martes, 21 de junio de 2011

La peculiar manera de celebrar el orgullo gay en África: palos, prisión o muerte


Portada del diario ugandés que incitó el asesinato de un homosexual, David Kato


Ser homosexual en el África subsahariana es pertenecer a un grupo social que día a día es perseguido, apaleado, encerrado en cárceles o sentenciado a muerte. Los gay aquí tienen primero que sobrevivir y luego subsistir, un doble reto en el continente de la falta de oportunidades. Aquí no habrá mucha fiesta del orgullo gay, habrá como cada día una cabeza abierta, una lesbiana violada o una nueva ley que les señala como culpables de ser ellos mismos.

La semana pasada, la comunidad religiosa musulmana de Kenia pedía que se institucionalizará como ley la pena de muerte para los homosexuales. "Es el único castigo que se contempla en el islam, como han hecho en China e Irán, para esa clase de gente", proclamaba un comunicado secundado por buena parte de la comunidad religiosa islámica del país. Calificaban los actos de los homosexuales de "bestialidad".

No es un caso aislado, es sólo un ejemplo más que se repite como un dominó en casi toda África. En marzo pasado el Parlamento ugandés debatía si habría pena de muerte para los homosexuales.

La presión internacional que se generó contra la medida hizo que el mismo día que se iba a debatir la propuesta desapareciera del orden del día (hay muchos millones de euros que se pueden perder de la cooperación). A principios de año, habían asesinado a un activista ugandés, David Kato, tras ser publicado en un periódico la foto de 100 activistas entre las que estaba la suya. En las últimas semanas vuelve a correr el rumor de que la ley volverá al Parlamento y será aprobada.

En Zimbabue, donde se está elaborando una nueva Constitución y donde hay un goteo constante de casos de palizas y muertes de homosexuales, su presidente Robert Mugabe dejó recientemente claras sus pretensiones sobre este asunto con una frase lapidaria: "Las tendencias europeas y las cosas antinaturales que pasan por allí, donde transforman mujeres en hombres y hombre en mujeres, aquí no pasarán. Europa puede hacerse gay, pero que no interfiera en nuestros asuntos", dijo el mandatario ante una resolución de condena de la UE. No habrá ni una línea que reconozca un derecho a la comunidad de homosexuales y lesbianas en la nueva Constitución (si es que se termina algún día). En la práctica, seguirán siendo tratados como animales.

En Malawi fue sonado el caso en 2010 de una pareja gay que fue sentenciada a 14 años de prisión por celebrar una boda simbólica. El juez justificó así la sentencia con la que les condenaba a una muerte indirecta: "Es un escarmiento y una forma de que otra gente no siga su horrible ejemplo".


Prohibición taxativa

El revuelo causado no ha cambiado nada y la ley sigue prohibiendo la homosexualidad de forma taxativa. Un obispo anglicano que llegó en 2008 al país intento luchar por los derechos de los gay y lesbianas. Lo único que consiguió es marcharse tres años después sin modificar nada y enterrando antes a un miembro de su congregación ,asesinado durante las violentas protestas en contra de su labor.

Pero la lista de desagravios es tan infinita como países cuenten ustedes que hay en este continente. En el Congo se debatía en 2010 en el Parlamento si penalizar la homosexualidad. En Namibia la sodomía es ilegal. En Botsuana la práctica es ilegal y la ley dice textualmente prohibir entre otros ejemplos, "tener contacto sexual contra el orden de la naturaleza" e iguala la homosexualidad a tener prácticas sexuales con animales. En Angola se rechazó la entrada del embajador nombrado por Israel por haberse declarado gay.

Todo esto es la homofobia legal o política, luego hay que sobrevivir a la social. En un país con una legislación tan abierta como la sudafricana, donde se reconocen los derechos de los homosexuales, es la sociedad la que le cuesta digerir la diferencia. Cada mes muere alguna lesbiana víctima de las conocidas como "violaciones correctivas". La última fallecida fue encontrada sin vida hace dos semanas. "Aquí al menos el Gobierno hace algo para erradicarlo", reconocen en la ONG change.org ante las promesas hechas por el Ejecutivo de proteger a las lesbianas del goteo de atrocidades que sufren por querer a alguien de su mismo sexo. Es mucho si se compara con las condiciones de entorno.

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