viernes, 4 de noviembre de 2011

BODA GAY EN LA BODEGA "Viña Santa Marina, entre Mérida"


Cuando visité las bodegas Viña Santa Marina, entre Mérida y Almendralejo, me llamó la atención que casi todas las trabajadoras eran mujeres. Encabezadas por Yolanda Piñero, las mujeres controlaban las labores fundamentales, que acababan produciendo un vino de alta calidad.
 Me gustó aquel gineceo profesional en el que todo funcionaba a la perfección, con ese rigor que las mujeres aplican al mundo del vino. Y en la cúspide, la elegancia y la educación de Álvaro de Alvear, responsable primero de la bodega.
Era un equipo perfecto donde la discriminación de género había quedado superada con creces. Años después, Paul Richardson, un escritor inglés especializado en gastronomía, que vive en Hoyos y escribe en revistas como Traveler y en diarios como Financial Times, me contó que en su boda con su chico, su esposo o como quiera llamarse, habían tomado vino Equus de las bodegas Viña Santa Marina.
Recuerdo que me llamaron de la bodega para agradecer a Paul el detalle de alegrar sus esponsales con su tinto Equus. Ahora nos enteramos de que en la bodega han prohibido la celebración de una boda homosexual entre dos jóvenes de Montijo.
Se trata de un caso de homofobia extremo que ni casa con el espíritu de la bodega ni con el de sus trabajadoras. La estricta moral del responsable de Viña Santa Marina, Álvaro de Alvear, prevalece por encima de la normalidad social. Se aplaude que se beba Equus, Miraculus o Torremayor en las bodas homosexuales, el caso es que no se beba en la propia bodega.

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