miércoles, 14 de febrero de 2007

Antoni Ruiz, presidente de la Asociación Ex-Presos Sociales/ TVM.



ANTONIO RUIZ, presidente de la Asociación de Ex presos sociales /TVM.

Fecha: 31 de Enero del 2006


La Asociación de ex presos sociales, colectivo castigado por el franquismo, a punto de recibir indemnizaciones del Ejecutivo.El presidente de la asociación, Antonio Ruiz fue detenido por el régimen franquista a consecuencia de su orientación sexual. Las penas oscilaban entre los tres meses y seis años.La ley franquista de ‘Peligrosidad social’ de 1970 castigaba todas aquellas conductas humanas consideradas “anormales” o en contra de la naturaleza y que ponían en peligro la convivencia de los ciudadanos. Entre estas actitudes se perseguía a las personas que se manifestaban homosexuales, y se les metía en prisión “como medida preventiva, antes de que cometiesen algún otro delito”.

Antonio Ruiz, presidente de la asociación de ex presos sociales, su vivencia personal, en el programa ‘En Primera Línea’, y la de muchos que como él sufrieron la persecución franquista y pagaron un precio alto por su inclinación sexual.El 7 de marzo de 1976, con 17 años de edad, Antonio confesó ante su familia que era homosexual. Su madre, inmediatamente, explicó, consultó a una monja la situación en la que se encontraba su hijo. La hermana resultó ser una confidente de la policía y lo delató, entrando al poco tiempo en prisión. “No tuve derecho a defenderme, ni a un juicio justo, simplemente entrabas a la cárcel con la finalidad incoherente e inútil de rehabilitarte”.Se trataba de una normativa que afectaba principalmente a las personas de clase baja, ya que los de media-alta “entraban por una puerta y salían por otra”, asegura Antonio.Una vez en prisión, los reclusos no tenían acceso a la cultura. Sus labores diarias se limitaban a coser balones y a fabricar cajas para la industria pesquera. “En todo el tiempo que estuve recluído el único apoyo que tuve fue el de un sarcedote, el capellán de la prisión, que actuó de forma decisiva para que a los tres meses de entrar a la cárcel saliera de ella”.Sin embargo, el castigo iba más allá del simple encarcelamiento. Cuando el preso salía a la calle, declará Antonio, en primer lugar se encontraba con el rechazo laboral ya que los empresarios al solicitar el expediente de penales se encontraba con que tenía antecedentes. Asimismo, obligaban al “delincuente” a permacener a no menos de 100 kilómetros de su domicilio familiar, creando en estas personas sentimiento de desarraigo.En la actualidad, Antonio Ruiz lucha porque los españoles, y sobre todo las autoridades, no olviden la “injusticia” que tuvieron que vivir estas personas, así como exigen indemnizaciones que alivien “en cierta medida” el daño padecido.“A España le gusta mucho olvidar los errores”, afirma Antonio, quien explica que las negociaciones con el ejecutivo nacional se encuentran en un punto muy avanzado.En estos momentos, la Asociación de ex presos sociales está negociando con el Gobierno las compensaciones económicas, aunque ya “hemos conseguido las morales cuando el pasado año las fuerzas políticas reconocieron públicamente que los homosexuales encarcelados en la época del franquismo por su condición sexual habían sido víctimas inocentes, al igual que los detenidos por su orientación política”.Las compensaciones económicas indemnizarán a cerca de cien personas, ya que el resto de detendos durante la dictadura por esta causa ya han fallecido.

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