El número de uniones civiles de este tipo en Badajoz creció más de un 16% en el último año
Muchos jóvenes se inscriben en el registro para poder solicitar una vivienda
BADAJOZ
Belén y José Antonio viven juntos desde hace cuatro años en Badajoz. Primero en Valdepasillas y ahora en San Roque. En sus planes no entra pasar por la vicaría, pero sí comprar un piso. De momento viven de alquiler, pero se han presentado a varias promociones de viviendas de protección oficial. Para poder hacerlo se inscribieron como pareja de hecho en el registro municipal de Badajoz.
En Extremadura este tipo de enlaces permite que los miembros de la unión sean considerados como unidad familiar y puedan presentar sus ingresos de forma conjunta para llegar al umbral mínimo que se exige.
Esta opción lleva a muchas parejas jóvenes, como Belén y José Antonio, a formalizar su relación puesto que sus derechos se equiparan en gran medida con los de los matrimonios.
Esto explica que, año tras año, aumente el número de enlaces civiles de este tipo en Badajoz.
El registro de parejas de hecho de Extremadura se puso en marcha en 1997. En ese año hubo siete solicitudes en toda la región. Nada que ver con lo que sucede a día de hoy.
En 2009 se apuntaron, sólo en el registro municipal de Badajoz, 133 parejas, un 16% más que en el ejercicio anterior puesto que en 2008 se cerraron 111. Y en apenas dos semanas de 2010 ya se han anotado dos casos.
El aumento ha ido al compás de los derechos conseguidos por las parejas de hecho. El último empujón llegó en la Ley de 2007.
Actualmente pueden solicitar de forma conjunta vacaciones o permisos laborales de empresa, firmar consentimientos informados en hospitales o beneficiarse de un destino común en caso de que pertenezcan a las fuerzas armadas o la policía. Incluso se consigue un 'vis a vis' si uno de los miembros está en prisión o la declaración de arraigo para los inmigrantes.
En el despacho de abogados Gallego Martín de Badajoz, especializado en derecho familiar, recuerdan que, a pesar de la creencia general, todavía existen diferencias entre el matrimonio y la unión. Una de ellas, por ejemplo, se da en materia fiscal ya que los integrantes de la pareja de hecho no pueden presentar la declaración de la renta de manera conjunta.
A la hora de conseguir la pensión de viudedad también se dan algunos matices. En un matrimonio, la pensión de viudedad del cónyuge es automática, mientras que en el otro caso se aprueba sólo si se demuestra que el compañero o compañera queda en situación económica de desamparo.
La regulación de las parejas de hecho varía, sólo en matices, según la normativa de las diferentes comunidades autónomas. Extremadura cuenta, según han podido constatar en el despacho Gallego Martín, con una normativa que tiende ha equiparar al máximo estas uniones con los matrimonios.
La letrada Isabel Alvarado también conoce a fondo la regulación extremeña. En su despacho de Badajoz atiende asuntos de familia. Alvarado entiende que la opción de las parejas de hecho se debe en parte al cambio en el concepto de vida en común con otra persona. «Cada vez más se asume que las uniones no son para toda la vida y algunas personas piensan que romper una pareja de hecho resulta más cómodo y económico que un matrimonio».
El trámite de ruptura se completa simplemente con que uno de los integrantes lo solicite. No hay que acudir a un juzgado.
Pero no siempre es así. Cuando hay menores de por medio en una ruptura, el procedimiento que se sigue es similar al de un matrimonio y debe decidir el juez. En este mismo punto incide el también abogado Eduardo Expósito. El letrado deja claro que se trata de una situación administrativa de «mucha fragilidad» jurídica.
«Si dos adultos se separan y tienen un hijo de una vida en común, al juez le da igual que sean pareja de hecho o no. Se vela por el interés del menor y debe decidir».
Un año
Según establece la ley, para formalizar la relación como pareja de hecho hay que acreditar un año de convivencia en común. Pueden constituirse como parejas dos personas, tanto heterosexuales como homosexuales, que convivan de forma estable, libre, pública y notoria, siempre que alguno de sus miembros se halle empadronado y tenga su residencia en algún municipio extremeño.
La fórmula se entendió en su día como un mecanismo para regularizar las relaciones homosexuales, ya que aún no se había aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Hasta entonces, era lo máximo a lo que aspiraban.
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