En Colombia son frecuentes la discriminación, la separación social, la agresión física y emocional, el chantaje, la extorsión, el boleteo, las amenazas de muerte e inclusive el asesinato a personas de la comunidad LGBT, tan es así que algo más de 100 personas miembros de las organizaciones que trabajan por las minorías sexuales se han visto obligadas a salir del país y solicitar asilo.Toda esas situaciones preocupan a las organizaciones LGBT o no, que trabajan en el tema de los derechos humanos, pero recientemente se está presentando una nueva forma de violencia a la que yo denominaría “Terrorismo gay”.
Frecuentemente quienes vulneran a la población LGBT son miembros de organizaciones paramilitares; en otros casos, pero con menos frecuencia, también lo hacen las guerrillas y miembros de instituciones del estado como el ejército y la policía. Lo más preocupante de esta nueva modalidad de homofobia es que quienes la están ejerciendo son personas homosexuales hacia otras personas con su misma orientación sexual; en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga se ha presentado un alto número de casos de asesinatos a manos de otros homosexuales, pero el terrorismo ha integrado a sus formas de violencia una modalidad supremamente dañinas y efectiva: las cadenas de mensajes vía Internet.Barrancabermeja, es una ciudad petrolera del sur oriente colombiano con gran presencia paramilitar, no es una ciudad muy grande o con un gran volumen de habitantes, tal vez por ello la reciente hola de correos electrónicos en los que se informa que una o más personas viven con el sida, o los lugares en que las personas homosexuales habitan, trabajan y sus lugares de encuentro, sus descripciones físicas, incluso las descripciones de sus practicas eróticas y sexuales, que andan circulando de manera preocupantemente eficiente por la web, está conduciendo a la hoguera pública a las personas de las que hablan dichos mensajes.La información se ha globalizado de tal forma, que algunas de las empresas mencionadas en los mail han “presionado” a sus funcionarios para que cambien de ciudad, les han exigido abandonar sus prácticas sexuales, les han sugerido hacerse la prueba de ELISA para VIH, e inclusive han creado condiciones adversas en sus lugares de trabajo con las que están presionando las renuncias a su actividad laboral.A lo anterior se suma un hecho aun más preocupante, los grupos paramilitares han hecho de las personas a quienes se nombran en tales mensajes su blanco de acción y están amenazando de muerte o solicitando su desplazamiento forzado, a algunas de las personas cuyos nombres y señales aparecen en dichos mensajes.Lo más preocupante de la situación es la indolente falta de reacción de las organizaciones LGBT en Colombia, a las que algunos de los afectados han solicitado apoyo y puesto sus quejas, como también que sean precisamente otros homosexuales quienes han apoyado la difusión de tales mensajes.Por supuesto estos vulneradores y “defensores de la moral y la salud pública” se excusan en decir que puede ser verdad que dichas personas vivan con el VIH/SIDA pero considero que denunciar a alguien porque tiene esta condición no ayuda en nada a la protección social de la salud, pues para infectarse se necesita solo una persona: uno mismo que es quien debe protegerse en todos sus contactos sexuales.El problema de fondo es que los mismos homosexuales en Barrancabermeja están creando las condiciones sociales para que una vez más los grupos de “limpieza social” actúen asesinando a todos aquellos que ellos consideran una amenaza publica, olvidando que cuando el fuego se produce en la casa del vecino, a quien siente que se halla adecuadamente resguardado puede llegarle una chispa y encender su propio fuego.
Frecuentemente quienes vulneran a la población LGBT son miembros de organizaciones paramilitares; en otros casos, pero con menos frecuencia, también lo hacen las guerrillas y miembros de instituciones del estado como el ejército y la policía. Lo más preocupante de esta nueva modalidad de homofobia es que quienes la están ejerciendo son personas homosexuales hacia otras personas con su misma orientación sexual; en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga se ha presentado un alto número de casos de asesinatos a manos de otros homosexuales, pero el terrorismo ha integrado a sus formas de violencia una modalidad supremamente dañinas y efectiva: las cadenas de mensajes vía Internet.Barrancabermeja, es una ciudad petrolera del sur oriente colombiano con gran presencia paramilitar, no es una ciudad muy grande o con un gran volumen de habitantes, tal vez por ello la reciente hola de correos electrónicos en los que se informa que una o más personas viven con el sida, o los lugares en que las personas homosexuales habitan, trabajan y sus lugares de encuentro, sus descripciones físicas, incluso las descripciones de sus practicas eróticas y sexuales, que andan circulando de manera preocupantemente eficiente por la web, está conduciendo a la hoguera pública a las personas de las que hablan dichos mensajes.La información se ha globalizado de tal forma, que algunas de las empresas mencionadas en los mail han “presionado” a sus funcionarios para que cambien de ciudad, les han exigido abandonar sus prácticas sexuales, les han sugerido hacerse la prueba de ELISA para VIH, e inclusive han creado condiciones adversas en sus lugares de trabajo con las que están presionando las renuncias a su actividad laboral.A lo anterior se suma un hecho aun más preocupante, los grupos paramilitares han hecho de las personas a quienes se nombran en tales mensajes su blanco de acción y están amenazando de muerte o solicitando su desplazamiento forzado, a algunas de las personas cuyos nombres y señales aparecen en dichos mensajes.Lo más preocupante de la situación es la indolente falta de reacción de las organizaciones LGBT en Colombia, a las que algunos de los afectados han solicitado apoyo y puesto sus quejas, como también que sean precisamente otros homosexuales quienes han apoyado la difusión de tales mensajes.Por supuesto estos vulneradores y “defensores de la moral y la salud pública” se excusan en decir que puede ser verdad que dichas personas vivan con el VIH/SIDA pero considero que denunciar a alguien porque tiene esta condición no ayuda en nada a la protección social de la salud, pues para infectarse se necesita solo una persona: uno mismo que es quien debe protegerse en todos sus contactos sexuales.El problema de fondo es que los mismos homosexuales en Barrancabermeja están creando las condiciones sociales para que una vez más los grupos de “limpieza social” actúen asesinando a todos aquellos que ellos consideran una amenaza publica, olvidando que cuando el fuego se produce en la casa del vecino, a quien siente que se halla adecuadamente resguardado puede llegarle una chispa y encender su propio fuego.
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