La policía religiosa de Arabia Saudí mantiene bajo arresto en la comisaría de Dammam, al este del país, a un hombre de 30 años desde el pasado 23 de diciembre. Su “delito”: concertar citas con otros hombres por medio de Facebook, lo que podría acarrearle castigos corporales.
Según un periódico online, un ciudadano saudí habría denunciado al cautivo a la policía religiosa del país, conocida oficialmente como el Comité para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio. Tras ser arrestado, el hombre habría confesado que utilizó el perfil de Facebook para cometer “actos obscenos con otros hombres“. Los castigos que la ley islámica o sharía, vigente en Arabia Saudí, contempla para los condenados por homosexualidad pueden variar entre la cárcel, latigazos y la pena de muerte, aunque su aplicación varía ampliamente según la clase social y la nacionalidad del “culpable”.
Se da la circunstancia de que el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, se encontraba de visita en el país el pasado viernes, cuando se hizo pública la noticia. Ante la presión para que se denuncien las violaciones de los derechos humanos en Arabia Saudí, un portavoz del ministerio de Exteriores británico afirmó tener conocimiento del caso y estar buscando más información.
Varias ONGs han denunciado el caso. Amnistía Internacional considera que si el detenido es finalmente procesado por homosexualidad, debería ser considerado “un prisionero de conciencia“. “La criminalización de la homosexualidad alienta la deshumanización de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, al criminalizarse su propia identidad“, manifestó un portavoz. La Lesbian and Gay Foundation ha instado a los gobiernos occidentales a ser más contundentes en su condena de las actuaciones que “ignoran los derechos humanos más básicos“. En la misma línea se ha manifestado el activista británico Peter Tatchell.
Por desgracia, en dosmanzanas hemos informado de más casos de persecución a personas LGTB en Arabia Saudí: el pasado octubre fueron detenidos 20 hombres gays durante la celebración de una boda y un año antes, un ciudadano británico fue agredido y amenazado por la policía religiosa por su condición de gay.
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