El nuncio apostólico (representante diplomático de la Santa Sede) en Reino Unido, arzobispo Antonio Mennini, ha sugerido la formación de un frente religioso contrario a la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo, sobre la cual el Gobierno británico ya ha abierto el correspondiente proceso de consultas. Así lo ha transmitido Mennini a los obispos católicos de Inglaterra y Gales reunidos hace pocos días en Leeds.
“Me pregunto si no deberíamos buscar un mayor apoyo por parte de otras confesiones cristianas y también de personas de otras religiones”, manifestó. “Creo que, por lo que respecta a la institución del matrimonio y la santidad de la vida humana, tenemos mucho en común con la posición de la comunidad judía, del gran rabino y de muchos de los representantes más importantes del islam”, añadió.
Pero, dejando aparte a la más importante de las confesiones británicas (el anglicanismo, en el seno del cual hay diversas opiniones), ¿cuál es realmente la posición de las confesiones minoritarias del Reino Unido sobre el tema? Por lo que respecta al judaísmo británico, lo cierto es que también se muestra dividido. De hecho, dos importantes comunidades, el Movimiento por el Judaísmo Reformado y el Judaísmo Liberal, se han pronunciado explícitamente a favor. El gran rabino del Reino Unido, Jonathan Sacks, nombrado por el arzobispo Mennini, en realidad no se ha pronunciado al respecto. Más clara es, por ejemplo, la posición oficial del Consejo Musulmán de Gran Bretaña (MCB) y la Red de Organizaciones Sikhs del Reino Unido (NSO), que sí han mostrado públicamente su oposición.
Hay otros grupos religiosos, sin embargo, favorables al matrimonio igualitario, además de las dos comunidades judías ya mencionadas. Se trata de grupos como el movimiento unitario, los cuáqueros (que llevan reclamando desde 2009 que el matrimonio religioso entre parejas del mismo sexo sea reconocido civilmente por el Reino Unido), la iglesia de la comunidad metropolitana o la Federación Pagana británica, que hace varios meses se reunían en Edimburgo para solicitar al Gobierno escocés, que también ha abierto un proceso de consultas sobre el tema, que permita la celebración de estos matrimonios. Estos grupos consideraron que su prohibición suponía una “importante intrusión” del estado en la libertad religiosa y un ataque a la familia. “El hecho de que la mayoría de las parejas gays y lesbianas quieran disponer del derecho a contraer matrimonio tanto civil como religioso es en sí mismo un testimonio del poder de la familia”, señaló entonces el rabino Mark Solomon, representante del Judaísmo Liberal.
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