Estamos perdidos
ALBERTO B.M.. 13.08.2007 - 09:31h
Un juez brasileño se ha puesto muy firme con los homosexuales y ha dicho en un auto desternillante que el fútbol es para hombres. "Si los gays quieren darle patadas al balón que formen un equipo ellos solos", expone.A estas horas los homosexuales estarán revolcándose de la risa: ¡uh uh, qué miedo! (y en ese plan). Si esto es lo mejor que tienen (se dirán con recochineo), de aquí a unos años los heteros acaban en reservas naturales. ¡Sí, con el lince ibérico y el oso cántabro-astur!Y es que aún no nos hacemos a la idea de lo que ha sucedido. Educados para llevar el timón y dar un puñetazo en la mesa, de pronto la liberación de las mujeres nos bajó los humos y sin tiempo de encajar el golpe, vinieron los gays con sus derechos. ¿Recuerdan cómo nos reíamos en aquellos tiempos? Déjalas, nos decíamos guiñándonos el ojo. Déjalas, más dura será la caída. Pero he aquí que el tiempo pasa y no sobreviene la catástrofe: al parecer, se arreglan muy bien y todo les sale mejor.Todavía nos quedaba una esperanza. Fiábamos todo a una aparición milagrosa, a la llegada de un Buda, de un nuevo Sócrates. Alguien que tuviera una autoridad moral suficiente para impulsar un masculinismo de siglo XXI. Pero pasan los años y de eso nada. Y en cambio, proliferan los disparates como la de este juez anclado en los tiempos de Chanquete. Viendo la altura intelectual de nuestros defensores, yo doy el asunto por perdido. Ya me dirán cómo vamos a sobrevivir, si todos los imbéciles están en nuestro bando.
Un juez brasileño se ha puesto muy firme con los homosexuales y ha dicho en un auto desternillante que el fútbol es para hombres. "Si los gays quieren darle patadas al balón que formen un equipo ellos solos", expone.A estas horas los homosexuales estarán revolcándose de la risa: ¡uh uh, qué miedo! (y en ese plan). Si esto es lo mejor que tienen (se dirán con recochineo), de aquí a unos años los heteros acaban en reservas naturales. ¡Sí, con el lince ibérico y el oso cántabro-astur!Y es que aún no nos hacemos a la idea de lo que ha sucedido. Educados para llevar el timón y dar un puñetazo en la mesa, de pronto la liberación de las mujeres nos bajó los humos y sin tiempo de encajar el golpe, vinieron los gays con sus derechos. ¿Recuerdan cómo nos reíamos en aquellos tiempos? Déjalas, nos decíamos guiñándonos el ojo. Déjalas, más dura será la caída. Pero he aquí que el tiempo pasa y no sobreviene la catástrofe: al parecer, se arreglan muy bien y todo les sale mejor.Todavía nos quedaba una esperanza. Fiábamos todo a una aparición milagrosa, a la llegada de un Buda, de un nuevo Sócrates. Alguien que tuviera una autoridad moral suficiente para impulsar un masculinismo de siglo XXI. Pero pasan los años y de eso nada. Y en cambio, proliferan los disparates como la de este juez anclado en los tiempos de Chanquete. Viendo la altura intelectual de nuestros defensores, yo doy el asunto por perdido. Ya me dirán cómo vamos a sobrevivir, si todos los imbéciles están en nuestro bando.
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