miércoles, 19 de septiembre de 2012

Recortes en la sanidad: Transexuales en el punto de mira


Carlos Tomás, Fran Armas, Omayra Quintana, Desiré Rivero y Jared Santana (de izqda. a dcha.) conversan en una plaza de la capital grancanaria. 







El Ministerio de Sanidad estudia sacar las cirugías para la reasignación de sexo de las prestaciones gratuitas


La reforma sanitaria deja en el aire varias prestaciones que hasta el momento eran costeadas por el Sistema Nacional de Salud. En el punto de mira se encuentran las cirugías de reasignación de sexo, lo que ha creado un gran malestar entre las personas que esperan desde hace años a pasar por el quirófano. El colectivo Gamá lamenta que se vuelva a usar a los transexuales para crear una alarma en una parte de la población que ya tropieza con bastantes dificultades. Los transexuales ven en la nueva medida de ahorro una amenaza a los derechos adquiridos recientemente por la comunidad LGTB.



ELISA ARDOY
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
Carlos Tomás lleva más de dos años hormonándose. A estas alturas ya deberían haberle dado cita para someterse a una reasignación de sexo y convertirse totalmente en el hombre que era desde que nació. Si actualmente son innumerables los obstáculos que tienen que sortear los transexuales para finalizar su proceso, para la mayoría de ellos se convertirá en un asunto imposible si el Ministerio de Sanidad decide finalmente retirar la reasignación de sexo de los servicios financiados.

Esta será una de las prestaciones revisadas próximamente, junto a los tratamientos de reproducción asistida, genética, rehabilitación, cribados e implantes oftalmológicos, los cuales podrían dejar de ser gratuitos. La finalidad es determinar qué servicios pasarán a ser accesorios (no gratuitos), cuáles se mantendrán como están o cuáles sufrirán modificaciones. Sanidad espera ahorrar con esta nueva medida unos 700 millones de euros.

"No tiene sentido que me someta a un proceso de hormonación durante años para que, una vez terminado, no me den la opción de operarme. ¿Pretenden cubrir la hormonación, pero no la operación? No es lógico", critica Jared Santana, que lleva el mismo tiempo que Tomás esperando para poder pasar por el quirófano. "Para nosotros no es un capricho, es una realidad que sentimos desde pequeños. No somos enfermos, pero esta situación nos provoca estrés y un gran malestar", comparte Tomás junto a otros afectados en una plaza de la capital grancanaria, donde se han reunido.

Para defender sus derechos han fundado la Asociación Transfórmate, dirigida a visibilizar su situación y a recaudar fondos para las operaciones, ya que en Canarias no se realizan y sólo es posible saliendo a otras comunidades autónomas. No hay modo de poder contabilizar con exactitud cuántos transexuales viven en Gran Canaria porque no existe un registro, pero la asociación estima que unos 400.

Se trata de un proceso tremendamente complejo y lento, para el que hay que sortear decenas de obstáculos. Entre otras cuestiones, si una persona quiere someterse a una reasignación de cambio de sexo, por ejemplo, en Andalucía, debe demostrar que lleva viviendo en la comunidad al menos dos años.

"Nosotros pagamos la Seguridad Social, como cualquier otro ciudadano que tiene que someterse a una intervención. Estamos hablando de nuestros derechos", añade Fran Armas. A Fran le hicieron una reducción de pecho, de una 130 le pasaron a una 90. "Le dije al médico que si se pasaba con el bisturí no pasaba nada", bromea. "Al final salí del quirófano con pecho, pero con menos. No podía quitarme más porque legalmente soy una mujer, por eso me tuvo que dejar un poco", relata Fran, que después de la intervención no tiene que volver a taparse los pechos con los brazos como hacía continuamente. "Así estoy mejor, pero no entiendo que no nos permitan elegir".

Sylvia Jaén, vicepresidenta del colectivo Gamá, que aúna a gays, lesbianas, transexuales y bisexuales de Canarias, lamenta que "se vuelva a usar a los transexuales para generar alarma a una población que ya de por sí tiene numerosas dificultades dentro de la asistencia sanitaria". Gamá denuncia también que haya comunidades autónomas donde se prohíba a las mujeres solteras o que estén casadas con una mujer someterse a un proceso de fertilización. "El gasto en las operaciones de reasignación de sexo es minoritario, se utiliza este tema tan delicado como propaganda", añade.

"Yo no me podría operar si tuviera que costeármelo, yo ni ninguno de los transexuales que conozco. Es algo que la mayoría vivimos desde niños: estar dentro de un cuerpo con el que no nos sentimos identificados", explica Omayra Quintana, que sólo lleva tres meses hormonándose, pero tiene claro que llevará adelante todo el proceso.

Los transexuales aseguran que no van a renunciar a sus derechos elementales a la salud y a la atención médica. Están dispuestos trabajar sin tregua para defenderse de "estas agresiones".


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