Silvia Reyes: "Los palos ya empezaban en jefatura"
05/02/07Alguna ventaja tuvo que traer la democracia para alguno de los represaliados. Por ejemplo, Domingo Reyes Plata es hoy Silvia a raíz de la aceptación legal de su transexualidad, “pero en aquella época –1975, según recuerda– a los transexuales que vestíamos de mujer, con pechos y tacones, nos aplicaban la Ley de Peligrosidad. Los palos y los insultos de maricones y degenerados empezaban ya en Jefatura. Nos tenían tres días sin comer y sin apenas agua; en esto, los ‘secretas’ eran peores que los nacionales”. Silvia fue detenida en Barcelona la noche del 3 de mayo de 1975 –“cuando se hallaba en el ‘drugstore’ del Paseo de Gracia en espera de captar algún otro homosexual”, según su ficha– y condenada a las tres medidas que marcaba la Ley de Peligrosidad: internamiento para reeducación (entre cuatro meses y tres años), destierro y vigilancia. En su caso, de seis a ocho meses de prisión y de uno a dos años fuera de Barcelona. Y también eran críticos los informes, como el que envió la Junta de Tratamiento de Barcelona al juez de Peligrosidad: “Se mueve en ambientes de homosexuales y de prostituidos. Nos ha manifestado su condición de homosexual pasivo. Su conducta en prisión es buena. Pensamos que pese a su condición de invertido, no lleva una vida delictiva que nos haga pensar que sea peligroso”. Para el forense Domingo Saumench, además, Silvia era de “temperamento esquizotímico y carácter inmaduro”, y tenía patologías: “Psicomotricidad feminoide, labilidad afectiva, histriónico, egocéntrico, necesitado de estimación. Homosexualidad por condicionamiento en la infancia. Plena identificación con su anomalía”. Silvia recuerda que salió de prisión el mes en que murió Franco: “El juez nos decía que era peor el travestismo que alquilar el cuerpo, pero también que la prostitución transexual no estaba contemplada en el Código Penal y que nos detenía por ir con las blusitas de flores y los pantalones acampanados”.
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