Los valores más arraigados de Turquía están perdiendo fuerza. El último 'golpe' lo ha propinado una transexual turca al presentar su candidatura a las elecciones municipales. Su victoria puede significar todo un hito. Aunque el hecho de que participe en los comicios es ya de por sí una revolución. Al menos, la lucha de este colectivo marginado para romper las barreras discriminatorias en un país con tintes conservadores está dando sus frutos.
La protagonista de esta inusual candidatura se llama Belgin Celik, una transexual que aspira a ganarse los apoyos de un municipio en un distrito del corazón de Estambul. Muchas miradas están puestas en ella. De hecho, durante la campaña la prensa local ha dado mucho bombo a su campaña, en la que compite con dos adversarios masculinos.
La apuesta de Celik también puede servir de impulso para el resto de mujeres porque la presencia femenina en las listas electorales es aún muy baja. Es lo que tiene vivir en un país laico, pero con valores arcaicos.
Así que el reto de esta transexual es ambicioso. La política, que se presenta como independiente, pretende que su osadía sirva para que Turquía de «un gran paso en la lucha contra la discriminación sexual». Y se muestra confiada en su triunfo electoral, alentada porque su campaña ha transcurrido sin problemas y la relación con sus vecinos es muy buena. También es cierto que al pedir el voto a sus electores no se presentó como transexual.
Con todo, el envite de Celik ha generado muchas esperanzas entre este colectivo machacado por la Turquía musulmana. Varias organizaciones humanitarias han denunciado los frecuentes ataques que sufren los transexuales, incluso por la propia Policía. Y es que los miembros de las minorías sexuales no están considerados como ciudadanos normales en muchas zonas del país otomano.
Este panorama puede cambiar hoy si Celik vence a sus contrincantes. Aunque su sola candidatura apunta a que los turcos están empezando a abrir la mente. A ver si las diputadas también consiguen modernizar la política y romper con esa tradición que les impide, por ser mujeres, entrar con pantalones al Parlamento. La enmienda será debatida tras los comicios locales.
La protagonista de esta inusual candidatura se llama Belgin Celik, una transexual que aspira a ganarse los apoyos de un municipio en un distrito del corazón de Estambul. Muchas miradas están puestas en ella. De hecho, durante la campaña la prensa local ha dado mucho bombo a su campaña, en la que compite con dos adversarios masculinos.
La apuesta de Celik también puede servir de impulso para el resto de mujeres porque la presencia femenina en las listas electorales es aún muy baja. Es lo que tiene vivir en un país laico, pero con valores arcaicos.
Así que el reto de esta transexual es ambicioso. La política, que se presenta como independiente, pretende que su osadía sirva para que Turquía de «un gran paso en la lucha contra la discriminación sexual». Y se muestra confiada en su triunfo electoral, alentada porque su campaña ha transcurrido sin problemas y la relación con sus vecinos es muy buena. También es cierto que al pedir el voto a sus electores no se presentó como transexual.
Con todo, el envite de Celik ha generado muchas esperanzas entre este colectivo machacado por la Turquía musulmana. Varias organizaciones humanitarias han denunciado los frecuentes ataques que sufren los transexuales, incluso por la propia Policía. Y es que los miembros de las minorías sexuales no están considerados como ciudadanos normales en muchas zonas del país otomano.
Este panorama puede cambiar hoy si Celik vence a sus contrincantes. Aunque su sola candidatura apunta a que los turcos están empezando a abrir la mente. A ver si las diputadas también consiguen modernizar la política y romper con esa tradición que les impide, por ser mujeres, entrar con pantalones al Parlamento. La enmienda será debatida tras los comicios locales.
NORTECASTILLA.ES, Mundo (domingo, 29 de marzo de 2009)
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