domingo, 11 de julio de 2010

Polémica por el matrimonio gay alcanza el mayor grado de crispación en Argentina

La Iglesia también ha reclamado que se convoque a un plebiscito para conocer la opinión de la población sobre el casamiento gay y ha presentado más de 600.000 firmas contra la norma recolectadas en escuelas religiosas. EFE/Archivo
Polémica por el matrimonio gay alcanza el mayor grado de crispación en Argentina

La polémica por el matrimonio homosexual en Argentina ha alcanzado su mayor grado de crispación a escasos días de que el Senado debata un proyecto que dividió aguas en la sociedad y profundizó las diferencias entre el Gobierno y la Iglesia católica.

Buenos Aires, EFE
Como si faltaran ingredientes en este pulso, el oficialismo y la cúpula eclesiástica se enzarzaron en los últimos días en un cruce dialéctico de alto voltaje para defender, unos, y rechazar, otros, esta iniciativa que apunta a reformar el Código Civil para cambiar los términos "marido y mujer" por "contrayentes".

Este jueves, el ex presidente Néstor Kirchner, uno de los abanderados del proyecto legislativo, acusó elípticamente al Episcopado de "presionar" a los senadores para que el próximo miércoles voten en contra de la iniciativa, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados.

"Cuando se tiene que presionar es porque hay muy pocos elementos para convencer (...) El país debe dejar definitivamente las visiones discriminatorias y oscurantistas", disparó el actual diputado y esposo de la presidenta argentina, Cristina Fernández.

Por su parte, el cardenal primado del país, arzobispo Jorge Bergoglio, advirtió en una carta que el proyecto "puede herir gravemente a la familia" en caso de ser aprobado por el Parlamento.

"No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios", señaló la autoridad religiosa antes de solicitar "a San José, a María, al Niño" que "defiendan a la familia" y "acompañen en esta guerra de Dios".

Lejos de calmarse, los ánimos volvieron a encenderse el viernes durante el 194 aniversario de la independencia argentina de España, que tuvo a la provincia norteña de Tucumán como epicentro de los festejos.

En este distrito, Cristina Fernández habló de la necesidad de "respetar a las minorías" y recordó que cuando el oficialismo fue mayoría en el Parlamento "jamás aprobó una ley" que restringiera los derechos de los grupos minoritarios.

En el tradicional Tedéum llevado a cabo en Tucumán, al que no asistió la mandataria, el vicepresidente del Episcopado, Luis Villalba, rechazó el matrimonio gay y dejó en claro que la Iglesia se opone porque "pretende modificar la cultura" argentina.

Más duro aún fue monseñor Roberto Rodríguez, obispo de la provincia de La Rioja, quien dijo que el "9 de julio encuentra al país en medio de una guerra", en tanto que su homólogo de la ciudad bonaerense de La Plata Héctor Aguer denunció la existencia de "una guerra cultural contra el sustrato cristiano del pueblo" promovida en "esferas oficiales por una fuerte propaganda".

La mirada de la cúpula eclesiástica, no obstante, se contrapone a la visión de grupos de sacerdotes locales que apoyan el proyecto legislativo.

"Nosotros respaldamos absolutamente la ley de matrimonio gay porque nos parece que es hora de sanar una larga herida de discriminación de las comunidades homosexuales. Es importante que haya una voz de la Iglesia distinta a la de la jerarquía", dijo a Efe el sacerdote Nicolás Alessio, miembro de un grupo de religiosos de la provincia de Córdoba.

Este colectivo integrado por 12 sacerdotes emitió recientemente un comunicado a favor del casamiento entre personas del mismo sexo que hizo que el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, los convocara sin éxito para exigirles una retractación.

También otro grupo de unos 20 sacerdotes de la Diócesis bonaerense de Quilmes alertó en un escrito sobre los "preocupantes fundamentalismos bíblicos, filosóficos y antropológicos" que rodean al debate.

En el marco de la campaña contra el proyecto, la Iglesia también ha reclamado que se convoque a un plebiscito para conocer la opinión de la población sobre el casamiento gay y ha presentado más de 600.000 firmas contra la norma recolectadas en escuelas religiosas.

La senadora Norma Morandini denunció esta semana que ha recibido presiones de la Iglesia por su postura favorable a la iniciativa, mientras se multiplican las marchas a favor y en contra de la autorización para que los homosexuales puedan casarse.

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