martes, 7 de febrero de 2012

Empar Pineda Luchadora feminista hernaniarra : "Mentiría si me hiciera la víctima porque ha sido motivo de alegría luchar por nuestros derechos"




Empar Pineda (Hernani, 1944) lleva más de 40 años de lucha feminista y por los derechos de gays, lesbianas y transexuales. Por todo ello, la sociedad Xalaparta de su localidad le ha querido rendir un homenaje nombrándola Hernaniar Bikaina, premio que le entregará en junio

Hernani. La hernaniarra Empar Pineda reside desde hace años en Madrid y a pesar de haberse jubilado está más activa que nunca. Ahora le preocupa las decisiones que puede tomar el Gobierno del PP.


¿Qué sintió cuando le comunicaron desde Xalaparta que habían decidido nombrarla Hernaniar Bikaina?

Una alegría enorme porque el que le tengan en consideración a una en su pueblo es algo muy importante. Yo he recibido reconocimientos y premios de muy distintos sitios, pero de Hernani, nunca. La verdad es que me ha hecho una ilusión tremenda. Para que luego digan eso de que no se es profeta en tu tierra. Pero, a veces, va y resulta que sí.


¿Cuándo comenzó a involucrarse en el movimiento feminista y en la lucha por lo derechos de los homosexuales?



A finales de los años 70, cuando empieza el movimiento feminista organizado en este país, de la mano de la lucha de los derechos de gays y lesbianas. Yo me acuerdo de haber participado en Barcelona en la primera manifestación del orgullo gay en el año 77. Desde entonces, la verdad es que no he parado. Yo fui la primera lesbiana que salió en televisión a principios de los 80.


¿Qué ha supuesto para usted todo ese trabajo voluntario?

Reconozco que ahora es todo más fácil, entonces era bastante difícil. Pero mentiría si me hiciera la víctima, porque para mí ha sido siempre motivo de alegría y satisfacción luchar por nuestros derechos.


¿De dónde heredó ese espíritu luchador?

Yo he tenido siempre un espíritu bastante rebelde. No sé si lo heredé de mi abuelo de caserío, El Patas que le llamaban, y que en el año 36 levantó todos los votos para el partido socialista en el valle del Urumea. Fue, además, mi padrino y con él fui de caserío en caserío acompañándole porque era curandero. No sé si me vino el coraje de aquel espíritu suyo, pero yo desde pequeña siempre he sido muy rebelde. Cuando he visto que se hacía alguna injusticia, me he rebelado.


¿A qué se dedica?

Estoy jubilada ya. Los últimos años de mi vida me tocó lidiar con un montaje que hizo la Guardia Civil intentando meter a la clínica Isadora en una denuncia falsa de mal uso de los residuos, porque en ese centro, además de otras muchas cosas, se practican abortos. Les salió muy mal la jugada porque el juez que llevó el caso no solo absolvió a la clínica, sino que pegó un buen tirón de orejas a la Guardia Civil. Ahí también peleé hasta el fondo para que la clínica Isadora no se viera injustamente implicada.


¿Dónde invierte su tiempo ahora?

Al principio, estuve un poco desorientada. Es curioso hasta qué punto el tener un trabajo te organiza la vida. Pero ahora me pregunto de dónde sacaba yo tiempo para ir a trabajar. No paro, ando metida en 50.000 cosas. Una de ellas, a la que dedico muchos esfuerzos y cariño, es que con un grupo de amigos estamos intentando construir un espacio residencial para gays, lesbianas y transexuales mayores. Es una etapa muy dura porque muchas veces no tienen familia ni donde caerse muertos. En las residencias al uso, la gente no está preparada para recibir a este tipo de personas y no se les trata bien. Luego sigo estando en la editorial de la ONG en la que yo trabajo y a la que dedico mis esfuerzos, que es la editorial Talasa. También dedico tiempo a todas las causas habidas y por haber, dando charlas y conferencias. Esta semana me llamaron de Sevilla para darme un premio por todo lo que he luchado por las lesbianas. Parece que cuando te estás haciendo mayor te llegan todos los premios.


El pasado año Hernani fue portada de los diarios por un caso de violencia machista.

Desgraciadamente no se libra nadie, no hay zona que se libre de esta lacra que es la violencia machista. Yo creo que está muy calada dentro de la configuración de algunos hombres, demasiados para mí, que consideran que primero le pueden arrear un tortazo a una mujer, decirle que no vale para nada y si por un casual hay una denuncia o se separan él no lo puede soportar y en algunos de los casos lleva al asesinato. Debemos hacer esfuerzos toda la sociedad. Hay que llevar a cabo una labor preventiva sobre todo en la escuela. Hay que incorporar a los hombres a la lucha contra la violencia machista; no puede ser solo cosa de mujeres.


¿De qué salud goza el movimiento feminista en la actualidad?

No son años muy boyantes. Hay actividad feminista, pero en núcleos feministas. El que no haya habido una respuesta fuerte frente a los recortes en la ley del aborto que ha propuesto el actual Gobierno central es significativo.

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