Escrito el 16-01-2009 por elputojacktwist
Mi nombre es Harvey Milk (EEUU, 2008) Gus Van Sant Sean Penn
Mi nombre es Harvey Milk (EEUU, 2008) Gus Van Sant Sean Penn
«Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios»
No me voy a poner aquí a cantar las excelencias de Gus Van Sant (ya lo he hecho miles de veces). Eso sí, tras su aclamada e imprescindible trilogía de la muerte y la desorientación, el director vuelve a ser el de “El indomable Will Hunting“, pero eso en este caso no es malo: nadie como él para rodar el biopic de Harvey Milk, que convierte, sin el menor atisbo de sonrojo, en una hagiografía. Porque el objetivo final del director no es hacer una magnifica película (que lo es), sino utilizar esa película como arma política de lucha por los derechos LGTB.
Tampoco voy a hablar demasiado de Sean Penn, salvo que su forma de llevar el maletín o subir las escaleras hacen que se merezca otro Oscar, ni de la magistral escena del asesinato, en la que Van Sant se auto-homenajea y regresa a la oscurísima Elephant, y nos vuelve a enseñar la espalda del verdugo, nos hace partícipes de lo que no es más que un frío y cobarde asesinato.
Sí me gustaría señalar una de las partes más emocionantes (¡pero hay tantas!): la que hace referencia a nuestro país. Estados Unidos se ha acostumbrado a ser el centro de todo: Stonewall ocurrió en el 69 y parece que nadie antes había luchado por los derechos LTGB. La ampliación de la ley de matrimonio en España ha pillado por sorpresa a muchos y una manera de rectificar sus miradas al ombligo consiste en recordar ahora que en el resto del mundo también pasan cosas: en este caso, en España hubo gente que se dejó la vida contra Franco y después de Franco defendiendo su libertad.
Lo importante, como ya he dicho, es convertir el film en un arma más contra la homofobia. Y eso no es sólo labor de Gus Van Sant sino nuestra. La lucha de un hombre que se convirtió en el primer político electo abiertamente gay de los Estados Unidos y su posterior asesinato el 27 de noviembre de 1978 es la lucha de todos, forma parte de nuestra historia.
Caminamos sobre el sufrimiento de miles de personas: son nuestros mártires. Harvey Milk y otros muchos se han dejado el pellejo para que nosotros podamos asistir cómodamente al cine acompañados de nuestros novios y novias, comer palomitas, cogernos de la mano y llorar al final en plan Titanic. Y oír decir a los chavales al salir “Mamá, yo quiero ser como Milk y que se jodan todas las Anitas de este mundo”.
Para los interesados, recomiendo además el documental de Rob Epstein y Richard Schmiechen: The times of Harvey Milk (1984).
por byblae 16-01-2009 a las 20:49
Aquí esta la película. La calidad no es buena pero algo es algo.http://www.megavideo.com/?v=4NXE77MH
Tampoco voy a hablar demasiado de Sean Penn, salvo que su forma de llevar el maletín o subir las escaleras hacen que se merezca otro Oscar, ni de la magistral escena del asesinato, en la que Van Sant se auto-homenajea y regresa a la oscurísima Elephant, y nos vuelve a enseñar la espalda del verdugo, nos hace partícipes de lo que no es más que un frío y cobarde asesinato.
Sí me gustaría señalar una de las partes más emocionantes (¡pero hay tantas!): la que hace referencia a nuestro país. Estados Unidos se ha acostumbrado a ser el centro de todo: Stonewall ocurrió en el 69 y parece que nadie antes había luchado por los derechos LTGB. La ampliación de la ley de matrimonio en España ha pillado por sorpresa a muchos y una manera de rectificar sus miradas al ombligo consiste en recordar ahora que en el resto del mundo también pasan cosas: en este caso, en España hubo gente que se dejó la vida contra Franco y después de Franco defendiendo su libertad.
Lo importante, como ya he dicho, es convertir el film en un arma más contra la homofobia. Y eso no es sólo labor de Gus Van Sant sino nuestra. La lucha de un hombre que se convirtió en el primer político electo abiertamente gay de los Estados Unidos y su posterior asesinato el 27 de noviembre de 1978 es la lucha de todos, forma parte de nuestra historia.
Caminamos sobre el sufrimiento de miles de personas: son nuestros mártires. Harvey Milk y otros muchos se han dejado el pellejo para que nosotros podamos asistir cómodamente al cine acompañados de nuestros novios y novias, comer palomitas, cogernos de la mano y llorar al final en plan Titanic. Y oír decir a los chavales al salir “Mamá, yo quiero ser como Milk y que se jodan todas las Anitas de este mundo”.
Para los interesados, recomiendo además el documental de Rob Epstein y Richard Schmiechen: The times of Harvey Milk (1984).
por byblae 16-01-2009 a las 20:49
Aquí esta la película. La calidad no es buena pero algo es algo.http://www.megavideo.com/?v=4NXE77MH
Fuente Dos Manzanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario