Una cena para el presidente
De cuando un presidente de los USA te viene a casa
Por GLOTONIOS
Y bien Barack, ¿Qué te apetece hoy para cenar?¿Comes de todo? ¿Te perjudica el marisco? Tienes cara de comer muchas ensaladas y de tomar comprimidos vitamínicos para estar tan cachas, pero, por una vez, olvídate de todo y confía en nosotros. Te lo mereces. Dile a Michelle que venga guapa y que, si no le importa, se ponga ese precioso vestido de color malva que ella sabe. Nos encanta.
Te proponemos un menú bastante clásico, que seguro que para ti resulta del todo exótico. No te mereces menos, pero sabes que últimamente andamos un poco mosqueados con la Cocina tecnoemocional esa, y vamos a ir directos al grano:
Para empezar, una ventresca de atún apenas cocida en agua salada sin brusquedades y sin que rompa en violentos borbotones, 10 minutos apenas de cocción suave, y luego dejada a templar en esa misma agua. La escurrimos y secamos, la desmigamos groseramente y la rociamos con un buen aceite de oliva, de esos que sirven para reconciliarse con los que están contra la guerra de Irak. Ya verás, te encantará.
Después pasaremos a una ensalada para aligerar y abrir el camino, una mezcla de amargor y gozo, tal y como ha sido tu llegada a la Casa Blanca: Ensalada de escarola con lardones de beicon. Ya verás, se te van a caer las muelas de gusto y no va a haber jugo gástrico que no sueltes ante su presencia.
No te lo tomes a mal, pero no tenemos ninguna duda, lo más adecuado para una ocasión así son Los chipirones en su tinta. Jose Mari está pescando unos increíbles con su barca. Te los podemos hacer rapiditos o más pausados, pero estarán buenos de todas todas. Te vas a chupar esos deditos largos que tienes.
Como estamos en temporada de caza, seguiremos con palomas asadas. Hemos dudado con ponértelas guisadas, pero es suficiente salsa con la negra de los chipirones. ¿No te parece?
Y de postre, antes del café y del patxarán, una compota de manzana, pera y vainilla, que por estos pagos ya comienza a hacer frío.
Y San Seacabó, dime tú dónde comerás mejor que en nuestra casa. Y dónde encontrarás mejor compañía. (Sonia ha dicho que si puede vendrá a la cena, así que vendrá, pues no falla nunca).
(Y para los gorilas y chóferes que se han quedado en la puerta, arroz con almejas, pollo asado con ciruelas y queso de Idiazabal, que aquí estamos bien educados, y nunca nos olvidamos de la clase obrera).
Para empezar, una ventresca de atún apenas cocida en agua salada sin brusquedades y sin que rompa en violentos borbotones, 10 minutos apenas de cocción suave, y luego dejada a templar en esa misma agua. La escurrimos y secamos, la desmigamos groseramente y la rociamos con un buen aceite de oliva, de esos que sirven para reconciliarse con los que están contra la guerra de Irak. Ya verás, te encantará.
Después pasaremos a una ensalada para aligerar y abrir el camino, una mezcla de amargor y gozo, tal y como ha sido tu llegada a la Casa Blanca: Ensalada de escarola con lardones de beicon. Ya verás, se te van a caer las muelas de gusto y no va a haber jugo gástrico que no sueltes ante su presencia.
No te lo tomes a mal, pero no tenemos ninguna duda, lo más adecuado para una ocasión así son Los chipirones en su tinta. Jose Mari está pescando unos increíbles con su barca. Te los podemos hacer rapiditos o más pausados, pero estarán buenos de todas todas. Te vas a chupar esos deditos largos que tienes.
Como estamos en temporada de caza, seguiremos con palomas asadas. Hemos dudado con ponértelas guisadas, pero es suficiente salsa con la negra de los chipirones. ¿No te parece?
Y de postre, antes del café y del patxarán, una compota de manzana, pera y vainilla, que por estos pagos ya comienza a hacer frío.
Y San Seacabó, dime tú dónde comerás mejor que en nuestra casa. Y dónde encontrarás mejor compañía. (Sonia ha dicho que si puede vendrá a la cena, así que vendrá, pues no falla nunca).
(Y para los gorilas y chóferes que se han quedado en la puerta, arroz con almejas, pollo asado con ciruelas y queso de Idiazabal, que aquí estamos bien educados, y nunca nos olvidamos de la clase obrera).
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