En la actualidad muchos países continúan penando la homosexualidad. / Canariasaldia.com.
Acn Press. Rabat
Un líder religioso pillado in fraganti con su novio, el embajador español en una reunión con representantes de la Ong de gays y lesbianas marroquíes instalada en España, un joven pasional que acuchilla a su marido… La prensa marroquí se hace eco, día sí día también, de informaciones que focalizan su atención en el colectivo.
Un líder religioso pillado in fraganti con su novio, el embajador español en una reunión con representantes de la Ong de gays y lesbianas marroquíes instalada en España, un joven pasional que acuchilla a su marido… La prensa marroquí se hace eco, día sí día también, de informaciones que focalizan su atención en el colectivo.
El pistoletazo de salida: La intención de Kif Kif, Ong de defensa de los homosexuales marroquíes con sede en España –en Marruecos nunca podría haberse constituido-, de crear una delegación en su país y basada en la respuesta de Interior en Marruecos.
El reino alauí, decía el Ministerio hace un mes, luchará con todos los medios de los que dispone el Estado contra las "desviaciones morales que desestabilizan a la comunidad".
Ahora, el periódico marroquí francófono Le Soir asegura que Kif Kif ha deslocalizado “su combate” en Europa y que han presentado un informe de reivindicación de sus derechos a los diplomáticos marroquíes establecidos en el extranjero.
Las asociaciones marroquíes, informa el rotativo, denuncian esta fuerte movilización.
Este movimiento de protesta “está suscitando una gran polémica en el seno de la comunidad marroquí y musulmana”; en especial, dice, porque empiezan a hacer campaña en los barrios frecuentados por jóvenes magrebíes en Europa.
“Es su estrategia para influir a esta categoría de gente y adherirlos a su combate; algunos jóvenes empiezan a dejarse llevar hacia la homosexualidad.
Y los padres nos han hecho llegar su preocupación”, afirma Abdelilah El Hyri, militante asociativo en París, a Le Soir. Quieren “imponernos” prácticas “prohibidas por nuestra religión”, manifiesta otro militante. Según Abdelwahab Danali, presidente de la asociación Amisedal, “en el Islam no hay sitio para sus actos, ser homosexual es un gran pecado”.
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