partido de Silvio Berlusconi para los comicios provinciales de junio. Es la primera transexual del país que representa a una formación de derechas.
Un lavado de imagen «Es un lugar común decir que los gays, lesbianas y transexuales debemos estar a la izquierda. Ésta quiere hacer ver que la derecha es obtusa, pero la realidad no es así.
La izquierda me ha robado muchos sueños, dice que lucha por nuestros derechos pero luego no hace nada». Martina Castellana es el personaje político del momento, la tesela que necesitaba el partido de Berlusconi para presentarse como una agrupación moderna y ventilar el tufillo posfascista que desprende Alianza Nacional, miembro de la coalición que lidera «Il Cavaliere». Mientras atiende a LA RAZÓN su teléfono suena en varias ocasiones. «No esperaba tanto interés, pero me gusta.
Estoy muy contenta con la decisión que he tomado. Espero que mi posición sirva para confortar a los gays, lesbianas y transexuales que sufren y no tienen voz».
Alguna de las llamadas que ha recibido estas últimas horas provenía de líderes de la izquierda que se han tomado su actuación como una traición. «Me han dicho que debía haberme presentado con ellos. Hubiera sido mucho más fácil, pero estoy harta de que la izquierda instrumentalice al movimiento gay», cuenta con voz suave y un punto de indignación.
Romper moldes Martina Castellana considera que la derecha italiana ha alcanzado un grado de madurez suficiente como para votar a un candidato no heterosexual.
«La situación ha cambiado mucho y las mentes se están abriendo. Hay incluso una página web de gays de derechas, donde se ha aplaudido mi decisión». Valiente y orgullosa de su condición, espera que los electores «vean más allá de sus narices, voten a la persona y no se queden en un vestido de Chanel».
Castellana augura además que otros homosexuales italianos seguirán su ejemplo. «Si leen el programa y ven que personas como yo nos presentamos con la derecha, superarán la situación actual».
A diferencia de la gran mayoría de los homosexuales italianos, que admiran al presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero por permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, Castellana no está de acuerdo con él. «El matrimonio es un sacramento.
No lo he visto nunca como una batalla principal. Pienso que es mejor una unión civil y que sea duradera. No me gustan nada los matrimonios entre parejas heterosexuales que no se respetan y acaban convirtiéndolos en una farsa con infidelidades».
Como la derecha italiana, ella está en contra de las bodas entre gays, pero no se resiste a decir que las parejas «más estables e indisolubles que conoce» son homosexuales.
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