viernes, 8 de abril de 2011

Un párroco niega la comunión a una cofrade por ´vivir en pecado´ con otra

Pilar Gómez, ante la iglesia Nuestra Señora del Rosario.


El cura del Rosario advirtió al presidente de la cofradía de que ella y otras tres personas homosexuales o separadas se abstuvieran de ir a comulgar Dio el sacramento al resto de feligreses en la capilla después de la misa, para evitar el escándalo

"Humillada y dolida". Así dice sentirse Pilar Gómez desde que el pasado sábado el párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario -su parroquia de toda la vida- se negara a darle la comunión durante el acto de bendición del Jesucristo Prendido, cofradía de la Semana Santa Marinera a la que pertenece la mujer desde su fundación. "Me han negado lo más grande para mí, el sagrado sacramento", lamenta Pilar, creyente y católica practicante.

El motivo de este desplante no es otro, supuestamente, que la inclinación sexual de esta mujer, separada y madre de dos hijos, quien actualmente convive con otra mujer. "Es una vergüenza que después de 52 años se me niegue ahora la comunión por estar viviendo con otra mujer bajo el mismo techo", criticaba Pilar.

El cura en cuestión, José Polo, párroco de Nuestra Señora del Rosario, se ampara en el Código de Derecho Canónico, cuyo artículo 915 establece lo siguiente: "No deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave".

"Órdenes de arriba"

La decisión del párroco no fue algo repentino y también afectaba a otras dos personas, también homosexuales, y a un separado. Así, según ha podido saber este periódico, el jueves de la semana pasada José Polo citó al presidente de la Cofradía del Prendimiento de Jesús del Canyamelar y le encargó que les comunicara a estas cuatro personas, miembros de la cofradía, que se abstuvieran de ir a comulgar el sábado siguiente durante el acto de bendición, ya que se negaría a darles el sacramento de la eucaristía.

"Dijo que habían dado órdenes de arriba, del Arzobispado, para que no se le diera la comunión a estas personas según marca la ley canónica", explicó Hugo, presidente de la cofradía. Respecto al porqué ahora y no antes, si así lo marca el derecho canónico, el joven presidente añadió que la argumentación que le dio el párroco era que "con la imagen en el altar" no lo creía oportuno y que "su pecado era muy evidente".

Cuando esto llegó a oídos de Pilar, la mujer solicitó una audiencia con el párroco de su iglesia. "Se reafirmó en que me iba a negar la comunión porque, según él, ha habido una denuncia pública", explica Pilar. "No es porque seamos lesbianas sino porque vivimos bajo el mismo techo, diciendo que si dejamos de vivir juntas nos podemos curar", según las explicaciones que el cura le dio a la mujer.

Reunión para convencerlos

El sábado, horas antes de que se celebrara el acto religioso de la cofradía en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, la presidenta de la Semana Santa Marinera "telefoneó para convencernos de que no fuéramos a comulgar", según reconoce Pilar. En torno a las seis de la tarde se reunieron con Begoña Sorolla, en un bar, las cuatro personas que, según el cura, no podían recibir el sacramento.

"Nos dijo que había hablado con un secretario del Arzobispado de Valencia y que querían que les confirmáramos que no íbamos a hacer amago de comulgar", asegura Pilar. "Lo hicieron de forma estratégica, una hora antes, para evitar el escándalo", añadió.

Tras esta conversación tres de ellos decidieron abstenerse de comulgar temiendo que "se les señalara con el dedo". "Pero a mí no me convencen", reconoce Pilar. De camino a la parroquia la mujer sigue dándole vueltas a la cabeza. "Dudo de lo que quiero hacer y al llegar a la puerta le pregunto a una mujer divorciada si ella iba a comulgar", relata Pilar. "¿Y por qué no?", le contestó ésta. Fue entonces cuando Pilar dejó a un lado su miedo y decidió que iba a recibir el cuerpo de Cristo como una creyente más.

La Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, situada en la calle Rosario de Valencia, estaba llena hasta arriba para celebrar la misa y el acto de bendición de la imagen de la Cofradía del Prendimiento de Jesús. Según personas que asistieron a la celebración, había más de 400 asistentes, algunos de ellos en la calle por falta de espacio en el interior. Entre los presentes se encontraban cargos políticos y personas de distinta condición social.

Muchos de ellos se quedaron perplejos cuando después de la consagración el párroco que celebraba la eucaristía les informó que las personas que quisieran comulgar pasaran al finalizar la misa por la capilla. No obstante, nadie sabía realmente que la supuesta intención del cura era evitar un escándalo en plena ceremonia.

Una vez finalizada la misa, y con varias personas esperando para tomar la comunión, el párroco tardó hasta 20 minutos en salir a la capilla, según asegura Pilar. "No salía porque sabía que yo quería comulgar", consideró. Finalmente, y después de dejarla la última, José Polo se negó a darle la comunión a Pilar, quien rompió a llorar. Su madre, que la acompañaba en ese momento, se negó a recibir el sacramento por el desplante a su hija.

Este periódico contactó ayer con José Polo pero éste se negó a dar argumentaciones sobre lo ocurrido y se limitó a decir: "De ese tema no quiero hablar". Tras ello colgó el teléfono sin dar explicación alguna.

"Me han negado lo más grande para mí"

Pilar Gómez todavía está indignada por la humillación que vivió el pasado sábado simplemente por ser lesbiana. "Me atracaron hace dos años y no me robaron tanto como ahora", confiesa esta mujer de 52 años. "Esto va en contra de los valores que he recibido desde niña", se lamentaba. De hecho, fue precisamente en esta misma iglesia donde ahora le niegan la comunión donde la mujer recibió el sacramento del bautismo, tomó su primera comunión y bautizó a sus hijos. "Desde hace años se sabe que hay gente que vive en pecado y hacen la vista gorda", criticaba, "o todos moros o todos cristianos". "Me incitan a que vaya a comulgar a otra iglesia", reconoció. "Me han negado lo más grande para mí". I. C. valencia



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