miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cuando llamar «enfermo» a un homosexual no es delito



S. B. BARCELONA
El juzgado de instrucción número 33 de Barcelona ha archivado una querella histórica en España: la primera investigada en nuestro país contra una empresa por injurias homófobas a dos empleados homosexuales, que fueron calificados de «enfermos» en un correo electrónico que se intercambiaron dos directivos y en el que también se instaba a despedirlos.
En el auto, al que ha tenido acceso Efe, la juez instructora acuerda sobreseer la querella presentada por los dos trabajadores contra dos directivos de la empresa austríaca Gartner KG y contra la propia compañía, al descartar que con el término «enfermos» se aludiera a la orientación sexual de sus empleados.
La querella, presentada por los empleados de Gartner K.G., se basa en un correo que su jefe de Barcelona envió a su superior de Austria en el que, tras reconocer que había leído sus mensajes electrónicos privados y aludir a la orientación sexual de ambos, los calificaba de «enfermos» e instaba a despedirlos de la empresa. La juez, no obstante, descarta que los ejecutivos incurrieran en un delito de injurias porque, en su opinión, la palabra «enfermos», contenida en el correo, no alude a su condición sexual sino «exclusivamente a la actividad profesional del querellante y del otro trabajador».
El contexto en el que se vertieron las expresiones presuntamente injuriosas «no es otro que un escenario interno, estrictamente laboral, sin publicidad alguna para terceros ajenos a la empresa», añade la juez, que incluso cree que el uso del término «homosexual» para referirse a los trabajadores «difícilmente hoy en día» puede tener una intencionalidad injuriosa.
En cuanto al delito de revelación de secretos que se imputaba a los ejecutivos, la juez concluye que el conocimiento de datos acerca de la vida íntima o personal no fue delictiva porque obedeció a un «hallazgo casual». Así, da credibilidad a las explicaciones del directivo imputado, que alegó que se enteró de la condición sexual de los empleados querellantes a través de unos «e-mail» que leyó casualmente mientras buscaba los datos de un proveedor en el ordenador de uno de ellos.
Los querellantes mantenían que el trato vejatorio y homófobo recibido de sus jefes les provocó una depresión y necesidad de tratamiento psicológico e incluso comportó el despido de uno de ellos.

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