El Papa ha partido a las 19:22 horas de este domingo del aeropuerto de El Prat de Barcelona rumbo a Roma, tras haber visitado las ciudades de Santiago de Compostela y Barcelona, finalizando así el que ha sido el segundo viaje a España de su pontificado. Si el sábado, en la capital gallega, Benedicto XVI cargó contra el laicismo, este domingo, en la capital catalana, lo hizo contra el matrimonio gay y el aborto.
El Papa, que llegó el sábado a Barcelona procedente de Santiago de Compostela, fue despedido por los Reyes y por el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, al pie de la escalerilla del Airbus de Iberia "Delta del Llobregat".
Los Reyes, junto con el arzobispo de Barcelona, han acompañado al Pontífice hasta el pie de la escalerilla del avión y han despedido a Benedicto XVI, que ha subido en solitario a la aeronave y ha saludado a la tripulación.
Sagrada Familia
El Papa Benedicto XVI atacó este domingo la legalización del aborto en España en su visita a Barcelona, así como los matrimonios entre personas del mismo sexo. "La Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar", dijo el Papa durante la misa de consagración de la Sagrada Familia, templo empezado a construir por Antonio Gaudí hace 128 años y que desde hoy ya se puede denominar basílica.
"El amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural", dijo el Papa, mientras en la calle grupos de parejas de gays y lesbianas protestaron besándose públicamente frente al pontífice.
Al término de la consagración, durante un ángelus rezado al aire libre, Benedicto XVI subrayó "la dignidad y el valor primordial" del matrimonio y la familia, a la que ha calificado de "esperanza de la humanidad, en la que la vida encuentra acogida, desde su concepción a su declive natural".
Despedida en El Prat
Tras comer en la sede arzobispal y visitar el hospital Nen Deu, el acto oficial de despedida de Benedicto XVI tuvo lugar, ya por la tarde, en el aeropuerto. Allí, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo un "breve, pero cordial" encuentro con el Papa, en el que le expuso que, en su "fluida" relación con el Vaticano, España actúa como un Estado aconfesional que reconoce el peso de la Iglesia, pero garantiza la libertad de todos.
Según han explicado a Efe fuentes del Ejecutivo, Rodríguez Zapatero ha expuesto asimismo al Papa el "trascendental momento" para el orden económico internacional que supone la cumbre del G-20 en Seúl, donde el presidente del Gobierno defenderá la necesidad de regular el sistema financiero para lograr un equilibrio más justo, cuya prioridad sea atender a los países más pobres del planeta.
Además, el jefe del Ejecutivo ha garantizado al Pontífice "toda la colaboración" del Gobierno español para su visita a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, que presidirá Benedicto XVI en agosto del próximo año, "de la misma manera que ha colaborado en el viaje que ahora finaliza".
Benedicto XVI ha trasladado a Rodríguez Zapatero su agradecimiento por el "gran esfuerzo" que ha hecho el Gobierno central para que la visita en Santiago de Compostela y Barcelona saliese bien.
Telegrama en pro de la concordia
Desde el avión, al abandonar territorio español, el Papa envió un telegrama al Rey, en el que exhorta a los españoles a "avanzar por el camino de la concordia, de la paz y de la solidaridad". Además, el Pontífice expresó su "agradecimiento" por su acogida en España.
"Confío a la amorosa protección de María Santísima a los españoles para que avancen por el camino de la paz, la concordia y la solidaridad, en consonancia con su rico patrimonio de valores humanos y cristianos", escribió el Papa al Rey. El Obispo de Roma agregó que concluida su "grata visita" a Santiago de Compostela y Barcelona, deseaba "reiterar" su "profundo agradecimiento" al Rey y la Reina, así como a las autoridades y a los obispos y fieles "de esa amada tierra por la calurosa acogida que me han dispensado".
Benedicto XVI envió una "especial bendición apostólica" al pueblo español.
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