
Félix López afirmó que la homosexualidad es perfectamente compatible con la salud social.
F.Franco/ Vigo
.Hay teorías pero ninguna prueba fehacente sobre el orígen de la homosexualidad. Pero lo que sí sabemos es lo más importante: la vida homosexual es perfectamente compatible con la salud personal y social, siermpre que nosotros los aceptemos y por tanto ellos se acepten a sí mismos".Así de claro y concluyente fue el catedrático de Pisocología de la Sexualidad de la Universidad de Salamanca, Féliz López Sánchez, en la charla que dio ayer en el club FARO sobre "Lo que los padres y profesionales deben saber y hacer ante los hijos homosexuales". Presentado por Manuel Varela, andrólogo y presidente de la Sociedad Galega de Sexología, el profesor empezó aclarando conceptos básicos. Habló primero de la evolución que había experimentado en el orden social y legal la aceptación de la homosexualidad en España, desde estar inscrita su figura en la Ley de Peligrosidad Social a adelantarse la ley a la sociedad misma y aprobar el matrimonio homosexual.En segundo lugar, una noción básica: "La única diferencia de un heterosexual con un homosexual es la orientación de su deseo. No debe confundirse con la transexualidad porque no hay problema de identidad alguna, se siente contento con su cuerpo".Otro concepto al que se refirió fue su orígen: "Desconocemos científicamente los factores responsables de esa orientación del deseo hacia el mismo sexo; no se puede demostrar si nacen o se hacen pero sí sabemos fehacientemente que no depende de la voluntad de las personas. Y sí sabemos lo más importante: tras muchos siglos de negación y persecución de estas personas, hemos conseguido probar que esa orientación es compatible con la salud personal y social, salvo que la sociedad les cree dificultades insalvables que les haga a ellos no aceptarse a sí mismos".La parte sustancial de la conferencia la dedicó el psicólogo, titular de la única cátedra de afecto y sexualidad que hay en España, a hablar de las relaciones con los padres: "Los homosexuales tienen las mismas necesidades, son iguales salvo en la elección de sexo a los heterosexuales. No hay motivo alguno para crearles ninguna dificultad ni por tanto para la homofobía y quienes lo hagan, sobre todo los padres, están realizando algo fundamentalista, innecesariamente cruel, inhumano y científicamente inaceptable. Condenan a sus hijos a la soledad emocional, la más cruel".
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