Sergio Pérez-Chirinos"Los insultos anulan tu sexualidad"
P. R. - Madrid - 30/01/2009 08:00
"Los comentarios te van minando poco a poco, de una forma sutil, hasta que llega un momento en que anulan tu sexualidad, que incluso te hacen dudar de tu propia identidad". Sergio Pérez-Chirinos, realizador de 22 años, recuerda sin rencor, aunque con pesar, su paso por un instituto de Majadahonda (Madrid).
Al empezar tercero de la ESO y dejar el colegio, comenzaron los cuchicheos y los insultos entre parte de los compañeros. "Entonces nunca me declaré gay, pero tenía ramalazo y los compañeros no me dejaban en paz", recuerda. "Desde empujarte en gimnasia hasta gritarme ¡julapa! en cuanto salía a la pizarra", añade.
"Los comentarios te van minando poco a poco, de una forma sutil, hasta que llega un momento en que anulan tu sexualidad, que incluso te hacen dudar de tu propia identidad". Sergio Pérez-Chirinos, realizador de 22 años, recuerda sin rencor, aunque con pesar, su paso por un instituto de Majadahonda (Madrid).
Al empezar tercero de la ESO y dejar el colegio, comenzaron los cuchicheos y los insultos entre parte de los compañeros. "Entonces nunca me declaré gay, pero tenía ramalazo y los compañeros no me dejaban en paz", recuerda. "Desde empujarte en gimnasia hasta gritarme ¡julapa! en cuanto salía a la pizarra", añade.
Los profesores, cuenta, únicamente mandaban callar. "No sé si no sabían de qué iba el tema o no querían saber", precisa. Sergio nunca habló de ello con nadie, ni con sus profesores ni con sus padres, "tal vez por cobardía". "Ahora los comentarios me dan igual, pero cuando tienes 14 y 15 años es muy difícil", cuenta.
Tras la ESO, eligió un Bachillerato de Artes y cambió de instituto. "Fue lo mejor que pude hacer, la atmósfera era diferente, mucho más abierta, y también la actitud de los profesores; aunque algunos comentarios seguían ahí y siempre seguirán", apostilla.
Tras la ESO, eligió un Bachillerato de Artes y cambió de instituto. "Fue lo mejor que pude hacer, la atmósfera era diferente, mucho más abierta, y también la actitud de los profesores; aunque algunos comentarios seguían ahí y siempre seguirán", apostilla.
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