sábado, 24 de septiembre de 2011

EEUU: Los republicanos abuchean a un soldado homosexual destinado en Irak




Preguntó a los candidatos si volverán a vetar a los gays en el Ejército

Santorum contestó que el sexo 'no tiene cabida' en las Fuerzas Armadas

Washington
 
Steven Hill es un soldado estadounidense que lleva en Irak desde 2010. Pero, aparentemente, ésa no es razón suficiente para que el Partido Republicano 'el más nacionalista de los dos que copan el espectro político de EEUU' lo acepte.


Hill, que envió ayer un mensaje por vídeo al debate de los candidatos republicanos que se celebraba en Florida, es homosexual. Cuando se identificó como tal y preguntó al candidato Rick Santorum si volvería a implantar la norma en virtud de la cual los homosexuales no podían servir en las Fuerzas Armadas, y que ha dejado de estar vigente esta semana, varios de los miembros del público le abuchearon.

La respuesta de Santorum tuvo cierto tono surrealista. "Ninguna actividad sexual tiene cabida en las Fuerzas Armadas", dijo, lo que parece implicar que, en el caso improbable de que sea presidente, los soldados estadounidenses no sólo no podrán ser homosexuales, sino tampoco heterosexuales. Santorum no especificó si piensa introducir un voto de castidad junto con la jura a la bandera para poner en práctica tan pintoresca norma, o si los soldados heterosexuales de permiso y casados estarán autorizados a tener sexo con sus esposos o esposas. Santorum también declaró que aceptar a los soldados homosexuales en las Fuerzas Armadas es "darles un privilegio", que es "trágico" y un "experimento social

Al margen de esa controversia, el tercer debate republicano en quince días transcurrió por unos derroteros a medio camino entre el aburrimiento y la sorprendentemente pobre actuación del favorito, el gobernador de Texas, Rick Perry, que desde su entrada en la carrera, hace menos de un mes, ha mostrado una capacidad espectacular para situarse como el claro favorito de su partido republicanos. Perry se mostró inusualmente lento y torpe en algunas de sus respuestas. Mientras, su principal contendiente, Mitt Romney, segundo en intención de voto republicana, pero mejor situado en los sondeos en un 'mano a mano' con Obama fue capaz de atacarle sobre todo por sus afirmaciones de que los Estados pueden retirarse del sistema de pensiones federal de EEUU. Eso, en un territorio como Florida, que muchos estadounidenses escogen como lugar de retiro, es una bomba electoral.

Al margen de la inusualmente mala actuación de Perry y de la buena noche de Romney, el debate confirmó la tendencia de la carrera republicana en las dos últimas semanas: esos dos candidatos liderando el debate y Michele Bachmann tratando de no perder definitivamente el tren de los favoritos. La llegada de Perry a la campaña ha sido devastadora para Bachmann, que además acaba de cometer uno de sus desastres verbales más gloriosos al afirmar que la vacuna contra el cáncer de cuello de útero puede provocar retraso mental.

Perry volvió a defender frente a Romney y a Bachmann su decisión de favorecer que los hijos de inmigrantes ilegales accedieran a la Universidad en Texas. Y, previsiblemente, volvió a recurrir a la reforma sanitaria que el primero llevó a cabo cuando fue gobernador de Massachusetts y que ahora se ha convertido en el mayor lastre electoral junto con su incapacidad para conectar con el público de Romney.




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