David muestra al fotógrafo los cuatro puntos de sutura que recibió tras la agresión.Foto: j.m.Los partidos políticos piden mayor eficacia a la Justicia para atajar las agresiones homófobas
Vitoria.
Era el segundo día que le llamaban "maricón de mierda", mientras paseaba por las piscinas de Mendizorroza junto a su novio. Pero en esa ocasión, el pasado viernes, David sí reaccionó ante las provocaciones de los cinco chavales. Tras soportar reiterados insultos, acabó propinando una bofetada a uno de los instigadores y los llamó "moros". En unos minutos, el joven, de 31 años, yacía en el suelo, pateado, con una brecha en el labio inferior que requirió de cuatro puntos de sutura. Tras conocer ayer la noticia, destapada por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, el Ayuntamiento vitoriano no tardó en reaccionar. Todos los partidos políticos condenaron el suceso y apelaron a la necesidad de que las instituciones y la sociedad se unan para evitar nuevos casos de discriminación hacia los homosexuales.
En nombre del equipo de gobierno, la socialista Maite Berrocal mostró su repulsa por la agresión que sufrió David y lamentó que los comportamientos homofóbicos, aunque no se materialicen siempre en vejaciones físicas, "se producen todos los días". Pero la edil no sólo mostró su preocupación por el ataque; también, por que la víctima hubiera mostrado dudas a la hora de interponer la denuncia, lo que revela que a las instituciones todavía les queda mucho por hacer. "Los políticos debemos conseguir que la gente ni permita ni consienta estas manifestaciones de discriminación. Es nuestra responsabilidad para evitar que se produzcan hechos similares y, en el caso de que tengan lugar, para que haya caminos que recorrer", expuso la concejal.
"un hecho aislado" Uno de esos caminos no es otro que el de acudir a la Policía con el convencimiento de que el paso servirá para algo. "Debemos dar una protección adecuada a la persona agredida, actuar con rapidez, como ha sucedido", se felicitó Berrocal. El otro, añadió la concejala socialista, pasa por ofrecer a los homosexuales vejados "un soporte legal y apoyo psicológico para que no se produzca un proceso de revictimización". Del mismo modo opinó el PP, un partido que apuesta por "seguir potenciando servicios como Énfasis". Precisamente a este organismo municipal acudió David, aunque tres días después de haber recibido los golpes en Mendizorroza.
Tras mostrar su condena por lo sucedido el viernes, los populares confiaron en que "éste haya sido un hecho aislado". A su juicio, las manifestaciones homofóbicas "no son muy notorias" en Álava, una provincia donde "la aceptación del colectivo gay es cada vez mayor". Aún más optimista, la concejala del PNV Nerea Melgosa consideró que la agresión a David "no es representativa de la realidad" alavesa y vitoriana, a la que calificó de "tolerante y multicultural". Desde Énfasis, de hecho, afirmaron que se trata de la primera situación de este tipo que ha registrado el servicio en sus siete años de funcionamiento.
Esta entidad aconsejó a David que presentara el caso ante el Ararteko y el Síndico. Éste, Javier Otaola, se refirió ayer a esta situación como "una rareza", de la que no había antecedentes. "¿Es bueno que este caso haya llamado tanto la atención? Sí, porque demuestra que no se trata de algo habitual. Vitoria es una ciudad muy tolerante", subrayó.
Mucho más directo y práctico se mostró el concejal de EA en el Consistorio. Antxon Belakortu, quien tildó el suceso de "impresentable", lamentó que "haya gente que acuda a las piscinas no para bañarse sino para insultar y agredir". Además, criticó la doble moral todavía existente en la sociedad. "Es curioso que se pida respeto para las personas de otras razas y que no lo haya para los homosexuales. El respeto debe ser mutuo", sostuvo este edil, convencido de que el Ayuntamiento debe tomar una mínima represalia contra los cinco chicos. "No deberían dejarles entrar a las piscinas nunca más", opinó el portavoz de EA, quien también exigió "más vigilancia" en los recintos deportivos.
En nombre del equipo de gobierno, la socialista Maite Berrocal mostró su repulsa por la agresión que sufrió David y lamentó que los comportamientos homofóbicos, aunque no se materialicen siempre en vejaciones físicas, "se producen todos los días". Pero la edil no sólo mostró su preocupación por el ataque; también, por que la víctima hubiera mostrado dudas a la hora de interponer la denuncia, lo que revela que a las instituciones todavía les queda mucho por hacer. "Los políticos debemos conseguir que la gente ni permita ni consienta estas manifestaciones de discriminación. Es nuestra responsabilidad para evitar que se produzcan hechos similares y, en el caso de que tengan lugar, para que haya caminos que recorrer", expuso la concejal.
"un hecho aislado" Uno de esos caminos no es otro que el de acudir a la Policía con el convencimiento de que el paso servirá para algo. "Debemos dar una protección adecuada a la persona agredida, actuar con rapidez, como ha sucedido", se felicitó Berrocal. El otro, añadió la concejala socialista, pasa por ofrecer a los homosexuales vejados "un soporte legal y apoyo psicológico para que no se produzca un proceso de revictimización". Del mismo modo opinó el PP, un partido que apuesta por "seguir potenciando servicios como Énfasis". Precisamente a este organismo municipal acudió David, aunque tres días después de haber recibido los golpes en Mendizorroza.
Tras mostrar su condena por lo sucedido el viernes, los populares confiaron en que "éste haya sido un hecho aislado". A su juicio, las manifestaciones homofóbicas "no son muy notorias" en Álava, una provincia donde "la aceptación del colectivo gay es cada vez mayor". Aún más optimista, la concejala del PNV Nerea Melgosa consideró que la agresión a David "no es representativa de la realidad" alavesa y vitoriana, a la que calificó de "tolerante y multicultural". Desde Énfasis, de hecho, afirmaron que se trata de la primera situación de este tipo que ha registrado el servicio en sus siete años de funcionamiento.
Esta entidad aconsejó a David que presentara el caso ante el Ararteko y el Síndico. Éste, Javier Otaola, se refirió ayer a esta situación como "una rareza", de la que no había antecedentes. "¿Es bueno que este caso haya llamado tanto la atención? Sí, porque demuestra que no se trata de algo habitual. Vitoria es una ciudad muy tolerante", subrayó.
Mucho más directo y práctico se mostró el concejal de EA en el Consistorio. Antxon Belakortu, quien tildó el suceso de "impresentable", lamentó que "haya gente que acuda a las piscinas no para bañarse sino para insultar y agredir". Además, criticó la doble moral todavía existente en la sociedad. "Es curioso que se pida respeto para las personas de otras razas y que no lo haya para los homosexuales. El respeto debe ser mutuo", sostuvo este edil, convencido de que el Ayuntamiento debe tomar una mínima represalia contra los cinco chicos. "No deberían dejarles entrar a las piscinas nunca más", opinó el portavoz de EA, quien también exigió "más vigilancia" en los recintos deportivos.
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